Tokio, 30 abr (EFE).- El Banco de Japón (BoJ) inició este miércoles su reunión mensual de dos días sobre política monetaria, con pocas expectativas de cambio mientras analiza con cautela qué pasos tomar en medio de la incertidumbre económica global que está generando la política arancelaria de Estados Unidos.
La mayoría de analistas esperan que el banco central japonés mantenga los tipos de interés de referencia en el 0,5 % actual, mientras multitud de países, entre ellos Japón, negocian exenciones y rebajas de gravámenes con la Administración del presidente Donald Trump.
El BoJ anunciará su decisión el jueves, jornada en la que también tiene previsto publicar sus previsiones económicas trimestrales, en las que se espera que pesen los desarrollos comerciales.
Algunos economistas vaticinan que la entidad crediticia nipona rebajará sus perspectivas económicas nacionales para el ejercicio en curso y el próximo, en medio de la preocupación a una desaceleración del crecimiento económico mundial en el contexto actual.
El Banco de Japón venía normalizando su política monetaria y ha subido los tipos tres veces desde marzo del año pasado, cuando acometió su primera alza de tasas en 17 años y puso fin a los tipos negativos y una década de ultraflexibilización monetaria poco convencional, que contrastaba con la de sus homólogos globales.
Los analistas esperan que el banco central nipón lleve a cabo otra subida de tipos este año, tras el alza de 25 puntos básicos hasta el 0,5 % del pasado enero, pero las opiniones sobre el momento en el que la materializará varían considerablemente.
El gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, aseguró que seguirán implementando subidas si la economía y los precios se mueven según sus expectativas, pero algunos creen que el banco central necesita más tiempo para evaluar el impacto de los aranceles estadounidenses en los precios y los salarios futuros, antes de tomar una decisión.
La inflación en Japón se situó en el 3,2 % en marzo, impulsada por el notable encarecimiento sostenido del arroz y otros alimentos básicos de la dieta local, y se ha mantenido por encima del objetivo del 2 % del BoJ durante tres años consecutivos.
El incremento de los precios está pesando en el bolsillo de los consumidores japoneses, puesto que la inflación viene superando el crecimiento real de los salarios, a pesar de que las grandes empresas del país acordaron aumentos salariales promedio superiores al 5 % el año pasado, el más alto en tres décadas.
El consumo es el pilar principal de la economía nipona, un 60 %.
Los mercados financieros, que ya venía viéndose afectados por las tensiones geopolíticas en zonas como Ucrania y Oriente Medio, han recibido una dosis extra de volatilidad tras el regreso al Despacho Oval de Trump, que viene imponiendo una serie de incrementos arancelarios, algunos pausados, que han sumado incertidumbre.
En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado su perspectiva de crecimiento económico para este 2025 en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 2,8 %, citando la política arancelaria estadounidense. EFE