Debutaba en Boca un jugador tan amado como odiado: Diego Latorre

"Gambetita" tiene una historia muy particular en el fútbol argentino. Fue figura e ídolo de Boca, adonde llegó porque Mario Zanabria lo vio en un inter-country. Así que prácticamente sin hacer inferiores y sin tener un origen humilde, se dio el lujo de ser figura y goleador en La Ribera. Sin embargo, será recordado por una frase y un gesto. Una injusticia, para un gran jugador...

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Diego Latorre debutó en Boca un 18 de octubre de 1987, en el partido que el "Xeneize" enfrentó a Platense como local, en lo que fue la derrota del conjunto de La Ribera por 3 a 1. Ese día, el futbolista anotó su primer tanto en la máxima categoría, a la cual llegó luego de que Mario Zanabria lo descubriera en un country y lo llevara a la Primera del equipo, sin hacer las divisiones inferiores.

A pesar de que no tuvo los años del resto en categorías menores, "Gambetita" se adaptó sin problemas y rápidamente se convirtió en ídolo del club, con el que fue campeón de la Supercopa 1989, la Recopa 1990 y la Copa Master 1992. Sin embargo, uno de sus goles más recordados fue el que le hizo a River en la Libertadores 1991, en aquel "Superclásico" que Boca le ganó al "Millonario" 4 a 3, tras ir perdiendo 3 a 1.

Al mismo tiempo, Latorre fue llamado a la Selección de Alfio Basile, con la que logró la Copa América 1991 de Chile. El atacante formó un gran dupla de ataque con Gabriel Batistuta, con quienes se lucieron en aquel recordado título de la "Albiceleste". Luego de ese campeonato, se fue al fútbol europeo y tuvo un paso por la Fiorentina de Italia, Tenerife y Salamanca.

En su vuelta, Latorre regresó a Boca y el amor de los hinchas hacia él se volvió en contra cuando afirmó que el plantel conducido por el "Bambino" Veira "era un cabaret". Esa frase marcó el final del jugador en el "Xeneize", al punto que sus dichos son recordados cada vez que hay una pelea interna en el conjunto de La Ribera.

Después, también estuvo en el Racing de Ángel Cappa, Chacarita y Rosario Central, mientras que además jugó en Cruz Azul de México, Celaya y Dorados, todos de ese país, como así también en el Comunicaciones de Guatemala, donde se consagró como campeón en el año 2003. Jugando para la "Academia" no tuvo mejor idea que hacerle a la hinchada de Boca el gesto que inmortalizara Ángel Labruna, el de taparse la nariz por el "olor a bosta". Le costó el amor de la hinchada "xeneize" hasta hoy.