Una tormenta repentina y de magnitud inusual azotó el norte del conurbano bonaerense este martes por la tarde, dejando a decenas de familias del partido de San Isidro y sus alrededores con daños materiales y el ánimo golpeado a horas de la Nochebuena. En la localidad de Boulogne, la realidad se tornó especialmente dura para la familia González, que vio cómo el techo de su vivienda se desprendió por completo a causa del viento y la lluvia, exponiendo sus pertenencias y recuerdos a la intemperie.
Según relató Matías González en diálogo con Infobae, el fenómeno arrasó de tal manera que “el techo del primer piso se voló la chapa entera con varios machimbres, por lo que quedó en partes huecos en el techo directamente, se mojó absolutamente todo en la casa”.
La familia, compuesta por los padres y la hija de 19 años, perdió muebles, ropa y buena parte de lo acumulado tras años de trabajo. El agua, que llegó a filtrarse desde los toma corrientes, obligó a repensar la seguridad de la vivienda: “A la casa vamos a tener que hacerle arreglos de todo tipo porque el agua llegó a caer desde los toma corriente directamente”.
El testimonio da cuenta del impacto inmediato y devastador: “A mis viejos no les gusta mucho la idea de pedir ayuda, pero con mi hermana queremos darles una mano porque son gente trabajadora y humilde, todo lo que tienen se lo ganaron justamente y verlos así la verdad que me destruye”, expresó Matías.
La familia se vio obligada a improvisar soluciones en plena emergencia. La hija menor optó por resguardarse en la casa de su novio, mientras los padres se mantuvieron firmes en su decisión de no abandonar el hogar: “No hay manera de que pasen en otro lado la Nochebuena, no quieren dejar la casa que tanto se esforzaron en construir ellos mismos”, compartió el joven.
El episodio no es aislado. Varias localidades del Área Metropolitana de Buenos Aires experimentaron anegamientos y destrozos tras la caída de entre 80 y 83 milímetros de agua en menos de dos horas, un registro que ronda la media mensual en la zona y que tomó por sorpresa a los vecinos.
El titular de Defensa Civil de la provincia de Buenos Aires, Fabián García, explicó: “Cayeron 80 milímetros en menos de una hora. No había un pronóstico que nos indique eso, entonces las defensas de la población y la circulación estaban bajas”.
El funcionario destacó que el fenómeno fue muy puntual y que la zona de la autopista Panamericana resultó especialmente afectada, con automóviles y conductores atrapados por la crecida del agua. Más de 30 rescates de vehículos se realizaron en ese corredor vial.
En Boulogne, las consecuencias del temporal se multiplicaron. Según el relato de Matías, las chapas del techo de su casa salieron despedidas hasta 30 metros, cayendo sobre viviendas vecinas y en plena calle.
La familia se encargó de retirar los escombros y piezas rotas, pero la ayuda oficial no llegó. “Cuando estábamos sacando los escombros del techo, pasó Defensa Civil y la Policía, nos vieron y no fueron capaces de frenar para al menos preguntar si estábamos todos bien”.
En ese contexto, la solidaridad barrial cobró protagonismo. “Se acercaron amigos y vecinos a ayudarnos por suerte”, contó González. La vivienda de los padres se encuentra a una cuadra de la Panamericana, sector donde, según el joven, “quedaron 12 autos inundados hasta el techo”. El barrio y sus alrededores sufrieron cortes de energía, calles convertidas en lagos y árboles caídos.
La Municipalidad de San Isidro comunicó que las lluvias registradas constituyen el evento más intenso de los últimos años. Las bombas de defensa costera se mantuvieron operativas y permitieron reducir la acumulación de agua en zonas críticas, aunque el área de Arbolado reportó ocho árboles caídos y 17 ramas desprendidas por las ráfagas. Equipos municipales continuaron durante la noche con tareas de limpieza y monitoreo en hospitales y vías públicas.
Para la familia González, la reconstrucción apenas comienza. “Nos sirve todo tipo de ayuda en este momento, sea económico, material o mismo mano de obra, nos mató que justo en esta fecha pasó todo esto y nos tenemos que arreglar como podemos”, expresó Matías.
La urgencia se traduce en una campaña abierta de colaboración, en la que la difusión de su caso también significa un alivio: “Quien quiera ayudarnos, puede ser económico, material, mismo que puedan darnos una mano para arreglar la casa o con difundir la historia es mucha ayuda ya”.
Para quienes deseen contribuir, la familia compartió el alias bancario Leonardo1469 (Brubank, a nombre de Leonardo Julio González).
El saldo del temporal dejó huellas en casas, vehículos y rutinas. En Boulogne, la Nochebuena promete ser diferente. La familia González la pasará, como cada año, en el lugar donde construyó su hogar con esfuerzo, aunque esta vez rodeada de techos rotos, muebles empapados y la esperanza, aún intacta, de que la ayuda llegue a tiempo.