Desde principios de agosto que Alberto Fernandez tenía intenciones de viajar a la cumbre de los BRICS que sesionó en Sudáfrica. Santiago Cafiero no podía confirmar con la diplomacia sudfricana si finalmente el bloque regional controlado por Xi Jinping y Vladimir Putin iba a aceptar a la Argentina como miembro pleno. Finalmente, el canciller recomendó al Presidente cancelar el viaje relámpago a Johannesburgo
Las dudas radicaban en torno a la posición de Sudáfrica, que no quería -en esta instancia- incorporar nuevos integrantes a un foro regional que desea competir con la influencia global de Estados Unidos.
En este contexto, China, Brasil e India, cada uno con sus intereses geopolíticos, presionaron para lograr que Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes pudieran ingresar a los BRICS, y allí las posibilidades de la Casa Rosada se multiplicaron de manera geométrica. Pero Alberto Fernandez mantuvo su actitud cautelosa para evitar un paso en falso: ya había sucedido que Lula da Silva prometió un gesto político que, en definitiva, nunca sucedió. Por ejemplo, cuando Alberto Fernández viajó a Brasilia en mayo creyendo que recibiría fondos para fortalecer las reservas del Banco Central o algún mecanismo para no pagar con dólares las importaciones de ese país, pero volvió con las manos vacías.
Ayer a la mañana, la vocera presidencial Gabriela Cerruti alertó a los periodistas de la Casa Rosada que se avecinaba un anuncio importante sin dar mayores precisiones. Y a la medianoche confirmaron a Infobae que Argentina ingresaba a los Brics junto a Arabia Saudita, Irán, Egipto y Emiratos Árabes.
Pero ya fue tarde para que Alberto Fernandez y Cafiero viajaran a Sudáfrica para coronar una jugada geopolítica que aporte beneficios estratégicos clave a China y a su socio Rusia, que enfrenta a Occidente en el campo de batalla de Ucrania.
“Era un bingo, y no queríamos viajar sin tener la certeza. Y cuando sucedió ya no podíamos viajar. No llegabamos”, explicó un miembro del Gabinete que siguió de cerca las negociaciones.
Según explicaron a Infobae fuentes oficiales, la Cancillería contaba con datos positivos de Brasil, China e India, pero no lograba una confirmación final de Sudáfrica, el país con menor interés en dejar ingresar a la Argentina a la alianza.
El ingreso a los BRICS era un desafío personal que se había propuesto el presidente Alberto Fernández desde que Santiago Cafiero había asumido el rol de canciller después de dejar la Jefatura de Gabinete en septiembre de 2021.
Hubo numerosos llamados, contactos, viajes e intercambios en los últimos dos años. Los planes empezaron a consolidarse cuando en febrero del año pasado el mandatario argentino le expuso en Beijing a Xi Jinping -dado que el país asiático ejercía la presidencia pro témpore- la necesidad de que hiciera un esfuerzo con el apoyo a la intención argentina de ser parte del bloque multilateral.
Al mismo tiempo se empezó a tejer una relación más cercana con India y con Brasil, a pesar de que todavía estaba Jair Bolsonaro en el poder. Con la administración de Narendra Modri hubo charlas en el G 7 en Alemania, un viaje de Cafiero a Nueva Delhi en marzo de este 2023 y a fines de agosto de 2022 cuando el Presidente recibió en la Casa Rosada al ministro de Relaciones Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar, también se había avanzado un poco más en la relación bilateral. Allí se logró el respaldo del país asiático, cuarto destino comercial de las exportaciones argentina.
Cuando Lula consiguió desplazar a Bolsonaro en las elecciones brasileñas a fines del año pasado las esperanzas de formar parte de los BRICS, naturalmente crecieron por la cercanía y la amistad que existe entre el dirigente petista con Fernández.
Sin embargo, surgieron algunas dificultades en el camino que demoraron y pusieron en duda lo que estaba en plena gestación. Primero cuando el bloque postergó la discusión sobre los mecanismos para integrarse al grupo durante la presidencia pro témpore china. Y después la indefinición sobre la agenda que se impuso en la reunión pautada en tierra sudafricana hasta último momento.
Fue por esa razón que Alberto Fernández aguardó varios días antes de tomar la determinación de no viajar a la capital del país que preside Cyril Ramaphosa. Sudáfrica se encontraba ante dos problemas importantes: definir a los países de su continente a los que impulsaría a ingresar al bloque y además, la “competencia” que se le plantearía al sumar a un potencial competidor como Argentina al bloque de los países emergentes que en su conjunto aglutinan el 23% del PBI mundial y el 42% de la población del planeta.
