Las campañas secretas de los candidatos a ganar un Oscar

Productoras y agentes utilizan caminos alternativos para convencer a los más de 6 mil miembros del jurado de que sus candidatos merecen una de las estatuillas más codiciadas del cine

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Fiestas, almuerzos, proyecciones privadas, encuentros con los protagonistas, viajes: la carrera por el Oscar no se libra sólo en la gran pantalla. Durante meses, los nominados tienen que desplegar todo su carisma para conquistar a los votantes de la Academia.

La campaña por los galardones más prestigiosos del cine estadounidense es casi tan feroz como una campaña electoral. Hay que sonreír, ser simpático, hacerse selfies, responder preguntas y evitar polémicas a toda costa.

"No puedes sentarte y esperar a que la película haga el trabajo por ti", cuenta a la AFP Tom Nunan, productor ejecutivo de Crash, ganadora en 2006 de la estatuilla dorada a la mejor película.

Hay que pasar a la acción y ganarse los votos.


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Así lo están haciendo Leonardo DiCaprio, decidido a alzarse con el primer Oscar de su carrera; Brie Larson, la nueva promesa de Hollywood; o los equipos de La gran apuesta, El renacido y Spotlight.

Para ello, los estudios han puesto en marcha su maquinaria infernal: un ejército de publicistas y expertos en marketing encargados de diseñar la estrategia más exhaustiva e impactante.

Las productoras gastan entre 3 y 10 millones de dólares en promocionar a sus candidatos

Las compañías cinematográficas llegan a gastar entre 3 y 10 millones de dólares por película para que sus nominados estén en todas partes a todas horas, según datos publicados recientemente por la revista especializada Variety.

Las productoras más pequeñas deben contentarse con dar la batalla con un presupuesto más modesto, aunque echan mano de las redes sociales para promocionar a sus candidatos.

"Sin lugar a dudas, ayudan a darlos a conocer. Son una herramienta esencial en las campañas de hoy en día", explica a la AFP un publicista que prefiere mantenerse en el anonimato ahora que la carrera llega a su fin.

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Encandilar

El objetivo es encandilar a los 6.261 miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense con derecho a voto. ¿Cómo hacen? Aquí van algunos recursos:

1. Enviarles la película a casa.

"El DVD fue un punto de inflexión" para cortejarlos, recuerda Nunan. "Fuimos los primeros en enviarlo y eso marcó la diferencia" en la campaña de Crash, que terminó arrebatándole el Oscar a Brokeback Mountain.

2. Proyecciones privadas

Es lo que mejor funciona. Incluyen un turno de preguntas y respuestas para que los académicos conozcan personalmente a los protagonistas.

"Parece una tontería, pero si has ido a ver Birdman y te ha gustado y luego conoces a Michael Keaton y te cae bien, a la hora de votar le das tu apoyo", subraya a la AFP Alvar Carretero de la Fuente, de la agencia de relaciones públicas JJPR, usando como ejemplo a la gran ganadora de la pasada edición.

En un lujoso hotel de Los Ángeles, Matt Damon almorzó con 200 integrantes del jurado

Entre las campañas que su empresa lleva este año, se destacan The Martian y Brooklyn, candidatas a llevarse el premio más importante.

3. Almuerzos y cenas

Hace unos días organizó un almuerzo en un lujoso hotel de Los Ángeles para que unos 200 académicos conversaran con Matt Damon, nominado por su papel protagonista en la odisea espacial.


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Omnipresencia o bajo perfil

Los nominados suelen implicarse al máximo en la búsqueda de votos, aunque los estudios se cubren las espaldas pactando su participación.

Pero hay algunos, como Daniel Day-Lewis, que no hacen casi nada y ganan de todas formas. El actor recolectó ya tres Oscar, con Mi pie izquierdo (1990), There Will Be Blood (2008) y Lincoln (2013).

"La campaña no garantiza que vayas a ganar, pero te coloca en una mejor posición"

"En el fondo, todas las cosas que se hacen en campaña no garantizan que vayas a ganar, pero te colocan en una mejor posición y ayudan a que corra la voz" entre los votantes, asegura otra publicista que prefiere no dar su nombre.

Los protagonistas de este año están totalmente comprometidos para poder ser los grandes triunfadores de la gala del domingo 28 de febrero en el teatro Dolby de Hollywood.


Productoras y agentes utilizan caminos alternativos para convencer a los más de 6 mil miembros del jurado de que sus candidatos merecen una de las estatuillas más codiciadas del cine

Eddie Redmayne, Bryan Cranston, Cate Blanchett y Rooney Mara están haciendo campaña, pero DiCaprio y Larson los están eclipsando.

Lady Gaga, nominada en la categoría a la mejor canción por The Hunting Ground, también está omnipresente. No es una coincidencia que interpretara el himno estadounidense en el Super Bowl y que protagonizara el homenaje a David Bowie en los Grammy: fueron actos de campaña.

En cualquier caso, no ha habido controversias como la de 1999, cuando Shakespeare in Love ganó a Saving Private Ryan.

La prensa especializada atribuyó la victoria a la brutal campaña del productor Harvey Weinstein, el mejor estratega de la industria, que saturó los medios con anuncios y agasajó con demasiado esmero a los votantes. A Steven Spielberg, director de Saving..., se le congeló la sonrisa. Fue un momento de película.

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