Caso de diseñadora con COVID-19 desata polémica en Uruguay

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MONTEVIDEO (AP) — Una diseñadora de modas uruguaya que contrajo el nuevo coronavirus ha generado la indignación masiva de la población.

Carmela Hontou desconocía inicialmente la enfermedad que padecía. Sin embargo, su caso podría ilustrar la irresponsabilidad de quienes, aunque tengan síntomas o sean sospechosos, continúan en contacto social pese a los riesgos para los demás, una creciente preocupación de las autoridades de salud en América Latina.

También genera interrogantes sobre la necesidad de medidas más estrictas por parte del gobierno.

Los primeros positivos se detectaron el 13 de marzo. Desde entonces hay dos personas internadas en cuidados intensivos y 135 casos de coronavirus en casi 900 pruebas realizadas, confirmó una autoridad del Ministerio de Salud Pública (MSP) a The Associated Press.

Hontou, de 57 años, ha dicho que viajó a Madrid y que su destino final era Milán, Italia, pero que desistió de continuar al desencadenarse los contagios masivos en la zona norte italiana. En Madrid estuvo varios días con fiebre y volvió a Montevideo el 7 de marzo. De acuerdo con las divergentes versiones de la mujer, al retornar no tenía síntomas, aunque también admitió que se recuperaba de una infección viral que había aplacado con antibióticos en el país ibérico donde ya había COVID-19. Ese día fue a una peluquería, almorzó con su madre y por la noche asistió a un casamiento donde participaron 500 personas.  En la fiesta ya estaba contagiando COVID-19 a quienes compartían la mesa y a cada persona con quien tuvo contacto estrecho, confirmaron autoridades médicas a la AP.

Al día siguiente, el 8 de marzo, llamó a una emergencia móvil porque volvió a tener fiebre, y el miércoles 11 de marzo su médico solicitó un hisopado al Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública. El viernes 13, por la noche, tuvo el resultado positivo.

Al momento es el caso con más trasmisiones, aseguró una fuente oficial. De los 29 casos positivos que informó el gobierno el lunes 16 de marzo, 20 eran personas que habían estado en contacto estrecho con la diseñadora, confirmó la autoridad del MSP. La condena a esta mujer es absoluta en el país. Apoyada en sus declaraciones naif, noticias falsas, videos, chismes, chistes e informaciones no contrastadas y parcializadas se convirtió en el chivo expiatorio número uno del Uruguay.

Las críticas también tocan las diferencias de clase social,ya que la diseñadora pertenece a un nivel económico alto.

Además de las medidas de aislamiento en su casa, la diseñadora recibe atención psiquiátrica por el estrés con que vive su exposición pública.

“Lo físico y lo emocional están indisolublemente ligados. Ella tiene una enfermedad orgánica que es COVID 19 que le está causando problemas respiratorios junto con angustia y ansiedad. Y se ve desbordada por toda esta situación junto con la repercusión social y empresarial”, señaló el doctor e infectólogo Jorge Facal, uno de los integrantes del Comité de Gestión de Crisis que asesora al ministerio de Salud en medio de la pandemia.

“Probablemente este caso índice actuó como fuente de transmisión a un grupo de personas que coincidieron o estuvieron cercanas al evento social”, explicó. “Pero tampoco se puede descartar la posibilidad que otras personas previamente infectadas que hubieran venido del exterior estuvieran en la fiesta transmitiendo también la enfermedad”, matizó el especialista que es uno de los médicos tratantes de Hontou.

El caso de la diseñadora fue el cuarto que registró el laboratorio. Los dos primeros se dieron en Salto a 420 kilómetros de Montevideo y fueron importados de Milán. El tercero fue de una persona que pasó por Estambul y Madrid que ya tenía síntomas y un test solicitado a las autoridades epidemiológicas el lunes 9 de marzo. Pero recién el viernes 13 se confirmó el diagnóstico.

