Hungría afirma que llevará al TJUE el plan para romper con todas las importaciones de gas ruso en 2027

El gobierno de Viktor Orbán reitera su rechazo a la iniciativa comunitaria al preparar acciones legales inmediatas, mientras funcionarios comunitarios celebran lo que califican como un paso histórico hacia la independencia energética del bloque europeo

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El ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, anunció que su país impugnará en cuanto sea formalmente adoptado el plan comunitario que fija el final de las importaciones de gas ruso en 2027. Szijjarto, mediante un mensaje difundido en redes sociales y reproducido por el medio, subrayó que los preparativos legales ya han comenzado y que la acción judicial se presentará ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sin demoras. Según informó la fuente, el ministro aseguró que Hungría recurrirá a todas las vías necesarias con el objetivo de resguardar la seguridad energética nacional frente a lo que considera una amenaza a sus intereses energéticos.

El acuerdo que motiva la reacción húngara fue alcanzado entre los negociadores del Parlamento Europeo y los Estados miembros, quienes avalaron la propuesta de la Comisión Europea conocida como Repower EU. Este proyecto estipula que los países de la Unión Europea deben cortar progresivamente sus vínculos energéticos con Rusia, reduciendo en primer término el consumo de gas natural licuado y eliminando esas compras en su totalidad antes del 31 de diciembre de 2026. Además, la hoja de ruta prevé que en el otoño de 2027 cesen el resto de las importaciones de gas ruso transportadas por gasoducto.

De acuerdo con lo publicado, la iniciativa busca reforzar la independencia energética del bloque, uno de los objetivos que la Comisión Europea había promocionado ante los Estados miembros tras las tensiones generadas por la guerra en Ucrania y la utilización de los suministros de gas como herramienta de presión geopolítica por parte de Moscú.

Tal como describió la fuente, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró en la mañana del miércoles que el acuerdo representa un "día histórico" para la Unión Europea, en una comparecencia sin preguntas junto al comisario de Energía, Dan Joergensen, y el director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Fatih Birol. Estas declaraciones subrayan la importancia que las instituciones comunitarias otorgan a la ruptura energética con Rusia y señalizan el respaldo de organismos internacionales como la AIE, que han apoyado la desinversión en hidrocarburos de origen ruso como parte de la estrategia para fortalecer la seguridad de suministro en Europa.

Según publicó el medio, mientras instituciones europeas y responsables comunitarios celebran lo que reconocen como un hito, el gobierno de Viktor Orbán opta por la vía judicial. Desde el Ejecutivo magiar se recalca que el trabajo de sus equipos técnicos y legales ya se encuentra en marcha, con el fin de preparar una defensa robusta ante el TJUE. El propio Szijjarto aclaró en su comunicación que los procedimientos legales empezarían "sin demora" porque, en sus palabras, "haremos todo lo necesario para defender la seguridad energética de Hungría".

El acuerdo alcanzado aún requiere la aprobación formal tanto en el pleno de la Eurocámara como por parte de los veintisiete Estados miembros para que el plan sea adoptado oficialmente y sus disposiciones entren en vigor. Según reportó el medio, la propuesta Repower EU forma parte de las respuestas diseñadas por los altos representantes de la Comisión Europea para lograr una mayor autonomía estratégica y disminuir la exposición del bloque a las interrupciones o presiones políticas derivadas de la dependencia del gas ruso.

Las autoridades comunitarias han insistido en la urgencia de diversificar fuentes de energía y reducir el peso del gas procedente de Rusia en el mix energético europeo. El medio detalló que el plan estipula etapas concretas para la desconexión progresiva, fijando el apagón del gas natural licuado ruso antes de finales de 2026 y, posteriormente, la completa eliminación del gas por tuberías en el otoño siguiente.

La respuesta del gobierno húngaro, anticipada por Szijjarto, implica un desafío jurídico relevante a nivel comunitario y podría abrir un nuevo capítulo en las tensiones relativas a la política energética de la Unión Europea. Según describió el medio, la posición de Budapest se fundamenta en la defensa de lo que consideran una gestión soberana y autónoma de sus fuentes de suministro energético, un argumento que ya en otras ocasiones el Ejecutivo de Orbán había esgrimido frente a iniciativas comunitarias orientadas a restringir la dependencia energética de Rusia.

Von der Leyen y otros responsables europeos han presentado estos pasos como la culminación de un proceso de debates y negociaciones entre los estados miembros y las instituciones de la Unión. Mientras tanto, la discusión sobre la futura estructura energética europea y la capacidad de los países para adaptarse a la transición continúa siendo centro de atención y de divergencias dentro del bloque, según indicaron diferentes fuentes recopiladas por el medio.