El estremecedor relato de una argentina que perdió todo por el huracán Harvey: "Es un desastre, pero estoy viva"

Gina Riveros es una sanjuanina que vive en una pequeña ciudad de Texas. En la madrugada del martes tuvo que ser evacuada por un vecino y perdió todas sus pertenencias

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Gina Riveros delante del refugio al que fue evacuada a primera hora del martes
Gina Riveros delante del refugio al que fue evacuada a primera hora del martes

Dos jeans, dos remeras, una camperita de algodón y un par de ojotas. Esas son todas las pertenencias personales que posee en este momento Gina Riveros, una mujer argentina que se convirtió en una de las miles de víctimas del huracán Harvey en Texas y salvó su vida casi de milagro.

Desde el martes en las primeras horas de la mañana, la sanjuanina, de 57 años, vive en un refugio creado en una iglesia de la ciudad de Barker, donde reside desde febrero de 2016.

En apenas media hora, su departamento de la planta baja de un condominio se vio desbordado por el agua procedente de una de las dos represas de la región. La argentina perdió todo: su camioneta, sus muebles, sus artefactos electrónicos, la mayoría de los recuerdos de su país y hoy apenas cuenta con 200 dólares y con lo que le puedan asistir los voluntarios de la Iglesia en la que se encuentra.

"Yo lo venía llevando bastante bien. La tormenta comenzó hace varios días. Ya el sábado por la tarde, nos hicieron ir del trabajo por precaución. La tormenta no paraba. Pasaban las horas y no paraba", le relató Riveros a Infobae en una entrevista telefónica.

"Anteayer por la noche, cerca de las tres de la mañana, ya empecé a ver que el agua de mi barrio empezó a subir. Yo estoy en una Planta Baja de un edificio. Así, decidí agarrar mi camioneta y subirla a una especie de vereda", agregó.

La sanjuanina describió que al alertar la situación, decidió darse una ducha con el objetivo de armar una valija, subirse a su vehículo y mudarse por unos días a la casa de una de sus sobrinas, que se encontraba en una zona más segura.

"Una vez que salí de la ducha, me topé con el desastre. El agua dentro de mi departamento llegaba hasta las rodillas y en la calle estaba por encima de la altura de mi cintura. Por un momento entré en estado de pánico, no sabía qué hacer", describió.

El refugio de la iglesia The Met recibió innumerable cantidad de ropa y alimentos
El refugio de la iglesia The Met recibió innumerable cantidad de ropa y alimentos

La inundación en su zona se produjo luego de que las autoridades abrieran durante unos minutos dos represas que había en la ciudad. En caso de que esas represas se rompieran, "habría desaparecido todo Barker, tapado por el agua".

Riveros no encontraba manera de poder salir de su casa y no tenía a quién acudir. Su inglés todavía no es fluido y no encontraba una salida rápida a la situación.

De tal modo, la ayuda llegó de la manera menos esperada: "Mi gran héroe fue un vecino que vive en el piso de arriba. Con ese hombre habré hablado una sola vez en los cuatro meses que llevaba en el edificio. El hombre se había ido de la casa la noche anterior porque tiene hijos pequeños. Ante la tormenta de la madrugada del martes recordó que, cuando se iba, vio mi camioneta estacionada. Y vino para ver si yo todavía estaba allá. Nunca le terminaré de agradecer. Me salvó la vida", describió la argentina.

Riveros junto a su vecino y otro hombre de la zona tuvieron que trasladarse con el agua por los hombros a pie un par de cuadras hasta poder llegar a unos botes. "Yo mido un metro y medio y peso 48 kilos. La corriente de agua que había era tremenda y pensé que jamás llegaría a las lanchas".

Las fuerzas de seguridad protegieron las donaciones
Las fuerzas de seguridad protegieron las donaciones

Mientras se esperaba la llegada de los botes, Riveros logró comunicarse con su hijo Facundo, quien vive en San Juan. "Ese fue uno de los peores momentos. Yo no sabía cómo seguiría la cosa, pero no tenía más que hacer que tranquilizar a mi hijo. No volvimos a hablar hasta que llegué al refugio".

