Personal trainers, ideales para revertir la falta de voluntad

Tener un entrenador personal que lo obligue a hacer ejercicio físico cuesta entre 30 y 150 pesos por hora. La actividad no está regulada y muchos instructores no están capacitados para trabajar. Ventajas y cuidados para tener en cuenta si elige esta forma de ejercitarse

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Para algunas personas, es cuestión de estatus. Para otras, una necesidad de doblegar la menguada voluntad. Los entrenadores personales surgieron hace más de una década pero en los últimos seis o siete años se pusieron de moda.

Un estudio elaborado en Mendoza en 1999 sobre la demanda personal trainers mostró que había una clara orientación en los gimnasios a ofrecer este tipo de servicio pero relacionado con el mantenimiento de la salud y aptitud física. En los clubes, en cambio, se dio importancia al aspecto deportivo, por lo que predominaban los instructores como preparadores físicos y directores técnicos deportivos.

Sin embargo, en la calle, en las bicisendas y en los parques aparecen los instructores que impulsan a las personas a realizar actividad física. "Es muy difícil armar una estadística porque hay gente trabajando que no es idónea ni tiene preparación específica", señala Silvina García Segura, vicepresidenta de la Asociación Argentina de Entrenadores Personales (AAEP).

García Segura revela que desde la entidad está promoviendo la creación de una mutual para los instructores y una certificación para que obtengan obra social y jubilación. Además, una certificación de sus tareas para presentar ante sus empleadores.

?Antes no era tan popular. Tener un personal tiene cierto nivel de status?, observa Juan Pablo Bacchi, profesor de Educación Física y entrenador personal desde hace 12 años.

En algún punto coinciden las opiniones. Magalí Moratorio, profesora de Educación Física y entrenadora en la localidad bonaerense de Tandil asegura que los EP son "un referente del estado físico, la alimentación sana y la conducta en la ejercitación".

"La gente busca verse bien, está muy pendiente de la imagen corporal. Lo importante es la salud y para eso estamos nosotros, para guiar y planificar el entrenamiento", añade.

Pero un trainer no es accesible para cualquiera. En general, los entrenadores cobran por tiempo de trabajo, que varía entre una hora y hora y veinte. En general, las tarifas empiezan en los 30 pesos por hora y se van incrementando según la experiencia, los costos fijos (el traslado, por ejemplo) y hasta la moda.

Este es otro de los puntos que intenta controlar la AAEP. "Intentamos dar un servicio a los que se dedican a trabajar en esta área, para que tengan una idea de lo que están haciendo. Pero hay profesores que están cobrando mil pesos por mes por dar tres horas semanales. En los Estados Unidos hay una regulación y es lo que vamos a proponer acá", señala la entrenadora personal.

El otro riesgo de los personal trainers ?de oficio? es que no están capacitados para trabajar en fitness. ?Algunos dan dietas y suplementos vitamínicos. Pero la parte médica y nutricional debería hacerla un profesional del área", advierte Bacchi, que da clases en el Vilas Racket.

Ventajas de un entrenador propio

?Los EP toman las características de cada persona y sus objetivos. Trabajan sobre ambas para evolucionar?, relata Bacchi. "Teniendo un personal al lado, sabes que tu entrenamiento está profesionalmente organizado. Es importante tener un profe para controlar la técnica de tus ejercicios y evitar las posibles lesiones", añade Moratorio, que también es consultora del portal especializado Redfitness.

Los entrenadores son bienvenidos para una rehabilitación, para mejorar una postura, para ampliar la capacidad aeróbica, para mejorar la imagen y para bajar o subir de peso, según sea necesario.

Las diferencias con ir a un gimnasio, o tomar una clase aeróbica y localizada con un grupo, es que en las clases grupales o el entrenamiento sin asistencia no se trabaja al 100% de la capacidad de cada persona.

Los trainers aseguran que los resultados de un entrenamiento de este tipo se ven cada tres meses. ?Se evalúa sistemáticamente para saber si el alumno evoluciona?, añade Bacchi.

Según sostienen los profesores, lo óptimo es entrenarse tres veces por semana. El mínimo es una y que el resto de los días el alumno continúe solo con una rutina prefijada. Bacchi plantea un trabajo anual porque ?antes no hay cambios significativos?, sostiene.

El auge parece darse en ciudades grandes, como Buenos Aires, Córdoba o Mendoza. En el interior no hay tanta difusión. En cambio, en países desarrollados hay también más posibilidades de capacitación.

"La gente del interior está más acostumbrada a realizar los ejercicios por cuenta propia, o salir a caminar con amigos, ir a clases masivas, pero todo es costumbre: ahora se ven mas los entrenadores personales", asegura Moratorio.

Terapia sin diván

Varios entrenadores personales cumplen otra función: son las orejas de los problemas y vicisitudes del alumno, que habla y habla mientras intenta hacer ejercicio. Bacchi lo define como un ?personal crazy?: es una relación que va más allá del profesor-alumno. Se establece un vínculo social, y hasta una forma de desahogo para las personas. Son alumnos que buscan una oreja, más que un entrenador.

El peligro de la capacitación

El boom del entrenamiento personalizado abrió los ojos a distintos profesores de gimnasia, fitness y licenciados en ciencias del deporte. En líneas generales, los PT son profesores de educación física, pero en otros casos, apenas son amateurs que decidieron hacer cursos específicos del tema.

En Capital Federal existen más de 150 centros privados que ofrecen cursos, seminarios intensivos y hasta la ?carrera? de Entrenador Personal. Lo ideal es pedir a su entrenador que le muestre el certificado del curso y que avala sus conocimientos, sobre todo antes de comenzar una rutina.

Uno de los centros más antiguos es el ICET de Silvia Chediek, reconocido por instituciones oficiales como el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. En esta entidad dictan un instructurado de dos años de Personal Trainer.

Asimismo, otras instituciones de fitness con reconocimiento oficial ofrecen otras variantes: cursos, seminarios e incluso, lo dictan como una materia más o un taller dentro de algún instructorado en fitness.

En el Centro Europeo de Educación Física (CEEF) se puede tomar un curso de 9 meses sobre entrenamiento personalizado. Para los profesionales e instructores se acorta a uno intensivo de cuatro meses. Este instituto está homologado por el Comité Olímpico Argentino.

Además, el Área de Ciencias del Movimiento del Instituto y Cátedra de Fisiología Humana, dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, ofrece formación en este ámbito. Se trata de un curso a distancia, aunque hay cinco clases presenciales. El curso cuenta con más de 650 egresados.

Denise González Eguilior
deguilior@infobae.com