México, Chile, y una educación problemática

En uno, la universidad gratuita no alcanza para todos. En el otro, las instituciones ahogan a sus egresados con altos créditos de estudio. Especialistas describieron la situación

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México y Chile podrían considerarse como perfectos opuestos en materia de educación, aunque los extremos se toquen en una América Latina donde la problemática académica preocupa a los expertos. En el primero, una universidad prestigiosa resulta prácticamente gratuita y su acceso es un derecho adquirido. En el otro, la excelencia se paga cara, con endeudamientos que agobian a los egresados durante años.

Pero la comparación no puede hacerse sin explorar la radiografía de cada país. En ese sentido, Felipe Martínez Rizo, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y del Sistema Nacional de Investigadores, explica que pese a la gratuidad de las universidades de México no hay una situación de igualdad entre los estudiantes.

"El Estado dedica proporcionalmente mucho más tiempo a la educación superior que a la básica. Esto es una profunda injusticia porque la mayoría de los chicos no llega a la universidad. Los que sí lo hacen, aunque no sean de una elite económica, sino de clase media, son privilegiados en un país con tanta pobreza", dijo a Infobae América durante su paso por Buenos Aires, donde participó del seminario de Evaluación Docente, organizado por el Gobierno de la Ciudad.

El especialista describe así un México con más de 110 millones de habitantes, con un sistema educativo de grandes dimensiones "porque la población es muy joven": 14 millones de chicos en primaria, más de 6 millones en el secundario. A eso se suman la extensión geográfica del país y la diversidad cultural. "Tenemos una desigualdad muy grande, con una numerosa población indígena que habla distintas lenguas y con regiones de extrema pobreza", resalta.

"El sistema educativo no ha logrado contrarrestar los problemas de los hogares más desfavorecidos. Los niños que padecen más carencias también son atendidos en los establecimientos más carenciados", remarca. Por eso, sin descalificar la universidad pública, Martínez Rizo señala la contradicción de un sistema que se supone abierto a todos, pero que en los hechos sólo queda para algunos.

En Chile, la problemática es distinta. "Es el Estado con más crecimiento y estabilidad económica de los últimos 10 años en América latina y el Caribe. Hoy por cómo están en el mercado mundial los principales productos de exportación chilenos hay una capacidad económica para brindar mejoras en la educación pública", afirma el cubano Héctor Valdés Veloz, investigador en el Centro de Investigaciones Avanzadas en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile y rector académico de la Academia Iquique.

Aún así, la educación "cuesta": "Es gratuita cuando se logra establecer como política, pero cuesta y mucho. Por lo tanto, no se puede ver como un derecho que se adquiere y ya, sino que también es un compromiso por parte de los beneficiados de que se pueda mantener la producción de bienes materiales en el país", advierte.

Para Valdés, el problema central en Chile no es el valor per se de la universidad porque lo que preocupa a los estudiantes es "el interés con que se cobran los créditos que se dan, que endeudan por 30 años a las familias". Contra esto, recuerda, se han realizado las protestas estudiantiles en los últimos tiempos.

"Se está lucrando con la educación", afirma y agrega: "Una cosa es que no se logre una educación gratuita y que se cobren costos módicos, y otra cosa es que se cobre a precios inaccesibles y se lucre". También añade que hay muchas universidades surgidas al calor de los años 80 y 90 que "ni siquiera dan la garantía de brindar una calidad adecuada".



Argentina: sólo egresa 1 de cada 100 niños de bajos recursos

En este país, la realidad universitaria es distinta. Buenos Aires en particular atrae a cientos de estudiantes latinoamericanos por el prestigio de sus instituciones, tanto públicas como privadas, y sus bajos costos.

Pero el sistema tiene sus fallas. "Hoy solamente 8 de cada 100 chicos llega a conseguir un título universitario", subrayó el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich.  Entre los sectores más desfavorecidos, solo el 0,01 por ciento logra egresar de la universidad, reveló durante el seminario La reforma educativa y la evaluación de los docentes, que reunió a más de de 500 expertos y referentes de la educación internacional y nacional en la ciudad de Buenos Aires.