Viruela del mono: ¿es necesario aislar a las mascotas de las personas infectadas?

Es una de las recomendaciones dadas por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, con el argumento de evitar que el virus pase a otras especies. Cuál es el riesgo real de que esto suceda

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Las autoridades sanitarias están en alerta y principalmente en los países donde se registraron casos realizan un fuerte seguimiento de los mismos para detectar posibles brotes (Getty)
Las autoridades sanitarias están en alerta y principalmente en los países donde se registraron casos realizan un fuerte seguimiento de los mismos para detectar posibles brotes (Getty)

La viruela del mono, o “ortopoxvirosis simia” es producida por un Orthopoxvirus, y su transmisión se produce por contacto con secreciones y lesiones en la piel, de personas o animales (roedores africanos como los perritos de las praderas -roedores-, la rata de Gambia, y la ardilla de bosques y/o los primates) infectados. Esta enfermedad tiene dos cepas; la que produce los casos actuales es a la africana, la cual produce un síndrome febril asociado a exantema de curso agudo.

Y si bien la patología es endémica en África hace 50 años, su aparición en las últimas semanas en 16 países donde no lo era puso en alerta a las autoridades sanitarias de todo el mundo.

Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el momento se confirmaron 131 casos de viruela del mono y otros 106 casos sospechosos fuera de África desde que se notificó el primero, el pasado 7 de mayo.

Las autoridades sanitarias están en alerta y principalmente en los países donde se registraron casos realizan un fuerte seguimiento de los mismos para detectar posibles brotes.

En ese sentido, desde el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) enviaron una alerta a los países europeos instando a las personas contagiadas a aislarse hasta que sus pústulas se hayan secado totalmente, momento en el que dejarán de ser contagiosas.

La viruela del mono, o “ortopoxvirosis simia” es una enfermedad rara cuyo patógeno puede transmitirse del animal al hombre y viceversa (Reuters)
La viruela del mono, o “ortopoxvirosis simia” es una enfermedad rara cuyo patógeno puede transmitirse del animal al hombre y viceversa (Reuters)

Sin embargo, a diferencia de las medidas de aislamiento a las que el COVID-19 acostumbró a las poblaciones, en este caso, la advertencia también recayó sobre las mascotas de las personas infectadas, a quienes también el organismo europeo aconseja que guarden cuarentena para evitar el salto del virus a otros animales.

Su argumento es que si esto sucediera y las mascotas alcanzaran a la fauna europea, la viruela del mono podría convertirse en una enfermedad endémica tal como lo es en el continente africano.

“Los casos confirmados de viruela simica deberán evitar el contacto estrecho con animales de compañía, principalmente animales de compañía no tradicionales como jerbos, hámster, ardillas u otros roedores. Hasta la fecha no se han reportado casos en perros y gatos. Cualquier duda, se debe consultar con un médico veterinario”, dijeron a Infobae fuentes del Ministerio de Salud de la Nación.

Consultado por este medio al respecto, el jefe del Departamento de Zoonosis Urbanas del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, Gustavo Martínez, explicó que “como no se sabe si los animales de compañía pueden contraer y transmitir la enfermedad, en algunos países se estimula la cuarentena”. Y aclaró: “En la Argentina no hay recomendaciones en ese sentido debido a que no hay evidencia científica suficiente para indicar eso”.

“Hasta la fecha no hay ninguna evidencia que los perros o gatos puedan infectarse, ni que puedan transmitirla a las personas", aseguró el responsable de Zoonosis de la Provincia de Buenos Aires (Getty)
“Hasta la fecha no hay ninguna evidencia que los perros o gatos puedan infectarse, ni que puedan transmitirla a las personas", aseguró el responsable de Zoonosis de la Provincia de Buenos Aires (Getty)

Hasta la fecha no hay ninguna evidencia que los perros o gatos puedan infectarse, ni que puedan transmitirla a las personas -amplió el Mg Vet, quien es especialista en Salud Pública (MP 11022)-. Cabe aclarar que es una cepa diferente a la cowpox de los bovinos, que es de la cual se produjo en su momento la vacuna antivariólica”.

Y agregó: “Actualmente como se desconoce el riesgo en caninos y felinos, la Unión Europea recomienda la cuarentena de los animales de las personas infectadas, pero no hay evidencia científica que lo avale, ni que estas especies tengan algún rol epidemiológica en esta enfermedad”.

En la misma línea, la médica veterinaria especialista en etología clínica Silvia Vai (MN 5282) sostuvo que “no hay actualmente evidencia científica que demuestre que es necesario aislar a las mascotas de las personas infectadas con viruela del mono ya que el animal de compañía (perro y gato) al día de hoy, no tiene riesgo de enfermar y ser una vía de transmisión hacía personas”.

