Video: el primer día de los refugiados sirios en Uruguay

La anunciada llegada se desarrolló bajo un estricto operativo de seguridad que impidió el acceso de la prensa, pero menos de una hora después de su arribo media docena de niños sirios jugaban al fútbol en los amplios jardines de la casa de los Hermanos Maristas que los alojará los primeros meses.

"Creo que los chicos son los que más rápido se integran", comentó a periodistas José Mujica, quien los recibió personalmente y luego llamó a otros países de la región a albergar refugiados.

"Pienso que otros países tienen que ayudar. Sé que Brasil ya está en el asunto acá en América", indicó, adelantando que convocará a acciones similares cuando Uruguay asuma la presidencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en la próxima cumbre del bloque, aún sin fecha definida.

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José Samaniego, representante regional adjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que colaboró con el plan uruguayo, también llamó el jueves a que "otros países se sumen a esta iniciativa de Uruguay a través de la organización de programas de reasentamiento".

El jerarca destacó el programa de visas humanitarias aplicado desde 2013 por Brasil y señaló que ocho países de la región han recibido, en forma individual, a unas 300 personas.

Pero confió en que en una cumbre de Estados en Brasilia el 2 y 3 de diciembre sobre migraciones se logre una "hoja de ruta que debe permitir ampliar el espacio de protección en América latina y en el Caribe".

Sirios sí, presos no

El primer grupo de refugiados está compuesto por cinco familias: una de 14 integrantes, otra de 12, dos más con seis integrantes cada una y una última de cuatro. La mayor parte de ellos son niños y adolescentes, el principal requisito del gobierno a la hora de la selección.

Un segundo grupo de unos 80 refugiados llegará en febrero de 2015.

Con banderas de Uruguay y mensajes de bienvenida decenas de personas recibieron con un cerrado aplauso a los primeros refugiados cuando ingresaron en un autobús con vidrios oscuros a la casa de los Maristas.

"Está muy bien que vengan estos y más", dijo a la AFP Carmen Ribouria, jubilada de 63 años. "Ellos están viviendo una situación horrible y hay que ayudar".

El caluroso recibimiento a los sirios contrasta sin embargo con el rechazo que ha despertado otra propuesta de Mujica para aceptar como refugiados a seis presos de la cárcel de Guantánamo.

Según una encuesta de la consultora Cifra difundida el jueves, el 69% de los uruguayos está de acuerdo con la llegada de las familias sirias. En cambio, otro sondeo reciente revela que el 58% rechaza que vengan prisioneros de Guantánamo.

La diferencia se ponía de manifiesto entre quienes se acercaron a darle la bienvenida a las familias.

"Está bueno que vengan (los sirios), que las madres trabajen y que los hijos estudien", dijo Luciana Donangello, de 31 años. "Pero con los presos (...) me genera inseguridad que vengan", agrega.

La decisión de Mujica de acoger presos se convirtió en un dolor de cabeza para el mandatario, en plena campaña electoral para sucederlo en el poder, al punto que el miércoles dijo que esperará la opinión del próximo gobierno.

Programa inédito

Las familias vivirán dos meses en el hogar de los Maristas, donde recibirán clases de español, capacitación laboral para los adultos y se buscará que se adapten a la cultura y leyes del país.

Se espera que paulatinamente los menores puedan integrarse al sistema educativo formal. La idea es que dentro de dos meses estén instalados, con vivienda y trabajo, en distintas zonas de Uruguay.

El programa costará al país sudamericano entre 2,5 y 3 millones de dólares.

Tras más de tres años de sangrienta guerra civil y el más reciente avance de los yihadistas del grupo Estado Islámico, Acnur estima que el número de refugiados sirios ya superó los tres millones, una cifra cercana a la población total de Uruguay.