Siete datos útiles sobre los fuegos artificiales

Recibir un nuevo año es un gran motivo para celebrar a lo grande. Y muchas personas eligen a la pirotecnia como el vehículo para hacerlo. Si bien suele ofrecer un espectáculo muy vistoso, lo cierto es que los fuegos artificiales son muy discutidos también por los accidentes que provocan.

Pese a eso, en Argentina y en el resto del mundo, los shows de luces siguen siendo una costumbre arraigada en las grandes celebraciones. A continuación, siete datos curiosos sobre el funcionamiento y uso de esta tradición milenaria.

Aunque parece algo moderno, la pirotecnia es un invento chino del siglo X en la región de Liuyang. Allí, un hombre llamado Li Tang desarrolló las primeras fórmulas explosivas que, a partir del siglo XI empezaron a popularizarse en las ceremonias religiosas para ahuyentar los espíritus. Luego empezaron a utilizarse en todo tipo de celebraciones y los cohetes, que eran artesanales, tenían figuras de dragones en madera.

En el siglo VII fue utilizada por los griegos y de su lengua nace el término pirotecnia, que significa "el arte de los fuegos". Más tarde, esta tradición se exportó al resto de Europa (donde la técnica fue mejorada) y luego al resto del mundo.

A lo largo del planeta, todos los años se realizan enormes producciones con pirotecnia y competiciones entre países. El primer puesto lo tiene Kuwait, con el mayor récord de fuegos artificiales: el 10 de noviembre de 2012 se lanzaron 77.282 fuegos durante 64 minutos ininterrumpidos de luces y terribles estruendos. Estados Unidos y Portugal tuvieron grandes récords internacionales de pirotecnia.

Detrás de esta tradición se esconde un negocio inmenso que la sostiene. Miles de millones de dólares se gastan cada año en unos pocos países como parte principalmente de una ostentación económica.

Los animales y las mascotas, sufren intensamente por los estruendos y la contaminación sonora de los fuegos artificiales a causa de sus sentidos altamente desarrollados. Como sus oídos están sobre-estimulados, los efectos en su salud pueden ser terribles, sobre todo en el aspecto psicológico.

Sin embargo, no son los únicos perjudicados ya que la salud humana se ve directa e indirectamente afectada: los residuos químicos que se desprenden de los cohetes caen al suelo o las aguas provocando mucha contaminación y suciedad. La enorme mayoría de los propulsores, oxidantes y agentes colorantes de que están compuestos son altamente perjudiciales.

-Son peligrosos

Durante las fiestas, los hospitales son protagonistas de los accidentes, en su mayoría niños, por cortes, quemaduras e incluso muertes por mal uso de pirotecnia, o pirotecnia no autorizada por el Renar. Por ejemplo, una bengala común, necesita 1903 grados para funcionar y ciertamente no es una idea prudente que un niño manipule esas temperaturas.