FLAGSTAFF, Arizona, EE.UU. (AP) — Un estudio federal sin precedentes sobre los internados que durante más de un siglo intentaron integrar a los niños indígenas estadounidenses a la sociedad blanca, ha identificado hasta ahora más de 500 muertes de estudiantes en estos institutos, pero los funcionarios esperan que la cifra aumente de manera exponencial a medida que continúa la investigación.
El reporte difundido el miércoles por el Departamento del Interior aumenta a más de 400 el número de escuelas que estableció o respaldó el gobierno estadounidense, comenzando a principios del siglo XIX y continuando en algunos casos hasta finales de la década de 1960. La agencia identificó los decesos en los registros de unas 20 escuelas.
La oscura historia de los internados para indígenas estadounidenses, donde los niños eran separados de sus familias, se les prohibía hablar sus idiomas y a menudo sufrían maltratos, se ha resentido profundamente en todas las tierras indígenas y a lo largo de generaciones.
Muchos niños nunca volvieron a casa, y el Departamento del Interior dijo que con mayor investigación la cifra de muertes conocidas de estudiantes podría llegar a miles o decenas de miles. Entre las causas de fallecimiento se incluyen enfermedades, lesiones accidentales y maltratos.
“Cada uno de esos niños es un familiar desaparecido, una persona que no pudo vivir su propósito en este planeta porque perdieron la vida como parte de este terrible sistema”, dijo la secretaria del Interior, Deb Haaland, cuyos abuelos paternos fueron enviados a un internado durante varios años.
La agencia se encuentra en proceso de examinar miles de cajas que contienen más de 98 millones de páginas de registros, con la ayuda de muchos indígenas que han tenido que lidiar con su propio trauma y dolor. Contabilizar el número de fallecimientos será complicado debido a que no siempre se guardaban registros.
Un segundo volumen del reporte incluirá los lugares de entierro, así como la inversión financiera del gobierno federal en las escuelas y el impacto de las escuelas de internado en las comunidades indígenas, indicó el Departamento del Interior. Hasta el momento se han identificado al menos 53 lugares de entierro dentro o cerca de los internados, y no todos ellos tienen tumbas marcadas.
Los líderes tribales han presionado a la agencia para asegurarse de que se le brinde cuidado apropiado a los restos de los niños y sean devueltos a sus tribus en caso de que así lo deseen. Para evitar que sean perturbados, no se revelará públicamente la ubicación de estos entierros, dijo Bryan Newland, el subsecretario de Asuntos Indígenas del Departamento del Interior.
En una conferencia de prensa el miércoles, Haaland tuvo que contener las lágrimas al describir cómo la era de los internados perpetuó la pobreza, los trastornos mentales, el abuso de sustancias y las muertes prematuras en las comunidades indígenas.
“Reconocer las repercusiones del sistema federal de internados indígenas no puede ser sólo un reconocimiento histórico”, dijo. “También debemos trazar un camino hacia el futuro para hacer frente a estos problemas heredados”.
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