La odisea continuó con el viaje en las precarias embarcaciones y luego en un viaje en un autobús escolar. Así, la mujer llegó al refugio ubicado en una iglesia bautista llamada The Met.

"En el medio de la confusión, cuando esperábamos los colectivos, una chiquita de cinco años se confundió y agarró mi mano en lugar de la de su madre. Ambas se perdieron, porque la madre fue derivada a otro lugar. Yo traté de tranquilizarla y al llegar al refugio ya se hizo cargo de ella la gente de Seguridad Nacional", comentó.

Una foto de archivo de Gina Riveros junto a una compañera de trabajo
Una foto de archivo de Gina Riveros junto a una compañera de trabajo

Ya en el refugio, Riveros vio el grado de desesperación y de crisis que se respiraba. "Había gente que no encontraba a su familia. A una mujer se le había soltado su hijita de tres años de la mano en el medio del agua y todavía no la encontró (se quiebra, llora e interrumpe el relato).. Nos dimos cuenta del caos que es esto".

En la iglesia se respiró desde un inicio un clima de asistencia absoluta por parte de las autoridades y de los voluntario. La magnitud de la emergencia permitió reflejar las realidades sociales que vivían los diferentes habitantes de la ciudad.

"Ocurrieron cosas increíbles. Por más que las autoridades aseguraban una y otra vez que no le pedirían identificación a nadie, había muchos inmigrantes ilegales que no pedían ayuda o no querían ser rescatados por miedo a ser deportados a sus países. Así, trataba de tomar conciencia de lo que serán sus países para elegir quedarse en los techos de sus casas arriesgando las vidas de sus hijos", explicó.

Se estima que a raíz del huracán Harvey hay casi 20.000 personas evacuadas REUTERS/Jonathan Bachman
Se estima que a raíz del huracán Harvey hay casi 20.000 personas evacuadas REUTERS/Jonathan Bachman

El huracán Harvey rompió con todas las previsiones hechas por el Gobierno estadounidense y por el de la ciudad de Houston. Después de más de 10 días de su inicio, se registraron hasta el momento unas 20 muertes y, a falta de confirmación oficial, todavía hay más de 100 personas desaparecidas. La Cruz Roja reportó que unas 17.000 personas fueron trasladados a refugios, pese a que la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) indicó que la cifra se eleva a los 20.000.

Con el pasar de las horas, la tragedia se mezclaba con la alegría. "Llegada a la noche, apareció un hombre militar gigante, de esos que se ve en las películas, con una mujer a su lado. Era la madre de la nena que se había agarrado de mi mano. El reencuentro fue algo que todos los presentes jamás olvidaríamos. Ver a ese gigante llorar como un niño nos marcó a todos los que estábamos ahí", dijo.

Riveros se encargó de destacar una y otra vez el trabajo de los voluntarios y de los ciudadanos. El grado de solidaridad recibido superó por completo sus expectativas. "Mirá que yo tengo millones de cosas en contra de Donald Trump, pero recibimos ayuda en todo lo que necesitamos. Yo apenas pedí ropa seca y unas medias, porque anoche tenía mucho frío en los pies".

Y completó: "Habiendo vivido esto, me di cuenta de que no importa quiénes estén en los gobiernos. El vecino común y corriente siempre va a ser solidario con el otro".

La ciudadana argentina destacó el trabajo constante solidario de los voluntarios
La ciudadana argentina destacó el trabajo constante solidario de los voluntarios

Al momento de la publicación de la historia, la técnica en petróleo y assist manager de una empresa de la especialidad se encontraba en las tratativas para poder viajar a la casa de su sobrina, que se encuentra a pocos kilómetros de distancia del refugio.

La tragedia y el drama respirado en ese refugio, junto a gente que no todavía no encontró a sus familiares y otros tantos heridos, le permitió relativizar lo perdido: no había televisor HD ni camioneta que pudieran equipararse con el estar viva.

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