Una terapia con células madre inyectadas en el cerebro abre un nuevo camino para tratar la esclerosis múltiple

Un ensayo clínico realizado en 15 pacientes afectados por la enfermedad demostró que el tratamiento tiene efecto neuroprotector duradero

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En la esclerosis múltiple el propio sistema inmunológico del cuerpo ataca y daña la mielina, la vaina protectora que rodea las fibras nerviosas, provocando la interrupción de los mensajes enviados por el cerebro y la médula espinal (Imagen Ilustrativa Infobae)
En la esclerosis múltiple el propio sistema inmunológico del cuerpo ataca y daña la mielina, la vaina protectora que rodea las fibras nerviosas, provocando la interrupción de los mensajes enviados por el cerebro y la médula espinal (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según un ensayo pionero realizado por un equipo de científicos una inyección de células madre en el cerebro podría ser una futura cura para la esclerosis múltiple (EM). Según los investigadores, la nueva terapia es segura, bien tolerada y tiene un efecto duradero que parece proteger al cerebro de daños mayores. El estudio es un paso hacia el desarrollo de un tratamiento de terapia celular avanzada para la EM progresiva.

“Aún no sabemos si este es el comienzo de un viaje fantástico o no, pero los resultados son muy sólidos y consistentes”, afirmó el profesor Stefano Pluchino de la Universidad de Cambridge.

Según los datos recabados en el último Atlas Mundial de la Esclerosis Múltiple, basado en las cifras de la la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple, se estima que en el mundo 2.800.000 personas viven con la enfermedad a nivel global, esto implica que una de cada 3 mil personas tiene la afección.

En Argentina, el país de Latinoamérica con mayor prevalencia a partir de la información proyectada en el Atlas, se estima un universo de 17 mil personas, aunque no todas están diagnosticadas.

Los principales síntomas de la esclerosis múltiple son pérdida de agudeza visual, dolor ocular, problemas motores, trastornos del equilibrio, pérdida de fuerza en miembros superiores o inferiores, incontinencia urinaria y adormecimiento de manos y piernas (Getty)
Los principales síntomas de la esclerosis múltiple son pérdida de agudeza visual, dolor ocular, problemas motores, trastornos del equilibrio, pérdida de fuerza en miembros superiores o inferiores, incontinencia urinaria y adormecimiento de manos y piernas (Getty)

Si bien existen tratamientos que pueden reducir la gravedad y la frecuencia de las recaídas, dos tercios de los pacientes con EM todavía pasan a una fase secundaria progresiva debilitante de la enfermedad dentro de los 25 a 30 años posteriores al diagnóstico, donde la discapacidad aumenta y se torna cada vez peor.

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica que afecta al sistema nervioso central y se manifiesta mayormente entre los 18 y 35 años, y se presenta en una relación de tres mujeres por cada varón. La EM no es ni contagiosa, ni hereditaria, ni mortal.

En la EM, el propio sistema inmunológico del cuerpo ataca y daña la mielina, la vaina protectora que rodea las fibras nerviosas, provocando la interrupción de los mensajes enviados por el cerebro y la médula espinal.

Las células inmunes clave involucradas en este proceso son los macrófagos, que normalmente atacan y liberan al cuerpo de intrusos no deseados. Un tipo particular de macrófago conocido como célula microglial se encuentra en todo el cerebro y la médula espinal. En las formas progresivas de EM, atacan el sistema nervioso central (SNC), provocando inflamación crónica y daño a las células nerviosas.

Según los datos del último Atlas Mundial de la Esclerosis Múltiple, basado en las cifras de la la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple, se estima que en el mundo 2.800.000 personas viven con la enfermedad a nivel global (Getty)
Según los datos del último Atlas Mundial de la Esclerosis Múltiple, basado en las cifras de la la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple, se estima que en el mundo 2.800.000 personas viven con la enfermedad a nivel global (Getty)

Los avances recientes han generado expectativas de que las terapias con células madre podrían ayudar a mejorar este daño. Estos implican el trasplante de células madre, las “células maestras” del cuerpo, que pueden programarse para convertirse en casi cualquier tipo de célula dentro del cuerpo.

