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La aceitada relación que mantiene el gobierno de Brasil con Cuba de la mano de la gestión de Dilma Rousseff fue uno de los puntos calientes del debate que se realizó el martes por la noche entre los candidatos presidenciales. La mandataria defendió el apoyo financiero que su país le dio al puerto de Mariel, a 40 kilómetros de La Habana, a la vez que destacó otros proyectos a los que otorgó crédito en América Latina.
"Brasil tiene condiciones para hacer una política de apoyo a América Latina, que beneficia al país y a sus empresas", se justificó Rousseff. "Considero que las relaciones internacionales pasan por una política en la que Brasil asume la responsabilidad de ser la mayor potencia regional de América Latina", agregó.
La presidente argumentó que la financiación ofrecida por Brasil a esos proyectos está condicionada a la participación de empresas brasileñas en las obras y al abastecimiento de los materiales, por lo que, en su opinión, genera renta y empleo.
Puntualmente, sobre el puerto de Mariel, afirmó que "son positivas las relaciones con Cuba". Rousseff respondió de esta manera a la pregunta que le había hecho el candidato socialcristiano y pastor evangélico Everaldo Pereira.
De acuerdo con Pereira, el accionar de Rousseff "favorece a la dictadura cubana". De los 957 millones de dólares previstos para la Terminal de Contenedores de ese lugar, Brasil aportó u$s682 millones, provenientes del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). Las obras comenzaron en 2011.
El resto de los participantes evitó mostrar su postura al respecto, si bien es sabido que el opositor Aécio Neves mantiene una postura crítica. "No nos vamos a someter a Cuba", sentenció semanas atrás con respecto al polémico programa Más Médicos.
El debate, transmitido por red de televisión Bandeirantes, se realizó tras la divulgación de un nuevo sondeo de intención de voto que muestra que la ecologista Marina Silva, convertida en candidata presidencial tras la muerte del socialista Eduardo Campos, ganaría la presidencia con un 45% de apoyo en una segunda vuelta frente a la actual mandataria.
El sondeo del Instituto Ibope, divulgado horas antes del encuentro, indicó que Rousseff sería la más votada el próximo 5 de octubre, con un 34% de los votos, seguida por Silva, con un 29%, y por el socialdemócrata Aécio Neves, con un 19 por ciento. Pero en la segunda vuelta, sería Silva quien se impondría.