“No había certezas sobre si la discusión iba a centrarse solamente en el mecanismo que permitiría incorporar a nuevos miembros al bloque”, le reveló una fuente de la Cancillería argentina a Infobae. Por eso no viajó Fernández, ni tampoco lo hizo Cafiero. En principio se había esbozado, sí, la posibilidad de que Argentina accediera al Banco Nuevo de Desarrollo, la entidad financiera creada en 2025 que desde el bloque intenta competir con otros organismos multilterales de crédito como el FMI o el Banco Mundial. Tampoco las señales eran del todo convincentes.
Fue al inicio de la segunda sesión de la Cumbre, este miércoles, cuando tanto Lula como Xi Jinping y Modri torcieron la historia e impusieron su idea de sumar aliados a los BRICS. “Estamos a punto de ampliar la familia de los BRICS”, declaró Cyril Ramaphosa, anfitrión del encuentro. “Todos los miembros” apoyan “plenamente” la propuesta, aseguró antes de iniciar esa segunda jornada.
“Necesitamos un sistema financiero internacional que, en lugar de alimentar las desigualdades, ayude a los países de ingresos bajos y medianos a implementar cambios estructurales”, afirmó Lula cuando le tocó su turno y mencionó la propuesta de crear una moneda específica para transacciones comerciales y de inversión entre los miembros del bloque.
Tanto en la Casa Rosada como en la Cancillería se mantuvieron expectantes y casi sin dormir en esta madrugada ya que por la diferencia horaria con Sudáfrica (5 horas) debían conectarse por videoconferencia para intervenir en la sesión de hoy donde se anunciaría la noticia. Luego se produjo el mensaje grabado de Fernández para hacerlo público.
Tras el discurso presidencial que se difundió poco después de las 8 de la mañana surgieron los primeros cuestionamientos desde la oposición que apuntaron en gran parte a que entre los nuevos aliados de los BRICS aparece la República Islámica de Irán, que tiene a integrantes de su régimen acusados de participar en atentados terroristas en suelo argentino. “En nada va a cambiar esto los requerimientos que en la Justicia y en los organismos internacionales viene efectuando el Gobierno argentino”, aseguraron desde el Palacio San Martín.
Cafiero, al participar del Council de las Américas hoy, aseguró que “la Argentina se va a sumar de modo pragmático a todos los mecanismos que sean necesarios para defender sus intereses nacionales y proyectar su futuro de desarrollo. Se trata de avanzar y generar más mecanismos de participación, no menos; más foros de integración, no menos”.
“Hoy la Argentina ha logrado el ingreso a un grupo, los BRICS, que representa un PBI más grande que el G7; ¿cuál sería el beneficio de retirarnos de ahí? ¿cuál sería el beneficio para nuestra gente? Preguntémonos eso. Ahora, ¿eso implica dejar de lado principios que defendemos de la Carta de Naciones Unidas como integridad territorial, defensa irrestricta de los derechos humanos? En absoluto. La Argentina va a seguir alzando su voz defendiendo aquello en lo que cree, porque tenemos una política exterior que es digna, amistosa y soberana”, enfatizó.
Fuerte rechazo de la oposición
Tras el anuncio, los principales referentes de la oposición no tardaron en dejar en claro su rechazo a las gestiones del Gobierno.
“Argentina, bajo nuestro Gobierno, no va a estar en los BRICS”, adelantó con contundencia la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich.
La referente del PRO aseguró que su espacio cree “en un orden internacional basado en reglas para preservar la paz y el respeto”.
El ex presidente Mauricio Macri reforzó los dichos de la ex ministra y denunció que Alberto Fernández compromete a la Argentina “en uno de sus momentos de mayor debilidad a ser parte de los BRICS mientras Rusia invade Ucrania y a ingresar nada menos que con Irán”.
Y, en todo de campaña, agregó: “Cada vez falta menos para que con Patricia la Argentina retome el protagonismo en el escenario internacional que empezamos a construir en 2015″.
Por su parte, Javier Milei insistió con una posición que ya había esgrimido durante la campaña al ser consultado sobre su política internacional: “Nosotros no nos vamos a alinear con comunistas”.
“Somos defensores de la paz, del libre comercio, somos defensores de la democracia y sobre todas las cosas somos defensores de la libertad, y eso implica un claro alineamiento de geopolítica, que incluye a EEUU e Israel”, afirmó.
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