Las elecciones en Siria, un "deber nacional" para unos y una "farsa" para otros

Se eligieron 250 diputados de entre 3.500 candidatos en los que fueron los segundos comicios desde que comenzó la guerra civil. Se celebraron sólo en los territorios bajo control de Bashar al Assad

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 Reuters 163
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Algunos votan por deber cívico o para apoyar al presidente Bashar al Assad en las elecciones legislativas de este miércoles, boicoteadas por la oposición, pero muchos otros sirios se niegan a participar en lo que consideran una "farsa".

Los colegios electorales abrieron a las 07:00 (04:00 GMT) en las regiones bajo control gubernamental, o sea un tercio del territorio donde vive alrededor del 60% de la población.

"Hemos cumplido con nuestro deber nacional y ahora son los diputados los que deben cumplir las promesas", asegura Samer Isa, un camionero de 58 años, que votó en Damasco.

Delante de la puerta, los representantes de los candidatos intentaban por última vez convencer a los votantes.

Para estas segundas elecciones desde el comienzo de la guerra en 2011, 3.500 candidatos de más de 25 años aspiraban a los 250 escaños de diputados en el Parlamento, según el presidente del Comité Jurídico Supremo de las elecciones, el juez Hisham al Shaar.

Los expertos dan por sentado que los resultados serán similares a los de las legislativas de 2012, cuando el partido Baas, en el poder desde hace más de medio siglo, obtuvo la mayoría de los escaños. Son las "elecciones de la resistencia", proclama una pancarta.

 AP 163
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El presidente Assad votó por la mañana, acompañado de su esposa.

Yamine al Homsi, un funcionario de 37 años, votó "porque estas elecciones decidirán el futuro del país". "Espero que los diputados sean honestos con la patria", agregó.

"Un combate"

Por el contrario, Maysun no lo hizo. "La mayoría de los candidatos son ricachones que viven en el extranjero", criticó esta camarera de 45 años. "Tenía un apartamento en Yarmuk del que me tuve que ir por los combates y ahora no paro de mudarme de un sitio a otro".

"La mayoría de los candidatos son ricachones que viven en el extranjero"

La guerra fue el centro de la campaña electoral. Los candidatos rivalizaban con lemas patrióticos. "Nosotros defendemos la seguridad", "por nuestros hijos muertos, sigamos", proclamaban. Un aspirante a diputado se presentó como la voz de los "mártires del ejército heroico".

Por su lado, el periódico del partido Baas definió los comicios "como un combate para demostrar la solidez de las instituciones del Estado".

Las elecciones se celebraron después de varias semanas de calma relativa en virtud de un alto el fuego impulsado por estadounidenses y rusos. Una tregua que amenaza con saltar por los aires.

En Siria combaten distintos bandos: las fuerzas prorrégimen, los rebeldes moderados e islamistas y dos grupos yihadistas rivales, el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y el Frente al Nusra, o brazo sirio de Al Qaeda.

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En Palmira, de donde el ejército expulsó a los yihadistas de ISIS el 27 de marzo, se instalaron cuatro centros de votación, uno de ellos en la entrada del museo arqueológico devastado. "No tuve miedo de venir a votar", contó uno de los habitantes que regresaron a la localidad.

"No creo en ellas"

En Alepo, los comicios sólo se celebraron en los barrios controlados por el régimen. En la zona rebelde, los habitantes los rechazaron.

"Es una farsa. No creo en estas elecciones. Assad sólo quiere mostrar que posee un Estado, un pueblo y un régimen sólido"

"Estas elecciones son ilegítimas porque la gran mayoría del pueblo ya derrocó al régimen y no lo reconoce", declaró Alaa Karman, una profesora.

"Es una farsa. No creo en estas elecciones. Él (Assad) sólo quiere mostrar que posee un Estado, un pueblo y un régimen sólido", abunda Mohamed Zobeidiyé, un mecánico.

 AFP 163
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La oposición en el extranjero y los países occidentales también los denunciaron y la ONU abogó por la celebración de elecciones generales en 2017.

Según la comisión electoral, las elecciones se celebraron "en todas partes, salvo en las provincias de Raqa e Idlib", en manos de ISIS y del Frente al Nusra, así como "en las regiones con problemas de seguridad", en referencia a las zonas bajo control de los rebeldes. Pero "los votantes originarios de estas regiones podían votar en los sectores controlados por el ejército", añadió.