El Pentágono asegura que Irán "tardará dos años" en recuperar sus capacidades nucleares

Información oficial indica que la infraestructura irrumpida en Fordo, Natanz e Isfahán no podrá ser restaurada por completo durante veinticuatro meses, tras la ofensiva militar de junio emprendida como reacción al enfrentamiento entre Israel e Irán

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Las autoridades iraníes encaran un panorama en el que la reconstrucción de su programa nuclear se ve marcada por obstáculos que, según estimaciones oficiales estadounidenses, se prolongarán por al menos dos años. De acuerdo con el medio original, el cálculo de veinticuatro meses como mínimo para restaurar la infraestructura nuclear de Irán se fundamenta en la evaluación de los daños ocasionados en los complejos de Fordo, Natanz e Isfahán, tras la operación militar estadounidense que siguió al enfrentamiento entre Israel e Irán en junio.

El medio original detalló que los analistas del Departamento de Defensa de Estados Unidos concluyeron que la destrucción en estos centros estratégicos anula por completo la continuidad técnica del programa atómico iraní. Según informó el Pentágono, en una conferencia de prensa reciente, la portavoz Kingsley Wilson explicó que los expertos consideran inviable cualquier plan de recuperación inmediata de las capacidades nucleares iraníes, mencionando la “paralización total” del sector y el tiempo estimado para su posible recompostura. “Las capacidades nucleares de Irán fueron totalmente destruidas y los expertos han estimado que se tardarían dos años en recuperarlas”, declaró Wilson en declaraciones reproducidas por el medio original. Además, el reporte destaca que la ofensiva militar que devastó las instalaciones atómicas iraníes contó con la participación directa del entonces presidente Donald Trump en la toma de decisiones que derivaron en el ataque.

En este contexto de enfrentamiento regional, los bombardeos ejecutados en junio dejaron inutilizadas instalaciones clave para el desarrollo nuclear de la República Islámica. Según el medio original, la magnitud de los destrozos fuerza a las autoridades iraníes a planificar una reconstrucción de prolongada duración, enfrentando complicaciones técnicas y logísticas significativas para alcanzar los niveles previos de capacidad. El impacto de la operación no solo implica una interrupción material, sino que codifica consecuencias estratégicas para el equilibrio regional y las capacidades defensivas de Irán.

El parte oficial presentado durante la comparecencia también estuvo condicionado por el nuevo sistema de acreditación de medios implementado por el Pentágono desde octubre del año pasado. El medio original consignó que estas normas afectan especialmente a las agencias y cadenas periodísticas tradicionales, como Fox News, Newsmax, ABC News, NBC News, CBS News, CNN, Associated Press, Reuters, Bloomberg, The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, The Guardian, The Atlantic, Financial Times, Politico, NPR y The Hill, que perdieron acceso tras negarse a las condiciones establecidas para conservar sus credenciales.

El principal efecto de este nuevo modelo de acreditación supone la sustitución de los habituales periodistas por un cuerpo conformado por figuras nacionales y políticas afines. Según publicó el medio original, entre los asistentes recientes figuraron la activista Laura Loomer, identificada con el movimiento MAGA, y el excongresista Matt Gaetz. Sobre este último, el medio relató que renunció al Congreso y a su postulación como fiscal general luego de su nominación por Donald Trump y antes de que concluyera una investigación ética parlamentaria. Dicha investigación documentó pagos de Gaetz por actividades sexuales y por consumo de drogas en al menos veinte ocasiones, incluyendo la participación de una menor de edad.

Además, la nueva política de comunicación limita el acceso de periodistas a información clasificada y otorga a los portavoces del Departamento de Defensa el control exclusivo sobre los datos proporcionados acerca de los daños y la evolución de la recuperación en Fordo, Natanz e Isfahán. Según indicó el medio original, esta centralización informativa restrictiva dificulta la verificación independiente de lo sucedido en las instalaciones iraníes, así como la obtención de imágenes o testimonios autónomos sobre el terreno. En este marco, el monitoreo sobre el desarrollo del programa nuclear iraní y las consecuencias derivadas de la ofensiva estadounidense se apoya únicamente en boletines oficiales estadounidenses, pues resultan inaccesibles aportes alternativos por parte de periodistas, expertos independientes o agencias externas.

La frecuencia de ruedas de prensa ha sufrido una disminución notable bajo esta nueva política: en el año 2025 solo se celebraron tres comparecencias oficiales relevantes sobre el tema, según reportó el medio original. Esta restricción adicional complica el trabajo de cualquier organización interesada en el seguimiento de la actividad militar estadounidense y sus repercusiones internacionales, sobre todo en contextos como el ataque a la infraestructura nuclear de Irán.

Las directrices actuales asignan a los portavoces militares la tarea exclusiva de distribuir comunicados y definir la narrativa sobre los efectos del ataque, lo que limita la circulación de información no oficial. Según destacó el medio original, esto se traduce en un escenario informativo en el que tanto el alcance de los daños como el avance de la recuperación iraní no pueden ser comprobados ni contrastados por voces ajenas al Departamento de Defensa estadounidense. El acceso a fuentes independientes permanece restringido, lo que sitúa a la opinión pública y a la comunidad internacional en una posición dependiente de los comunicados estadounidenses para comprender las dimensiones y repercusiones del ataque.

El impacto de la reestructuración de las normas de acreditación y comunicación instauradas por el Pentágono desde finales del año pasado ha modificado sustancialmente el acceso a la información sobre cuestiones militares, especialmente en temas estratégicos como la destrucción de la infraestructura nuclear iraní. Según enfatizó el medio original, esta exclusividad informativa conforma un entorno donde la transparencia y la investigación autónoma quedan relegadas, mientras la narrativa oficial se consolida como única fuente disponible para los detalles sobre los hechos, sus motivaciones, y las consecuencias técnicas y regionales del ataque contra Irán.