Crisis económica: Brasil generó más de un millón de desempleados en un año

Las nuevas cifras informadas este jueves por el gobierno de Dilma Rousseff indican que el 8,7 por ciento de la población activa no tiene trabajo. La industria y la construcción, motores de la caída

Compartir
Compartir articulo
 Reuters 163
Reuters 163

El indicador de desempleo en Brasil, país que está en recesión, aumentó una décima en el último mes y ha experimentado un fuerte salto desde el 6,9% registrado en agosto de 2014, según los datos del Estudio Nacional por Muestra de Domicilios Continuo (PNAD Continuo), publicación del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

El incremento del número de desempleados fue de 1,21 millones en un año, lo que sitúa el total de personas buscando empleo en 8,8 millones, mientras que la población activa permaneció estable en 92,1 millones.

El desempleo ha crecido de forma sostenida en todo Brasil desde noviembre de 2014

Los sectores que más empleo han destruido en el último año son la industria (-3,5%) y la construcción (-2,9%), que son los más afectados por la recesión que vive Brasil.

En las seis principales ciudades del país el desempleo fue del 7,6 % el pasado septiembre, según otro estudio oficial presentado por el IBGE la semana pasada y que será sustituido definitivamente en 2016 por la del PNAD Continuo, que incluye la metodología recomendad por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según estos datos, el desempleo ha crecido de forma sostenida en todo Brasil desde noviembre del año pasado, cuando llegó a un mínimo del 6,5%.

LEA MÁS:


La recesión persiste

La economía brasileña tan sólo creció un 0,1% en 2014, actualmente está en recesión y los expertos pronostican para este año una contracción del 3,0% en 2015.

El Gobierno ha puesto en marcha un plan de austeridad para corregir sus deficitarias cuentas fiscales y que ha contribuido a desacelerar la economía.

El paquete de medidas incluyó una subida de los tipos de interés, restricciones al crédito y al gasto público y una subida de impuestos, lo que ha desincentivado la inversión y el consumo.

La alta inflación, que alcanza un 7,64% en los primeros nueves meses del año, y el encarecimiento del crédito también han contribuido a enfriar el consumo de las familias, que tradicionalmente era el motor de la economía brasileña.