Bruselas avisa a Georgia que la ley de agentes extranjeros "repercute negativamente" en su adhesión a la UE

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El Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, y el comisario europeo de Ampliación, Oliver Varhelyi, han lanzado un aviso este miércoles a Georgia sobre la aprobación del proyecto de ley de agentes extranjeros, al señalar que esta normativa "repercute negativamente" en los avances de Georgia a la adhesión y recordar que la Unión Europea concedió el estatus de candidato entendiendo que Tiflis iba a acometer las reformas que le acerquen al acervo comunitario. "La aprobación de esta ley repercute negativamente en el avance de Georgia en la senda a la UE", ha avisado el comunicado conjunto de los responsables de Exteriores y Ampliación de la UE respecto a la normativa, duramente criticada por sectores opositores al considerarla afín a Rusia, y que ha generado la alarma de la comunidad internacional y suscitado importantes protestas ciudadanas. En este sentido, aseguran que ahora los pasos a seguir dependen de Georgia y recalcan la demanda a las autoridades para que "retiren la ley, mantengan su compromiso con la senda de la UE y avancen en las reformas necesarias" para su integración europea. La UE lamenta que Tiflis haya desoído los avisos de la comunidad internacional, incluyendo el bloque europeo que ha insistido "clara y repetidamente" que el espíritu y el contenido de la ley "no se ajustan a las normas y valores fundamentales de la UE". "Socavará la labor de la sociedad civil y de los medios de comunicación independientes, mientras que la libertad de asociación y la libertad de expresión son derechos fundamentales en el núcleo de los compromisos de Georgia como parte del Acuerdo de Asociación y de cualquier vía de adhesión a la UE", subrayan Borrell y Varhelyi. En este sentido, denuncian la represión de las protestas y la intimidación a periodistas y activistas, insistiendo en que el camino a la UE requiere que Georgia proteja los derechos humanos y que la sociedad civil y los medios de comunicación puedan operar libremente, al mismo tiempo incide en que las reformas necesarias van ligadas también a "la necesidad de despolarización y de lucha contra la desinformación". La normativa, llamada Ley de Transparencia de Influencia Extranjera, es similar a la legislación rusa de "agentes extranjeros", con la que Moscú marca a los críticos contra el Gobierno. La ley obliga a organizaciones, medios de comunicación y entidades similares que reciban al menos un 20 por ciento de su financiación del exterior a registrarse como "agentes que defienden los intereses de fuerzas extranjeras". En caso de no registrarse serán sujetas a multas cuantiosas. Las autoridades georgianas, que han impulsado esta medida, siguen defendiendo que cumple únicamente el principio de transparencia y que, por ello, mejorará la soberanía y acercará el país a la Unión Europea. Sin embargo, la comunidad internacional ha criticado la ley y ha prometido una "respuesta" al considerar que se trata de un paso hacia el "autoritarismo".

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