Asistencia social sin fronteras: Margarita Barrientos visitó Israel y sumó alternativas de ayuda para los más necesitados

La referente de la ayuda social en la Argentina acudió a la ciudad de Jerusalén para conocer diferentes espacios y mecanismos de asistencia y educación. "Hay muchas cosas que he visto y que me gustaría implementar en mi país", afirmó

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El embajador argentino en Israel, Mariano Caucino, el coordinador de la Unidad America Latina de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Mauricio Dimant, Margarita Barrientos y el asesor legal de su fundacion, Facundo Chidini
El embajador argentino en Israel, Mariano Caucino, el coordinador de la Unidad America Latina de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Mauricio Dimant, Margarita Barrientos y el asesor legal de su fundacion, Facundo Chidini

* Desde Jerusalén

La posibilidad de construir viviendas ecológicas o de abrir cursos a distancia para estudiantes de bajos recursos, ideas para una sustentabilidad financiera de su fundación y la ilusión de instalar tecnologías avanzadas de riego en Santiago del Estero, contactos con universidades y activistas sociales, y hasta algunas definiciones políticas. Un sinfín de alternativas de ayuda social incorporó Margarita Barrientos durante su visita a Israel, adonde combinó reuniones con colegas de organizaciones sociales con el recorrido de algunos de los lugares sagrados para cristianos y para judíos en Tierra Santa.

"El viaje ha sido toda una sorpresa para mí, lo que menos pensaba es encontrarme con todo lo que he visto y conocido", contó Barrientos a Infobae durante una visita al campus de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Barrientos arribó en un vuelo privado que contó con la asistencia de la embajada de Israel en Buenos Aires y la de Argentina en Tel Aviv. Así, afrontó una suculenta agenda de reuniones con organizaciones de asistencia social.

El viaje que Barrientos realizó de manera austera, en el que durmió incluso algunas noches en la residencia del embajador argentino en Israel, Mariano Caucino, debía concluir el viernes. Sin embargo, se redujo la duración de la visita a causa de las recientes inundaciones en Santiago del Estero, donde su fundación tiene también una sede.

Margarita Barrientos coloca una ofrenda floral en el lugar donde se recuerda a los muertos de un atentado de julio del 2002 contra la cafeteria de la Universidad, en el cual murió el estudiante argentino Diego Ladowski
Margarita Barrientos coloca una ofrenda floral en el lugar donde se recuerda a los muertos de un atentado de julio del 2002 contra la cafeteria de la Universidad, en el cual murió el estudiante argentino Diego Ladowski

Barrientos y el asesor legal de la fundación que gestiona el comedor de Los Piletones, Facundo Chidini, llegarán a Buenos Aires el miércoles por la mañana, tras una intensa visita que comenzó el martes de la semana pasada.

Además de las necesidades de su fundación, Barrientos le confesó a Infobae que su regreso a la Argentina se debe a una fuerza difícil de detener: extraña a su país y a su gente.

De todas maneras, "me estoy yendo muy contenta, muy agradecida a Dios de darme la oportunidad de venir a la Tierra Santa, un lugar mágico", contó Margarita, quien se declaró "muy creyente".

En Israel, además de los encuentros con colegas y académicos, Barrientos pudo visitar lugares fundamentales para los cristinos como las ciudades de Nazaret y Jerusalén.

En el frente más terrenal, la activista social dijo también que se lleva a la Argentina "muchas cosas que he visto y que me gustaría implementar allá".

Aquí, Barrientos pudo ver en primera persona los adelantos en materia de tecnología agrícola y se ilusiona con poder implementar el conocido sistema israelí de riego por goteo "para que podamos tener verduras frescas para las familias, para nuestro hogar de abuelas".

Otra de las reuniones destacadas de la visita fue la mantenida con los directivos de Yad Ezra V'Shulamit, una organización que alimenta a muchas familias de bajos recursos en Israel y que, a los ojos de los argentinos, cuenta con un mecanismo a imitar, una plantilla de cientos de donantes que aportan, todos los meses, pequeñas sumas de dinero.

"Nos gustaría mucho poder repetir eso en Argentina -le contó Chidini a Infobae-, contar con muchas personas que puedan aportar un poco, 100 o 200 pesos por mes" a la fundación de Margarita.

Otra iniciativa que entusiasmó a los argentinos es un proyecto que la Universidad Hebrea de Jerusalén comenzó a desarrollar junto a importantes casas de estudios europeas y que prevé un sistema de formación académica a distancia, en materias de alta tecnología.

Margarita Barrientos, durante su visita a la organizacion Yad Ezra V’Shulamit
Margarita Barrientos, durante su visita a la organizacion Yad Ezra V’Shulamit

La idea incluye una especie de "kit académico" con clases a distancia por videoconferencia y la formación de docentes y facilitadores a distancia.

Se trata, explicaron en la universidad, de formar a chicos de zonas pobres para "el futuro", para que algún día no solamente vean a empresas de alta tecnología instalarse en sus barrios sino también "trabajar en ellas" como ingenieros.

"Me voy pensando en lo que voy a hacer -dijo Barrientos-, cómo lo vamos a implementar. Estuvimos hablando con la Universidad Hebrea de Jerusalén para que nos manden estudiantes voluntarios y para que nosotros podamos hacer un acuerdo de estudios para los chicos argentinos", añadió.

"Es muy importante -afirmó- darle oportunidades a los jóvenes que menos tienen".

Barrientos se dijo también convencida de que el empuje moral y religioso que hace que sea importante para los judíos ayudar al prójimo se puede trasladar de Israel a la Argentina. "Se puede lograr, es muy importante estar orientados hacia la unión, creo que los argentinos tenemos que unirnos y respetarnos más".

infobae

Durante la entrevista, Margarita no esquivó los temas de los que se ocupó en los días previos a la visita a Israel, en particular la idea del gobierno del presidente Mauricio Macri de bajar la edad de imputabilidad a los 15 años.

"No es manera mandar a la cárcel a un chico de 15 años cuando le podemos dar las herramientas para que trabaje -afirmó Barrientos-. Nosotros y el gobierno tenemos la responsabilidad de que ese niño no vaya a parar a la cárcel".

"En cambio, tenemos que abrir escuelas de oficios para que los chicos tengan la mente ocupada y alejados del delito", afirmó Barrientos. "Yo creo que cuando se manda a la cárcel a un chico de 15 años, cuando sale a los veinte, sale más violento de lo que entró", añadió.

"No estoy hablando como política. Es fácil opinar y hacer leyes detrás de un escritorio, pero es difícil cuando uno lo vive, y nosotros lo vivimos diariamente. Yo trabajo por 6.000 personas diariamente, esa es mi humilde opinión. No me postulo para nada y no pienso hacerlo porque mi trabajo no es ese", completó.

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