Trabajos anteriores del equipo de Cambridge han demostrado en ratones que las células de la piel reprogramadas en células madre del cerebro, trasplantadas al sistema nervioso central, pueden ayudar a reducir la inflamación y a reparar el daño causado por la EM.

Los principales síntomas de la esclerosis múltiple son pérdida de agudeza visual, dolor ocular, problemas motores, trastornos del equilibrio, pérdida de fuerza en miembros superiores o inferiores, incontinencia urinaria o adormecimiento de manos y piernas.

“Los síntomas son muy variados y cambian entre una persona y otra; esto hace que la enfermedad sea quizás, en algunas instancias, más difícil de diagnosticar, sobre todo si no se piensa y no se busca esta afección”, señaló el doctor Guido Vázquez, neurólogo del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro e INECO e integrante del Equipo Médico Coordinador de Nuevos Proyectos de EMA en una nota reciente.

La EM es una enfermedad neurológica crónica, de naturaleza autoinmune (Getty)
La EM es una enfermedad neurológica crónica, de naturaleza autoinmune (Getty)

Hasta el momento no tiene cura, pero sí existe medicación para controlarla, ya sea para atenuar o espaciar los brotes o remisiones, o enlentecer la progresión.

Cómo se realizó el estudio

En la nueva investigación publicada en Cell Stem Cell, los científicos han completado un ensayo clínico en etapa temprana realizado por primera vez en humanos que implicó inyectar células madre neurales directamente en el cerebro de 15 pacientes con EM secundaria reclutados en dos hospitales de Italia. El ensayo fue realizado por equipos de la Universidad de Cambridge, Milán Bicocca y los hospitales Casa Sollievo della Sofferenza y S. Maria Terni (IT) y Ente Ospedaliero Cantonale (Lugano, Suiza) y la Universidad de Colorado (EE.UU.).

Para el primer ensayo en humanos de la terapia, los investigadores inyectaron entre 5 y 24 millones de células madre neurales directamente en el cerebro de 15 pacientes con EM secundaria progresiva.

Las células madre se derivaron de células extraídas del tejido cerebral de un único donante fetal abortado. El equipo italiano había demostrado previamente que sería posible producir un suministro prácticamente ilimitado de estas células madre a partir de un único donante (y en el futuro tal vez sea posible obtener estas células directamente del paciente), lo que ayudaría a superar los problemas prácticos asociados con el uso de tejido fetal alogénico.

La esclerosis múltiple suele presentarse en personas de entre 18 y 35 años, aunque puede aparecer en otras etapas de la vida
(Getty Images)
La esclerosis múltiple suele presentarse en personas de entre 18 y 35 años, aunque puede aparecer en otras etapas de la vida (Getty Images)

El equipo siguió a los pacientes durante 12 meses, tiempo durante el cual no observaron muertes relacionadas con el tratamiento ni eventos adversos graves. Si bien se observaron algunos efectos secundarios, fueron temporales o reversibles.

Todos los pacientes mostraron altos niveles de discapacidad al comienzo del ensayo (la mayoría requirió una silla de ruedas, por ejemplo), pero durante el período de seguimiento de 12 meses ninguno mostró un aumento de ella o un empeoramiento de los síntomas. Tampoco informaron síntomas que indicaran una recaída y su función cognitiva no empeoró significativamente durante el estudio. En general, dicen los investigadores, esto apunta a una estabilidad sustancial de la enfermedad, sin signos de progresión, aunque los altos niveles de discapacidad al inicio del ensayo hacen que esto sea difícil de confirmar.

Los investigadores evaluaron un subgrupo de pacientes para detectar cambios en el volumen de tejido cerebral asociados con la progresión de la enfermedad. Descubrieron que cuanto mayor era la dosis de células madre inyectadas, menor era la reducción de este volumen cerebral con el tiempo. Especulan que esto puede deberse a que el trasplante de células madre disminuyó la inflamación.