Las personas infectadas vinculadas al casamiento están agrupadas en los barrios de Carrasco y Punta Gorda, las zonas de mayor poder adquisitivo de Montevideo. El coronavirus se extendió a otras localidades de la ciudad a través del servicio doméstico y otros contactos secundarios de las personas infectadas.

El miércoles 18, la diseñadora fue trasladada en ambulancia a su centro médico de referencia con una hipopotasemia. Luego de analizar su caso fue enviada a su casa y el personal de la ambulancia fue reprendido porque no respetaron los protocolos de seguridad del hospital. Al rato, varios familiares, con riesgo de estar contagiados —uno de sus hijos dio positivo y guarda cuarentena en el domicilio de su madre—, fueron a la puerta de emergencia a preguntar por qué había vuelto a casa. La dirección técnica del Hospital los echó y comunicó a Fiscalía.

El viernes 13 las autoridades sanitarias pidieron a la población permanecer en casa y exhortaron los contagiados a respetar la cuarentena. Lo mismo para aquellos en contacto con infectados o sospechosos. Pero no emitieron ordenes más que verbales. Por lo que no es tan fácil probar la figura de desacato prevista en el Código Penal.

En Fiscalía hay varias denuncias por personas que supuestamente violaron la exhortación, pero no hay ningún imputado, confirmaron fuentes de la fiscalía a la AP.

Otro caso que llamó la atención fue el de un hombre que debía quedarse en casa por exhortación de las autoridades. Pero concurrió durante dos días a un baño de vapor del exclusivo Club de Golf de Montevideo que inmediatamente cerró sus instalaciones.

El sábado, un ciudadano argentino contagiado cruzó el Río de la Plata en el ferry que une Uruguay con Argentina. El joven de 21 años comunicó a la tripulación su condición a bordo, fue aislado y los 400 pasajeros y la tripulación fueron puestos en cuarentena en un hotel de Buenos Aires. Las autoridades uruguayas investigan el caso.

Uruguay cerró las fronteras con Argentina, pero no con Brasil. El gobierno dice estar estudiando las medidas de contingencia con las autoridades brasileñas.

El sábado se informó que el COVID-19 está presente en seis de los 19 departamentos uruguayos.

El Sindicato Médico del Uruguay (SMU), que agrupa a la gran mayoría de facultativos, volvió a solicitar la cuarentena obligatoria en menos de una semana entre otras medidas.

“No estamos preparados para evitar el colapso del sistema de salud”, advirtió Federico Preve, miembro del Comité Ejecutivo del SMU a la AP.

El gremio entiende vital la reorganización de los recursos humanos y materiales médicos en medio de la cuarentena general. La drástica medida permitiría desacelerar el contagio y “conseguir oxígeno en dos o tres semanas para reorganizar el sistema de salud”, agregó Preve.  Uno de los asuntos que más preocupa al gremio médico es la saturación de los servicios, la ausencia de respiradores para casos crónicos, la falta de material de bio seguridad y de kits de detección. Esta semana Uruguay consiguió procesar 100 análisis por día y las autoridades reconocieron que hay más infectados que los confirmados.

Mientras tanto, el gobierno anunció un paquete de medidas económicas para mitigar el impacto por el coronavirus, que incluyen transferencias directas para 87.000 hogares de bajos recursos, flexibilizaciones en el seguro de desempleo, licencia para 45.000 trabajadores de la construcción, prórroga de vencimientos en obligaciones a empresas y estímulos a Pymes, entre otras.

La declaratoria de estado de emergencia sanitaria el 13 de marzo, que restringió la circulación en las calles, la actividad pública y privada, le está pasando factura a la economía.

Por ello, el gobierno no parece estar dispuesto a declarar la cuarentena general para evitar un mayor impacto.

“Somos conscientes de la crisis económica”, dijo Preve. “Pero para nosotros la ponderación es sanitaria. Si no hacemos esto, el sistema de salud va a colapsar rápido”.