El canciller austriaco, Sebastian Kurz, pidió el domingo a la población que solo salga si se trata de una necesidad profesional, para comprar o para ayudar a alguien, una medida que busca frenar la propagación del nuevo coronavirus.
En una sesión especial del Parlamento, el dirigente enumeró estas tres razones como las únicas que pueden justificar salir del domicilio.
"Tenemos ante nosotros semanas exigentes, difíciles y dolorosas", declaró Kurz.
Hasta la fecha, Austria, de 8,8 millones de habitantes, registró más de 800 casos de contagio.
"Cada contacto social es un riesgo (...) Tenemos que prepararnos para funcionar en modo de urgencia a partir del lunes", afirmó el canciller en una serie de entrevistas a la prensa nacional.
El gobierno anunció el domingo otras medidas para restringir los movimientos de la población en el espacio público: los cafés y restaurantes estarán cerrados a partir de la próxima semana, así como los espacios de juego al aire libre y las infraestructuras deportivas.
La decisión de cerrar los comercios no imprescindibles fue tomada el viernes.
A diferencia de otros países europeos, como Italia o España, las autoridades austriacas no impusieron el confinamiento junto con medidas coercitivas. Pero el gobierno no descartó implantar otros dispositivos si la situación sanitaria lo exige.
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