Misteriosa estrella en aniversario sandinista desata sospechas "superstición" en Nicaragua

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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, festejaron el aniversario de la Revolución Sandinista en torno a una misteriosa estrella gigante, generando sospechas de "superstición".

La pareja presidencial apareció el domingo en la ceremonia oficial del aniversario sandinista en una tarima ubicada frente a una estrella pentagonal adornada con helechos y flores, en la histórica Plaza de la Revolución de Managua.

Alrededor de la figura había cientos de sillas que ocuparon jóvenes seguidores del Frente Sandinista (FSLN, izquierda), el partido con el cual Ortega gobernó tras la victoria de la revolución entre 1979 y 1990, y luego desde 2007 hasta la fecha.

"Pura superstición (...) El pentagrama quiere decir muchas cosas. En este caso, pienso que se usó como símbolo de protección contra espíritus malignos", afirmó a la AFP la escritora Gioconda Belli.

"Ellos se sienten amenazados y se protegen con la estrella, rodeada además, por gente joven, creando un círculo de poder alrededor de los gobernantes", estimó.

El pastor evangélico Terencio Blanco aseguró a un medio local que la estrella era "un símbolo satánico".

Por su lado, el exdiputado opositor Eliseo Núñez no descarta que el pentagrama sea una provocación a la Iglesia católica, con la que el gobierno está enfrentado por proteger en sus templos a manifestantes heridos en las protestas de 2018 y abogar por un cambio político.

"A la jerarquía católica le envía el mensaje" de que pueden hacer lo que quieran y que "no pueden hacer nada para evitarlo", dijo Núñez a la AFP.

"Es un símbolo de magia que está vinculado a actos satánicos", dijo por su parte el exsacerdote y exdiplomático Edgar Parrales.

En declaraciones a la AFP, agregó que Ortega "busca la protección de las fuerzas oscuras para liberarse de toda la embestida que tiene este régimen de sectores de la oposición y la comunidad internacional".

Con la popularidad por el suelo, según encuestas, por su manejo de la pandemia de covid-19, Ortega también sufrió las protestas de 2018 para exigir su dimisión, cuya represión dejó al menos 328 muertos, según grupos humanitarios, así como una contracción económica de cerca de 5%, según el FMI.

Asimismo, Estados Unidos bloqueó el acceso de Nicaragua a créditos de organismos multilaterales y sancionó a una veintena de funcionarios a los que acusa de corrupción y violación de derechos humanos, entre ellos la primera dama y tres hijos de Ortega.

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