La novela El Hilo Rojo es best seller: "El deseo es algo que el lector pide"

Su autora, Erika Halvorsen, la escribió en paralelo al guión de la película que protagonizan "La China" Suárez y Benjamín Vicuña. La historia desenmascara desengaño, pasión y erotismo

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Azafata, casada y madre de una beba. Todo lo que había soñado (y más) estaba en sus manos. Abril no lo hubiera pensado de otra manera, pero algo la empujaba desde sus entrañas a saltar de esa zona de confort en la que "felizmente reposaba". Decide entonces "volver a volar en todo sentido". Y en ese desafío por zambullirse nuevamente en el vértigo, aparece Antón, un hombre tranquilo, común y -como ella- felizmente casado. Un encuentro casual en un aeropuerto los unirá para siempre, "poniendo en crisis sus valores y creencias". Así despega El Hilo Rojo, el best seller erótico y dramático de Erika Halvorsen que inspiró la película estrenada este jueves y que desnuda la vida de dos personas debatiéndose entre el amor y la pasión, la fantasía de lo prohibido y lo correcto, pero que ante todo están destinados a estar juntos de por vida.

"Antón se cruzaba en mi camino para desafiarme. Me sentía una mediocre por sentir culpa. Yo no era una reprimida. No quería convertirme en una esposa insatisfecha. Una mujer postergada. La aventura me tentaba, me invitaba a lanzarme, a tirarme de cabeza. Y yo estaba ahí, temblando, a punto de salir corriendo como una nena que no sabe lo que quiere. O peor, como alguien que deseó demasiado una cosa y cuando se está cumpliendo, le provoca terror", dice la protagonista en el arranque del libro recientemente publicado y que está entre los ocho más vendidos de las principales librerías.

Su autora reveló que primero nació el guión de la película y luego la novela, pero aclaró que el mismo fue adaptado para el film que estrenaron "La China" Suárez y Benjamín Vicuña. La novela tiene un lenguaje más adulto y se mete de lleno en la intimidad de sus personajes, sus vidas y dilemas. Ni hablar de los encuentros eróticos que los sumergen en un mundo de inagotable pasión. La historia es la misma, pero el relato es distinto.

Me imagino que habiendo escrito El Hilo Rojo cree en la leyenda...

— Sí, claro. Ante todo hay que estar en la piel del personaje y creer que este existe, siente y piensa. En realidad la leyenda vino después. Primero salió el disparador, el qué pasa si te encontrás con alguien, tenés un flechazo muy fuerte y después no lo ves más. Y cuando lo volvés a encontrar –en otra situación y con una familia- te sigue moviendo el piso. Es imposible no sentirse identificado y crear desde uno. El autor –aunque sea un trabajo a pedido- lo pasa por su cuerpo y alma.

¿Qué es lo que más atrapa de esta novela?

—La lectura te interpela y te conecta con tu propio deseo. Entonces, ¿qué pasa si vos tenés todo planeado y de repente aparece alguien que te cambia todos los planes? Por un lado te da miedo y por otro, todos queremos un poco de vértigo y que la vida nos sorprenda. En ese punto es donde los lectores se identifican con la novela. Además, los encuentros pasionales y eróticos de los personajes van más allá de lo racional, entonces me parece que el deseo es algo que la gente pide porque suele anestesiarse con el tiempo o quedar en segundo plano.

¿Puede el amor nacer antes que el deseo?

—Si no hay deseo y pasión, es muy difícil que haya amor. Me pasa con todo, incluso mi profesión. Si no tengo ese fuego para ir para adelante, me cuesta mucho construir. En una pareja lo mismo.

¿Cómo describiría a Abril y Antón? ¿Hay uno más pasional que el otro?

—Sí. Abril es azafata y le gusta la aventura, el vértigo. Siempre le costó armar parejas. Es muy adicta a los despegues, a los cambios de horario, todo. Antón hizo todo lo que tenía que hacer: una carrera corporativa en una bodega, estudió, trabajó, sacó a su familia adelante, jamás fue infiel. Con Abril, él conecta con algo que tenía reprimido y se lanza al abismo. Y ella se aburre. Entonces en esa decisión de volver a volar, vuelve a volar en todo sentido.

Primero escribió el guión de la película y luego la novela, ¿cómo fue eso?

—Primero escribí el guión original que no es el de la película. Al escribir el guión, primero se escribe un tratamiento literario y tuve la necesidad de bucear más en los personajes. Ahí me di cuenta de que había como un germen de novela. Presenté el proyecto en Sudamericana, lo aprobaron y sabíamos que cuando se estrenara la película, publicaríamos la novela. En los encuentros eróticos, la herramienta literaria me funcionó mucho para conectar al lector con esa intimidad que en el cine o en el teatro es más explícita y que acá requiere de cada detalle.

¿Existe un hilo rojo invisible que une a dos personas para siempre?

—Sí, total. Me parece que hay muchas relaciones, vínculos y encuentros que vienen como por destino. Que hay personas que te las tenés que encontrar, que aparecen. Sin dudas hay un hilo invisible que te vuelve a poner a esa persona adelante, pero no solo en una relación de pareja.

El vino juega un rol importante en la novela...

—Tal cual. La ceremonia del vino y lo que representa como símbolo del tiempo. Andy Kusnetzoff siempre dice que si uno conecta con el año de la botella, puede asociar qué estaba haciendo en esa época y compararlo con el ahora. El vino tiene que ver con el tiempo y me pareció bueno unirlo a la historia, a la mística del amor.

¿La alta carga erótica de la novela fue buscada?

—No. Me lo pedían los personajes. Estaban calientes. (Se ríe). A la gente le incomoda leer ciertas palabras, pero son las que se usan en ese espacio de intimidad. No caben las metáforas, sino el relato se transformaría en una cosa espantosa.

Parece que la historia superó la ficción y tocó a los protagonistas en su vida real, ¿te sorprendió el romance de Eugenia Suárez y Benjamín Vicuña?

—Me parece que puede pasar. Si de un proyecto en blanco nació una película y de ella una historia de amor, me parece buenísimo.

Está escribiendo "Amar después de amar" que saldrá en Telefé con Isabel Macedo, Eleonora Wexler, Mariano Martínez y Federico Amador. ¿Podría adelantar de qué se trata?

— Es un policial que tiene también una fuerte carga erótica e infidelidad, amor prohibido. Creo que va a ser muy atrapante. Hace casi un año que venimos trabajando con mi coautor en los libros y recién se empezó a grabar hace un par de semanas. Ese tiempo que tuvimos para trabajar los libros, fue como un regalo para nosotros. Le pusimos mucho trabajo. Esperamos que salga en agosto por Telefe.