Pasear con el perro en bicicleta requiere paciencia y entrenamiento

Si quiere que su perro lo acompañe a dar un paseo en bicicleta, debe tener en cuenta algunas cosas. En primer lugar, tiene que estar seguro de que el animal está en condiciones de correr a su lado, de lo contrario, es mejor transportarlo en un canasto especial.

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ARCHIVO - En el comienzo es mejor probar el paseo en bicicleta junto al perro en zonas de poco tráfico. Foto: Frank Rumpenhorst/dpa
ARCHIVO - En el comienzo es mejor probar el paseo en bicicleta junto al perro en zonas de poco tráfico. Foto: Frank Rumpenhorst/dpa

Si quiere que su perro lo acompañe a dar un paseo en bicicleta, debe tener en cuenta algunas cosas. En primer lugar, tiene que estar seguro de que el animal está en condiciones de correr a su lado, de lo contrario, es mejor transportarlo en un canasto especial.

De todas maneras, antes de emprender este tipo de salidas, hay que ir acostumbrando al perro en forma gradual y tener paciencia.

Como compañero activo, el perro debe estar bien físicamente. Según la experta en mascotas de la organización alemana de bienestar animal Vier Pfoten, Sarah Ross, correr junto a la bicicleta es algo que solo se puede hacer con perros adultos y sanos.

Ross recomienda que el can tenga al menos un año y medio, ya que los cachorros con un sistema músculo-esquelético inmaduro pueden sufrir problemas de salud, al igual que perros con sobrepeso o muy viejos.

En opinión de la especialista, la raza también juega un papel importante. Mientras que los beagles o los labradores, así como los perros de pastoreo y de caza, son bastante resistentes, las razas de cabeza corta, como los bulldogs franceses o ingleses, no deberían correr junto a la bicicleta durante mucho tiempo. Ross sostiene que debido a su físico no son adecuados para acompañar a ciclistas.

Hacer pruebas en un ambiente tranquilo

Al principio, hay que familiarizar al perro con la bicicleta parada. Una vez que la olfatea se puede recompensar al animal con elogios o alguna golosinas, recomienda Ross.

Para introducir al perro en esta nueva forma de desplazamiento es conveniente empujar primero la bicicleta. Si el perro corre de buena gana es momento de que su dueño o dueña se monte a la bicicleta. "Es aconsejable practicar en una zona de poco tránsito o en un estacionamiento", señala Ross.

En algunos países es obligatorio llevar al perro de la correa. En ese caso se recomienda llevar la correa lo más suelta posible, es decir, no atarla a la muñeca o al manillar. Eso ayudará a evitar accidentes en caso de que la mascota salga corriendo repentinamente.

El portavoz de la organización alemana de ciclismo Pressedienst Fahrrad (Pd-f), Alexander Giebler, recomienda pasear con el perro por las bicisendas y, en lo posible, el can debe ir a la derecha de la bicicleta.

"También hay que atar la correa a un arnés de pecho y no al collar", añade Ross. La experta en mascotas explica que hay accesorios especiales para trasladarse con el perro en bicicleta. Esto permite al ciclista mantener ambas manos en el manillar mientras conduce.

Giebler hace hincapié en que durante el paseo hay que cuidar de no exigir demasiado al animal físicamente. Lo mejor es dejar que el perro marque el ritmo. Dependiendo de su estado físico y de su raza se pueden llegar a hacer diez kilómetros seguidos. Pero si el perro jadea mucho o comienza a moverse con mayor lentitud, es necesario hacer una pausa.

Si el perro no está en condiciones de recorrer distancias largas, hay otras alternativas. "Los perros más pequeños van en cestas especiales, mientras que los más grandes pueden ir en pequeños remolques para mascotas", detalla Ross.

El entrenador de perros y autor de libros especializados Anton Fichtlmeier indica que si el perro reconoce el canasto de la bicicleta como si fuera el propio, también permanecerá sentado durante el paseo.

Una cesta en el manillar es ideal para no perder de vista al perro durante el viaje. Sin embargo, un peso excesivo puede influir negativamente en la conducción, por lo que el animal no debería pesar más de cinco kilos.

Si la mascota es más pesada y no es apta para este tipo de movimiento puede ir en una cesta en el portaequipajes o en un remolque para perros. Estos están disponibles en diferentes tamaños y para animales de hasta 45 kilos.

El perro debe acostumbrarse cuidadosamente al remolque, ya que puede tener un efecto intimidatorio sobre el animal. Para ayudar a que le tenga confianza se puede probar un clásico de la escuela de cachorros: el ejercicio del túnel. Para ello, atraiga al animal hacia el remolque con una golosina y vuelva a recompensarlo después de que entre.

También puede ayudar poner el cuenco de la comida dentro del remolque, esconder adentro el juguete favorito o colocar allí la manta habitual del perro.

Los primeros recorridos de prueba con el perro y el remolque deben realizarse con el mismo cuidado con el que se acostumbra al animal a la bicicleta: primero empujar el remolque con el perro adentro y recién después enganchar el accesorio y salir en bicicleta.

Cuando se monta en una bicicleta de carga, el proceso de adaptación es muy similar. En primer lugar, hay que generar confianza, elogiar al perro cuando sube, empujar la bicicleta y recién después montarla.

"Si el perro muestra un comportamiento de miedo o estrés durante uno de los pasos, sea paciente y vuelva primero al paso anterior", aconseja la experta en mascotas.

Según Ross, no hay que dar por sobreentendido que todos los perros pueden acompañar sin problemas a la bicicleta, subirse a un remolque o a una bicicleta de carga. "A algunos perros no les gusta, y es importante que los dueños lo acepten", resalta.

dpa