Golpes de puño y botellazos en una parrilla de Ituzaingó: los clientes se enojaron con las mozas porque había mucha espera

Ocurrió este domingo, en plena celebración por el Día de la Madre. Tres empleadas resultaron heridas

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Botellazos y trompadas en una parrilla por el Día de la Madre

Lo que debía ser un tranquilo y distendido almuerzo para celebrar el Día de la Madre terminó en una batalla campal entre clientes y mozos de una parrilla ubicada en Ituzaingó, que dejó como saldo tres trabajadoras heridas y el triste recuerdo de una jornada para el olvido ya que el lugar estaba completamente colmado de familias.

El lamentable episodio ocurrió en un local gastronómico ubicado en la colectora del Acceso Oeste, cerca del peaje (en Presidente Perón al 10.100), cuando una pareja se acercó a almorzar pasado el mediodía.

Debido a que era un día muy particular y, además de las reservas, muchos de los comensales habían arribado temprano; cuando el hombre y la mujer se recepcionaron les informaron que había una demora de al menos 40 minutos. Ellos decidieron esperar pero al ver que pasaba el tiempo y no se liberaba ninguna mesa se pusieron intolerantes con la recepcionista y la mujer, enfurecida, le pegó una trompada en la cara y ahí se desató una batalla campal.

“Había mucha gente y muchas mesas para ser atendidas. La gente estaba alegre y de un momento a otro se desencadenó un batalla campal de gente tratando de separar a otra”, relató a Telenueve Micaela, una de las mozas que recibió un botellazo en la cabeza y tuvo que ser trasladada en ambulancia hasta el Hospital de Merlo para que le dieran puntos en la herida.

Micalea tiene 27 años y es una de las mozas que fue agredida a botellazos en la parrilla
Micalea tiene 27 años y es una de las mozas que fue agredida a botellazos en la parrilla

“En un momento, cuando quiero separar a mi compañera Macarena (la recepcionista) para que quedara todo ahí y sacaran a esa familia del lugar de una vez; otra compañera recibió un botellazo, pero no de vidrio sino de plástico con hielo adentro. Trato de sacarla a ella también y en ese momento siento algo caliente en mi cabeza y escucho cómo me parten una botella de vidrio para después ver como me caía la sangre por toda la cara”, recordó la joven, de 27 años.

Desconcertada por la agresión y en pleno estado de shock, la trabajadora fue asistida en el baño de la parrilla por una médica y una pediatra que estaban comiendo en ese lugar, quienes luego dieron aviso al servicio de emergencias.

“La pregunta que me hago es ‘¿por qué?’, porque no había motivo ni razón”, repetía Micaela una y otra vez ahogada en llanto. “Fue un acto de inconciencia e inhumanidad. Se ve que es gente que está acostumbrado a este trato desde la cuna porque no hay explicación racional para que le partas un botellazo a alguien o pegarle una piña a una recepcionista delante de todos los comensales por no encontrar una mesa”, señaló indignada.

Los clientes que estaban almorzando tuvieron que interceder para calmar al matrimonio agresor
Los clientes que estaban almorzando tuvieron que interceder para calmar al matrimonio agresor

“Macarena ligó una piña de parte de una mujer y atrás de eso el marido siguió accionado cuando todo tendría que haber quedado ahí. Los mismos clientes trataban de separar la situación y les pedían por favor que se tranquilizaran pero no hacían caso”, se lamentó la joven, que es la primera vez que le toca vivir una agresión de este tipo.

Una vez que los agresores abandonaron la parrilla, se subieron a un utilitario blanco y se marcharon por la colectora, sentido hacia Luján. Según contó la moza, uno de los testigos registró la patente del vehículo y ya se la informaron a la policía.

La parrilla estaba repleta de familias, que se solidarizaron con las mozas y la recepcionista
La parrilla estaba repleta de familias, que se solidarizaron con las mozas y la recepcionista

Pablo, el dueño de la parrilla, radicó la denuncia policial junto a la recepcionista y una de las mozas agredida; mientras que hoy lo hará Micaela.

“Estoy orgullosa del equipo de trabajo que tenemos. Mi trabajo es fundamental para mantener mi techo y a mi hijo de 3 años. Amo mi trabajo y el lugar donde estoy. No puede pasar esto nunca más por una silla”, concluyó la joven.

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