El equipo también buscó señales de que las células madre estuvieran teniendo un efecto neuroprotector, es decir, evitando que las células nerviosas sufrieran daños mayores. Su trabajo anterior demostró cómo ajustar el metabolismo (cómo el cuerpo produce energía) puede a su vez reprogramar la microglía de “mala” a “buena”.

Hasta el momento la esclerosis múltiple no tiene cura, pero sí existe medicación para controlarla, ya sea para atenuar o espaciar los brotes o remisiones, o enlentecer la progresión
Hasta el momento la esclerosis múltiple no tiene cura, pero sí existe medicación para controlarla, ya sea para atenuar o espaciar los brotes o remisiones, o enlentecer la progresión

En este nuevo estudio, observaron cómo cambia el metabolismo del cerebro después del tratamiento. Midieron los cambios en el líquido alrededor del cerebro y en la sangre a lo largo del tiempo y encontraron ciertos signos relacionados con la forma en que el cerebro procesa los ácidos grasos. Estos signos estaban relacionados con qué tan bien funciona el tratamiento y cómo se desarrolla la enfermedad. Cuanto mayor era la dosis de células madre, mayores eran los niveles de ácidos grasos, que también persistieron durante el período de 12 meses.

Lo que más intrigó a los científicos fueron las pruebas realizadas con el líquido cefalorraquídeo que baña el cerebro y la médula espinal. Estos revelaron que los pacientes que recibieron más células madre tenían niveles más altos de compuestos llamados carnitinas, que se cree que protegen a las neuronas del daño.

El profesor Stefano Pluchino de la Universidad de Cambridge, que codirigió el estudio, dijo: “Necesitamos desarrollar nuevos tratamientos para la EM secundaria progresiva, y estoy muy entusiasmado con nuestros hallazgos, que son un paso hacia el desarrollo de una terapia celular” para el tratamiento de la EM.

Un tipo particular de macrófago conocido como célula microglial se encuentra en todo el cerebro y la médula espinal. En las formas progresivas de esclerosis múltiple atacan el sistema nervioso central (SNC), provocando inflamación crónica y daño a las células nerviosas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Un tipo particular de macrófago conocido como célula microglial se encuentra en todo el cerebro y la médula espinal. En las formas progresivas de esclerosis múltiple atacan el sistema nervioso central (SNC), provocando inflamación crónica y daño a las células nerviosas (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Reconocemos que nuestra investigación tiene limitaciones (fue solo un estudio pequeño y puede haber habido efectos de confusión debido a los medicamentos inmunosupresores, por ejemplo), pero el hecho de que nuestro tratamiento fuera seguro y que sus efectos duraran durante los 12 meses del ensayo significa que podemos pasar a la siguiente etapa de ensayos clínicos”, dijo el investigador.

El catedrático Angelo Vescovi, colíder de la Universidad de Milano-Bicocca, afirmó: “Han sido necesarios casi tres décadas para traducir el descubrimiento de las células madre del cerebro en este tratamiento terapéutico experimental. Este estudio se sumará al creciente entusiasmo en este campo y allanará el camino” a estudios de eficacia más amplios, que se realizarán próximamente”.

Caitlin Astbury, directora de comunicaciones de investigación de la MS Society (National Multiple Esclerosis Society), manifestó: “Este es un estudio realmente interesante que se basa en investigaciones anteriores financiadas por nosotros. Estos resultados muestran que las células madre especiales inyectadas en el cerebro fueron seguras y bien toleradas por las personas con EM secundaria progresiva. También sugieren que este enfoque de tratamiento podría incluso estabilizar la progresión de la discapacidad. Sabemos desde hace algún tiempo que este método tiene el potencial de ayudar a proteger el cerebro de la progresión de la EM.

“Este fue un estudio muy pequeño en etapa inicial y necesitamos más ensayos clínicos para determinar si este tratamiento tiene un efecto beneficioso sobre la afección. Pero este es un paso alentador hacia una nueva forma de tratar a algunas personas con EM”, concluyó.