Desde que la conoció, Elvira fue para Emilio Disi la versión definitiva del amor. Con ella conoció lo que él definía como la calma y la felicidad. Juntos criaron a Laura, Cecilia y Fernanda, las tres hijas de Elvira de un matrimonio anterior que el actor adoptó como propias. Las tres lo consideraban su padre, y los hijos de ellas lo llamaban abuelo. Sin embargo, no fue el único gran amor del actor.
El día en que la conoció y se enamoró de ella, en 1991 en Punta del Este, Emilio estaba casado aún con Dorys del Valle. Llevaban 18 años juntos y eran una de las parejas más reconocidas y queridas del medio. Juntos, habían convertido su familia no solo en un proyecto de amor sino también en una sociedad laboral.
Comenzaron a salir a principios de los 70. Ella era una figura ya reconocida de la televisión. Había tenido una carrera de bailarina (estudió en el Teatro Colón), pero su fama llegó como actriz. En 1955 fue elegida Miss Televisión, un premio que le marcó el camino. Emilio por su parte hacía carrera de actor, tenía sueños de interpretar los grandes clásicos y realizar una
carrera dramática. Sin embargo, el humor siempre se le imponía. Eso fue justamente lo que los unió inmediatamente al conocerse. Dorys era una mujer de fama, la de Emilio todavía estaba por venir, pero no imaginaba que se iba a convertir en el ícono del humor que fue después.
Se enamoraron y no solo comenzaron un romance sino también una sociedad. Rápidamente comenzaron a trabajar juntos en programas de televisión como Un departamento de comedia, Casi una pareja, Stress y Sume y lleve; y en temporadas teatrales. El público los amaba, tanto como dupla creativa y como modelo de familia. Pero al parecer, puertas adentro no era tan así. O al menos eso cuenta Dorys del Valle, que luego de la dramática ruptura nunca pudo perdonar a Disi. Pero el final todavía no llegaba, había aún cosas por vivir juntos.
En la década de los 80 la rompieron en las temporadas de verano. Emilio compró un trailer e iban en familia a las distintas ciudades de la costa llevando sus espectáculos. Todos trabajaban, él y ella sobre todo. Protagonizaron temporadas en Teatro Hermitage de Mar del Plata, fueron los reyes de varias temporadas.
Se mostraraban como la pareja perfecta, "la familia Ingalls", decía Dorys, pero no todo era alegría. Según ella, a Emilio le gustaba la noche y a ella el día, por lo cual muchas veces no coincidían en costumbres. Ya separados, Dorys llegó a decir que si bien nunca se enteró de otra mujer estando juntos, ya separados fue enterándose de romances.
Martín Guerrero (hijo de Dorys y Francisco Guerrero), vivió mucho tiempo con su madre y Emilio en la casa familiar del barrio de Belgrano. Para él, Disi fue como un segundo padre con quien se siente en deuda. Consultado para esta nota, aclaró más de una vez que si pudiera decirle algo hoy solamente sería un enorme gracias, e intenta desmarcarse de las opiniones de su madre, que hizo declaraciones muy duras incluso sabiendo la noticia del
fallecimiento del actor. "Mi mamá se expresa como puede. Ella me dice que se le terminó hace 25 años lo que sintió por Emilio, y ahora lo que siente es que le duele que se muera como cualquier persona, pero que no tiene un vínculo afectivo", explica Martín, al tiempo que aclara que no se siente igual que ella. "Yo tengo un gran agradecimiento porque hasta los veintipico Emilio fue la persona que me crío. Cuando yo necesitaba una aspirina, una
lección de historia o lo que fuera, él estuvo. Charlábamos muchísimo. Yo tenía una gran relación con él y quiero a Emiliano (NdR: el único hijo biológico de Emilio) como mi hermano", agrega.
En relación a cómo era esa casa de familia, recuerda: "Era divertidisimo vivir con él. Teníamos una casa de puertas abiertas. Hacíamos asado siempre. Mi vieja se iba a dormir temprano siempre y nosotros nos quedábamos tomando champagne, mirando películas. Era una relación absolutamente de compinches. Y en cuanto a la pareja que tenían con mi
madre, yo percibía de afuera que se divertían mucho. Había un gran clima de amor y de familia".
Según él, la relación de Disi y Del Valle fue buena durante mucho tiempo, hasta que sucedió lo que sucedió. Emilio viajó a Punta del Este y conoció a Elvira. Se enamoró y decidió dejar a Dorys. No fue de la mejor manera. De un día para otro, le anunció lo que le pasaba y se terminó la pareja. Dorys quedó destruída, tanto que al día de hoy lo recuerda con bronca. Atravesaron cinco juicios, cuatro civiles y uno penal. Martín trata de analizar la situación: "Yo tenía 27 años cuando pasó. Volví de los Estados Unidos, donde estaba estudiando, y ahí mi mamá recibió la llamada de Emilio en la que le dijo que se separaban. Yo no era su esposa, lo que pasó entre ellos quedó entre ellos. Hablé con Emilio después de eso pero me lo guardo para mi. Lo único que puedo decir es que uno se separa como puede, no como quiere".
Laura Ferrer, hija del corazón de Emilio (aunque ambos se consideraban directamente padre e hija), también recuerda aquel momento, en el que apenas tenía 20 años. "Fue un caos cuando comenzó a salir con mi mamá. Lo que más me dolió fue que la ensucien. Ella es muy perfil bajo y nunca va a salir a decir nada, pero yo la voy a defender. Ella (por Dorys) dice que eran amigas con mi mamá y que fue traicionada. No fue así. Es mentira, ni se conocían. Mi mamá solo la había visto en la tele, nunca en persona. Yo tampoco. Lo que pasó fue que se conocieron con Emilio y se enamoraron. Eso fue todo. Si una persona tiene que crucificarse por enamorarse de otra persona me parece un horror. Uno se separa como puede, no como quiere", dice, en coincidencia con el hijo de Dorys.
Consultada sobre qué decía Emilio de esa situación y de los ataques de Dorys, dice que ella nunca lo escuchó hablar mal ni de su ex esposa ni de nadie. "Si alguien le preguntaba algo de Dorys o algo incómodo, él hacía un chiste o se reía. Emilio no se enojaba con nadie", dice. Más allá de los trascendidos de que su madre inició acciones legales contra Del Valle,
prefiere no meterse en eso y dice que todo está en manos de los abogados, pero cuenta que siempre supo lo que había pasado entre ellos: "fuimos desde el principio una familia muy unida que hablaba todo", dice.
"Como padre fue excelente", asegura cuando le preguntamos sobre su relación con él. "Ya ni digo padre adoptivo porque es padre. Fue un padre con todas las letras. Y un abuelo increíble. Ver a mis hijos sufrir por su partida me parte el alma. No sé qué decirles. La verdad es que hoy en día estoy enojada, con Dios, con el universo, con lo que exista. Tengo
una tristeza inmensa".
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