Cinco claves para cuidar la salud de los bebés en invierno

La alimentación, el abrigo, las salidas y las visitas en el hogar son inquietudes frecuentes de padres y cuidadores. Aquí una efectiva guía elaborada por expertos

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El invierno y las enfermedades que son frecuentes en esta estación suelen preocupar a muchos padres y cuidadores de bebés. Y es habitual que se pregunten cuánto hay que abrigarlos, si conviene tenerlos siempre en casa o si se deben limitar las visitas. Incluso, es posible que, para preservar la salud del niño, lleguen a tomar recaudos excesivos.

Sin embargo, basta con darles una buena alimentación, vestirlos bien y recordar algunas medidas simples pero efectivas para que los más pequeños se mantengan saludables durante los meses de frío.

Las principales claves están en esta breve guía, que surge de un trabajo conjunto con las doctoras Carmen Vecchiarelli, neonatóloga del Sanatorio Otamendi y FUNDASAMIN, y Cynthia Vartalitis, pediatra de la Fundación Stamboulian. Y debemos recordar siempre que los controles periódicos son pilares principales del cuidado infantil.

1. Mantener la lactancia materna

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Dar de mamar es la forma ideal de alimentar a los bebés. Además de proporcionarles todos los nutrientes necesarios para crecer, la leche materna los protege contra diversas enfermedades, entre ellas, infecciones del oído y respiratorias, diarrea y alergias. Por los beneficios que aporta, es el alimento que los niños necesitan en forma exclusiva durante los primeros seis meses. Y aunque luego se incorporen las papillas, es conveniente extender la lactancia el mayor tiempo posible, idealmente, hasta los dos años.

2. Conocer las vacunas requeridas y las demás medidas de prevención de infecciones

Como complemento de la nutrición adecuada, se debe cumplir con los esquemas de inmunización infantil. Al llegar el frío, es importante que todos los niños de entre 6 y 24 meses inclusive hayan recibido la vacuna antigripal, que en la Argentina es gratuita y obligatoria para ellos. Debe aplicarse todos los años, preferentemente, entre marzo y mayo. Los bebés que se inmunizan por primera vez reciben dos dosis, mientras que, en la temporada siguiente, solo necesitarán una.

Como los menores de seis meses no pueden recibir la vacuna contra la gripe y no tienen aún completo el esquema de inmunización contra la tos convulsa, las mujeres deben vacunarse durante el embarazo o después del parto. También se aconseja que lo hagan los familiares que conviven con ellos y los cuidadores.

Durante el invierno, es habitual que los bebés presenten otitis media aguda (OMA), una enfermedad infantil muy común que puede derivar de los resfríos. También suelen contraerla los pequeños que maman o toman la mamadera recostados boca arriba. Por eso, se recomienda tenerlos en brazos (con la cabeza y el torso elevados), alimentarlos en esa posición y, al finalizar, esperar entre 20 y 30 minutos antes de acostarlos.

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Otras medidas efectivas contra la OMA son el lavado de manos, la higiene doméstica y de los juguetes, y las vacunas antigripal y antineumocócica. Esta última previene, además, la neumonía, la meningitis y otras infecciones graves causadas por el neumococo, y forma parte del Calendario Nacional de Vacunación (CNV) desde 2011, por lo que también es obligatoria y gratuita. Puede aplicarse en cualquier momento del año y contempla tres dosis: a los 2, 4 y 12 meses.

Aunque todavía no contamos con una vacuna contra la bronquiolitis, es clave recordar que existen medidas de cuidado general que pueden prevenirla. Las más importantes son amamantar, lavarse las manos de forma adecuada y regular, ventilar y limpiar las habitaciones, y no fumar. En la actualidad, el Ministerio de Salud de la Nación provee de manera gratuita un producto llamado palivizumab que se usa para proteger a los niños con alto riesgo de adquirir esta infección, como los prematuros y los chicos que tienen enfermedad pulmonar o cardíaca.

A partir de 2015, formará parte del CNV la vacuna contra el rotavirus, que previene las diarreas infantiles –potencialmente graves– que este virus causa con mayor frecuencia durante el invierno. Por el momento, esta inmunización solo está disponible en el ámbito privado.

3. Mantener los ambientes templados y no abrigar por demás a los niños

Los bebés no deben sufrir ni frío ni calor excesivos. Por eso, es conveniente que permanezcan en espacios templados (a 25 °C) y que no estén expuestos a cambios bruscos de temperatura. Tampoco se los debe abrigar por demás para reducir el riesgo de muerte súbita.

Cuando transpiran, hay que quitarles parte de la ropa. No importa si sus manos o sus pies están fríos, porque esto es normal. Incluso en invierno, si no se encuentran bien o tienen fiebre, necesitan poco abrigo. Como los bebés eliminan el exceso de calor por la cabeza, esta no debe cubrirse en ambientes cerrados.

Para sacarlos a la calle, conviene evitar los días muy fríos y ventosos. En época invernal y durante los primeros meses de vida, se recomienda no llevarlos a lugares cerrados y con mucha gente, ya que exponen a enfermedades. Si es necesario entrar en un sitio cubierto (casa, ómnibus, auto o tren), hay que quitarles el gorro y la ropa de abrigo, aunque esto pueda hacer que se despierten.

Los bebés no deben dormir con bolsa de agua caliente o manta eléctrica, ni cerca del radiador ni expuestos a la luz solar. Para ajustar la temperatura, conviene utilizar mantas finas. Y, si alguna se coloca doblada, se debe considerar que equivale a doble abrigo. Solo se debe tapar al niño hasta la cintura. En este último caso, los brazos y las manos deben quedar descubiertos.

Asimismo, por el riesgo de muerte súbita, se debe evitar que la ropa de cama cubra la cabeza o que el niño pueda deslizarse bajo las sábanas y mantas. Para esto, se aconseja que haya un tope a los pies del bebé o rodear sus piernas con un almohadón en forma de medialuna. Hasta los seis meses de vida, se debe acostar siempre al bebé boca arriba con el fin de reducir el riesgo de muerte súbita. Colocarlo de costado no resulta seguro.

4. Dejar de fumar y evitar el consumo de tabaco cerca de los niños

El contacto con el humo del cigarrillo es nocivo para los bebés, incluso desde la gestación. Fumar durante el embarazo hace que aumente el riesgo de muerte súbita, y los bebés expuestos al humo después del nacimiento tienen también más chances de sufrir este síndrome, así como bronquiolitis y OMA. Por ello, si no lo hicieron antes, tanto la madre como el padre deben dejar el hábito desde el momento de la concepción. Tampoco se debe permitir a otras personas consumir tabaco cerca del bebé ni en otras habitaciones.

5. Recordar a las visitas las normas de prevención de enfermedades

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La llegada de un bebé es todo un acontecimiento y despierta el interés de los familiares y amigos por conocerlo y visitarlo. Cuando esto sucede, es crucial adoptar el hábito del lavado de manos para prevenir la transmisión de enfermedades. Se debe tratar, además, de no besar con mucha frecuencia al niño y de que no lo visiten personas resfriadas o enfermas. También se debe estar atento a los chicos en edad escolar, que pueden portar gérmenes. Por último, es importante que los horarios de visita no alteren la rutina del bebé.



* Daniel Stamboulian es médico infectólogo. Presidente de FUNCEI/Fundación Stamboulian y de Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries (FIDEC). Director médico de Stamboulian Servicios de Salud. Expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y de la Asociación Panamericana de Infectología (API).