Percy Fernández, alcalde de Santa Cruz, de 75 años, aprovechó un acto público para tocarle el muslo a la periodista Mercedes Guszmán. La reportera del canal privado Red Uno se incomodó y retiró la mano de Fernández. "Déjeme que se la agarre. Tacaña, tacañera es eso, ¿no?", le respondió el jefe comunal. Allí se desató el escándalo que incluye una causa judicial.
Sin embargo, Fernández se ganó el mote de "mano larga mucho tiempo antes". El diario boliviano El Deber reveló que, en marzo de 2012, ya había tratado de manosear a la presidente del Concejo Municipal, Desirée Bravo. La cinta es más que elocuente. Se ve a la dirigente hacer malabares para atajar las manos del político. Bravo intenta seguir con su discurso mientras Fernández se ríe de sus evasivas.
Dos años antes del episodio de la nalga, Fernández ya había protagonizado otro escándalo. En 2010 visitó obras en su localidad y tomó a la fuerza a una de las trabajadoras. Bajo presión, la obligó a darle un beso. En la cinta se observa que ella se ríe de la situación, aunque se nota que está nerviosa. Él, sin vestigios de culpa, se vanagloria de su actitud con otros asistentes.