Y tras asegurar que sí le parece importante “que quien padece la enfermedad evite el contacto estrecho con el animal para disminuir todo tipo de riesgo”, la especialista ahondó en diálogo con este medio: “En la ciudad de Buenos Aires muchos perros y gatos habitan en departamentos y permanecen en su interior. En el caso de los perros, si el tenedor es responsable, generalmente pasean con correa y la persona está atenta a los contactos que pudiera tener y es raro que puedan interactuar con roedores (los principales reservorios de este virus) no porque no los haya en la Ciudad sino porque la posibilidad de verlos, sobre todo en horarios de mayor circulación de personas, no es alta”.

"Como no se sabe si los animales de compañía pueden contraer y transmitir la enfermedad, en algunos países se estimula la cuarentena"
"Como no se sabe si los animales de compañía pueden contraer y transmitir la enfermedad, en algunos países se estimula la cuarentena"

Respecto de perros y gatos que viven en casas con grandes áreas verdes o aquellos que habitan en zonas urbanas alejadas donde sí es más factible el encuentro con roedores, “es positivo que la persona tenga control sobre el exterior de la vivienda, no sólo por este caso en particular, sino también porque es mayor la posibilidad de que el animal interactúe con insectos, serpientes, roedores, etc que pueden poner en riesgo su salud”.

En una entrevista con Infosalus, el catedrático de la Universidad de Zaragoza y epidemiólogo Juan José Badiola consideró al igual que los especialistas consultados por este medio que esta alerta hay que “ponerla en cuestión” porque, según explicó, las mascotas que hay en España mayoritariamente son el perro y el gato, que no son receptivos a este virus. “Este virus se ha descrito en monos, en roedores, y en antílopes”, aclaró.

Atención a los roedores

Con el virus de la viruela del mono las especies más susceptibles y las que se consideran reservorios son básicamente roedores (DPA)
Con el virus de la viruela del mono las especies más susceptibles y las que se consideran reservorios son básicamente roedores (DPA)

Lo que realmente se deduce de esa recomendación, según destacó Badiola, es que los animales más receptivos a infectarse de la viruela del mono son los roedores, y si bien reconoció que en las casas puede haber hamsters, ratas, ratones, conejos, o cobayas, estos no salen fuera a la calle, por lo que no habría en su opinión problema en este sentido, en caso de que se contagiara el dueño, puesto que estos animales no estarán en contacto con otros.

“Y si pudiera haber síntomas son los mismos que en las personas, cuadro febril, de dolor, y sobre todo esa erupción vesiculosa de costras y característica de la viruela del mono. En esos casos hay que llevarlo al veterinario y que le hagan PCR para comprobar”, recomienda el profesor Badiola.

Por su parte, el catedrático del Departamento de Sanidad y Anatomía Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Joaquim Segalés, consideró que la posibilidad de que un humano infecte a su mascota animal (llamado técnicamente “antropozoonosis”) es “una posibilidad que no se puede desmerecer”.

Ahora bien, el también miembro del grupo de trabajo sobre modelos animales de COVID-19 de la OMS e investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) remarcó que, por ejemplo, en el caso de la infección del SARS-CoV-2 se sabía que los perros y los gatos eran los animales más susceptibles a la infección y a contagiarse de sus dueños. “Por tanto, la posibilidad de que se generara un reservorio era más preocupante en las mascotas con el SARS-COV-2″, insistió el científico.

"Ante signos indicadores de falta de bienestar en el animal de compañía hay que consultar rápidamente al médico veterinario" (Getty)
"Ante signos indicadores de falta de bienestar en el animal de compañía hay que consultar rápidamente al médico veterinario" (Getty)

Con el virus de la viruela del mono las especies más susceptibles y las que se consideran reservorios son básicamente roedores, y además básicamente animales salvajes, como las ratas, los ratones ardillas, los perros de las praderas; “una serie de animales que, en general, no suelen ser animales de compañía”, tranquilizó.

En consecuencia, para Segalés “la posibilidad de una transmisión efectiva de personas a animales, y concretamente, hacia animales que puedan representar un riesgo de reservorio de la viruela del mono es relativamente bajo”, aunque cree que el ECDC lanzó la alerta en aras de prevenir al máximo la expansión del virus de la viruela del mono.

No hay que olvidar que la transmisión se da especialmente entre las personas, y esta ya es difícil de por sí porque se necesita un contacto directo, casi íntimo, para la transmisión eficaz -ahondó el experto español-. La relación que tenga con los animales puede ser muy cercana pero es difícil que esta se produzca, y a día de hoy no hay ninguna evidencia de que los animales que sean mascotas sean susceptibles a este virus”.

Finalmente, Vai resaltó que “hay que tener presente que ante signos indicadores de falta de bienestar en el animal de compañía, como por ejemplo, decaimiento, falta de apetito, alteraciones del sueño, agresividad, miedos, etc o la presencia de lesiones en la piel que hagan sospechar esta enfermedad hay que consultar rápidamente al médico veterinario para que realice el diagnóstico, implemente rápidamente el tratamiento y tome las medidas preventivas necesarias para, como siempre se hace en caso de enfermedades infectocontagiosas, se evite su propagación”.

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