Perder el olfato cambia la forma de vivir: causas, síntomas y tratamientos de la anosmia

Se trata de la pérdida total o parcial del olfato y afecta a millones de personas en el mundo. Puede tener graves consecuencias en la salud, el bienestar y la calidad de vida. En el Día Mundial de esta condición, cómo se diagnostica

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La cifra de personas que sufren de anosmia aumentó desde la pandemia de Covid-19 (Freepik)
La cifra de personas que sufren de anosmia aumentó desde la pandemia de Covid-19 (Freepik)

El 27 de Febrero es el Día Mundial de la Anosmia y se conmemora para educar y sensibilizar a las personas acerca de cómo es vivir sin olfato o con la capacidad de oler disminuida, y de esta manera concientizar y tratar de dar visibilidad, a este sentido.

Daniel Schein, un ingeniero en sistemas neoyorquino, que nació sin olfato, propuso en 2012 la celebración de esta efeméride en procura de brindar apoyo a todas aquellas personas en su misma situación. Comenzó creando un evento en la red social Facebook e impulsó la práctica de usar prendas de vestir de color rojo para apoyar esta causa.

El sentido del olfato ha sido durante muchísimos años desacreditado, infravalorado y subestimado, con respecto a los otros sentidos como la vista y la audición. Este sentido maravilloso, pero a su vez muy complejo, nos brinda la capacidad de oler y tener sabor mientras comemos o bebemos.

Y la posibilidad de oler, de poder distinguir, percibir y disfrutar los diversos olores siempre, es una acción que nos aporta un abanico de sensaciones, emociones, sentimientos, placeres, y vigilancia, nos da seguridad en nuestra vida diaria frente a la presencia de humo y en conjunto brindan bienestar y calidad de vida.

El olor corporal interfiere directamente en las relaciones interpersonales 
(Getty Images)
El olor corporal interfiere directamente en las relaciones interpersonales (Getty Images)

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, antes de la pandemia de COVID-19, el 5 % de la población era anósmica, y entre el 15 % y 20 % tenía alteraciones olfatorias. Hoy en día se desconocen cuáles son estos porcentajes. Pero se sabe que el número aumentó, aunque aún no se conoce con exactitud cuánto, sino que los números y/o porcentajes son aproximados. Un último nuevo estudio científico internacional detectó que cerca del 5 % de los pacientes a quienes se les confirmó el diagnóstico de COVID-19, es decir, unos 27 millones de personas en el mundo, sufrieron la pérdida del olfato, aumentando de está manera la cifra.

Los olores forman parte de la vida, ya que están siempre presentes en lo cotidiano, en las relaciones interpersonales, en el sexo, en el transporte, en el aseo personal, y hasta en rituales religiosos. Y es imprescindible saber cómo olemos, pues también nos huelen por lo que es necesario para el aseo corporal, hogareño y en general en todo el ámbito social.

El olfato en nuestra vida es un todo tan incorporado que no se repara hasta que se pierde. Cuando se pierde o disminuye las personas afectadas hablan de un “gran vacío”, como por ejemplo el no reconocer el olor de su casa, de sus hijos o de los espacios que frecuenta, produciendo sensaciones de temor y de displacer.

Debemos saber que cada una de las personas tiene un olor en particular y en esto interviene la genética, siendo comparable con la huella digital, que es única y de cada uno.

Hasta hace poco, el olfato era un sentido prácticamente desconocido pero, a raíz del COVID-19, ganó notoriedad, protagonismo y la atención, no solo de la población general, sino también del mundo académico.

La pérdida del olfato impide el disfrute de muchas experiencias (Getty)
La pérdida del olfato impide el disfrute de muchas experiencias (Getty)

¿Cuáles son las causas de la anosmia?

La anosmia es la pérdida total del olfato, es la incapacidad de oler. Suele aparecer de manera brusca o súbita ante las siguientes las causas:

  • Traumatismos craneoencefálicos con o sin pérdida de conocimiento.
  • Las infecciones virales (rinovirus, gripe, coronavirus, entre otros).
  • Tumores como meningiomas y estesioneuroblastomas (tumores del propio epitelio olfatorio).
  • Causas congénitas: hay personas que nacen sin olfato: “anosmia congénita”.
El olfato es vital para reconocer el entorno. Sin él, se pierde la sensación de alerta ante el humo y otros olores que indican peligro (Getty)
El olfato es vital para reconocer el entorno. Sin él, se pierde la sensación de alerta ante el humo y otros olores que indican peligro (Getty)

Por otra parte, la hiposmia es la disminución del olfato, y suele relacionarse con los siguientes factores:

  • Rinitis alérgica.
  • Rinosinusitis crónica con o sin poliposis.
  • Enfermedades metabólicas como, por ejemplo, la diabetes.
  • Quimioterapia y radioterapia (pueden causar hiposmia o anosmia).
  • Tabaquismo.
  • Enfermedades endocrinas, como los síndromes de Kallman, de Turner y de Klinefelter.
  • Diversas ocupaciones y profesiones: peluqueros, trabajos en pinturerías y destilerías, bioquímicos y odontólogos.
  • Enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer.
  • Envejecimiento, con los años aparece la presbiosmia, disminución fisiológica y natural.
  • Cirugías nasales o neurológicas.
  • Uso indiscriminado de fármacos como, por ejemplo, los estupefacientes.
Fumar puede causar una disminución del sentido olfativo (Freepik)
Fumar puede causar una disminución del sentido olfativo (Freepik)

Ante la duda, siempre se debe consultar. Los especialistas en otorrinolaringología harán una anamnesis minuciosa y completa para tratar de encontrar la causa y una inspección exhaustiva, pudiendo solicitar en algunas oportunidades imágenes como complemento para el estudio diagnóstico y solicitar una olfatometría para medir la capacidad olfativa.

En resumen el impacto de la anosmia en las personas altera la calidad de vida.

  • Afecta los mecanismos naturales de alerta del organismo.
  • Impacta en la autoconfianza.
  • Genera asilamiento social.
  • Afecta la memoria.
  • Altera el estado nutritivo.

En este Día Mundial de la Anosmia recordemos que no tener olfato o perder el placer de oler significa desconocer o dejar de reconocer aromas particulares, familiares y placenteros, perder la posibilidad de conocer una parte de nuestro entorno y, además, quedar expuestos a situaciones que muchas veces pueden comprometer la vida por no tener la capacidad de alarma.

*Dra. Stella Maris Cuevas: MN: 81701. Médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).

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