El intendente de Rosario apunta a la gobernación en 2023 como parte de un frente antigrieta con Manes y Larreta

Pablo Javkin planea su candidatura a gobernador de Santa Fe con una estructura política autónoma de los armados nacionales. “En Buenos Aires te miden el ancho de la espalda, y sin peso político te estrolás contra la pared”, dice sobre sus reclamos pendientes

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Pablo Javkin
Pablo Javkin

Hace política desde los 13 años, dice que se apasionó a los 11 cuando era un nenito y lo escuchó hablar a Raúl Alfonsin en una plaza de Rosario. Después disfrutó trabajar codo a codo con el ex presidente, la persona que más lo marcó humana y políticamente. Bromea que hizo todas las inferiores en el radicalismo, recuerda el enojo de Alfonsin cuando le dijo que se iba del partido y aclara que hoy no piensa volver a la UCR. Los planes de Pablo Javkin para el 2023, cuando termine su mandato como intendente de Rosario, son más amplios. Planea una candidatura a gobernador de Santa Fe en un frente lo más ancho posible, pero bien santafesino. Se referencia en Facundo Manes, Gerardo Morales y Horacio Rodríguez Larreta.

Está convencido de que la lógica tradicional con la que se vienen construyendo las coaliciones políticas en Argentina ya no alcanza. Que ahora no se trata de sumar siglas partidarias, sino de acertar con los nombres que se puedan ligar. Y que no funciona más marcar límites o elegir qué siglas van adentro y cuáles no pueden ingresar.

La sociedad no te evalúa más por la marca. Podés tener 80% de imagen positiva y que no te vote nadie. Ahora es todo la gestión, la emoción, lo que dejás, pero también lo que podés generar a futuro”, explica en una entrevista con el portal rosarino “Suma Política”.

Con ese contexto sostiene que su amigo radical Facundo Manes “es uno de los fenómenos políticos que hay que mirar con mayor atención, porque expresa algo que hace mucho no se daba. El radicalismo está encontrando alguien con un liderazgo que empieza a comprender la emoción de la gente. ¿Hasta dónde llega? Se verá”.

Y las comparaciones aparecen. “Cuando uno mira el proceso de Alfonsin, -recuerda Javkin- gana él, porque el radicalismo era un partido fuerte territorialmente, pero él quiebra la emoción de la sociedad, con Malvinas, la vida y la paz, lo que representa todo eso. Creo que la gente hoy está esperando algo así “.

Reafirma la idea de armar un espacio que salte la polarización y construya consensos transversales, que imite las construcciones que ya gobiernan Corrientes, Jujuy y Mendoza. De eso mismo se habló hace un mes en una cumbre antigrieta a la que Javkin asistió. Fue un asado en San Isidro con dirigentes de distintos partidos, como Gerardo Morales, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y Florencio Randazzo.

Del interior a lo nacional, no al revés

“Los partidos deberíamos ser parte de una lógica desde el interior, desde el federalismo, para influir en el proceso de armado de la oposición a nivel nacional”, es el modelo que intenta instalar Javkin.

Aclara que “las coaliciones sólo por la negativa son efímeras” y advierte sobre una idea que ve demasiado instalada: “Hay una confianza en la oposición, miden la foto de hoy, pero ojo que el partido no está asegurado porque al gobierno actual le vaya mal”.

Insiste que muchos de sus pares están convencidos de que “ya está, que el próximo gobierno es de la oposición”. Y contesta: “Sí, es probable, pero ojo que ese espacio no está comprado por la experiencia anterior. Nadie te asegura que se vaya a cumplir. Puede pasar que estalle todo”, alerta.

Pablo Javkin
Pablo Javkin

Lector y estudioso de la política en el mundo, cita el ejemplo de Chile, donde después de tantos años de gobierno de la Concertación, que alternó en la presidencia a Bachelet y Piñera, explotó el sistema. También menciona a otros países del mundo, lo que pasa en Francia, y muestra el modelo de Brasil, donde “Lula está reconfigurando totalmente su marco de alianzas para tratar de enfrentar un fenómeno como el de Bolsonaro. No está repitiendo el PT, está pensando otra alianza mucho más ancha, con sectores muy conservadores”, señala.

Se mira también en el espejo de Colombia. “Nadie de los que gobernamos en América Latina dejamos de ver la experiencia de Medellín. Es una de las más estudiadas, replicadas e inspiradoras en políticas urbanas, sociales, de integración y de seguridad. Las gestiones de Sergio Fajardo en Medellín fueron muy estudiadas, pero ahora sacó el 4% de los votos para presidente. La lógica tradicional hoy no alcanza”.

Los fracasos de la política

Sostiene que cambió la lógica de agregación en los frentes políticos, que ahora debería pasar por este eje: “¿Creés en el Estado, en la política como articulador de los intereses sociales, o te dedicás a representar el enojo de la gente, que es altísimo?”. Esa es a su criterio la nueva divisoria de aguas, una especie de enfrentamiento entre populismo y democracia, que abarque tanto a la derecha y como a la izquierda. “Eso está atravesando el mundo”, reafirma.

Javkin también analiza la antipolítica, y adhiere a la expresión de que “la política dejó de ejercer su arte”. Ve un peligro cuando la agenda de los dirigentes no sintoniza con la gente. “¿Por qué te vas a quedar con una promesa inconclusa permanente? El hueco que dejás, por algún costado entra”, reflexiona.

“Yo no me considero casta, pero alguno va a aprovechar el enojo de la gente, los fracasos de la política. Primero porque está sucediendo en todo el mundo; segundo porque es un tema emocional de la postpandemia, y tercero porque hay muchas cosas que son reales”, enumera.

Facundo Manes
Facundo Manes

Acepta que “un problema que tiene la política actual es cómo se desentiende de la realidad cotidiana de la gente. Gran parte de lo que nos pasa, tiene que ver con esto. Hay una lógica de construcción de la política en determinado nivel que está totalmente dislocada de la vida cotidiana. No tiene ni idea. Por eso la sociedad cambia rápido y nadie lo registra. Por eso muchas veces la agenda no tiene nada que ver con lo que la gente necesita ver”.

-¿Cómo se enfrenta el discurso de la antipolítica?

-Hay que animarse a enfrentarlo actuando diferente, no solo diciendo diferente. Si defendés el Estado, entonces hacé que el Estado tenga más capacidades. Y ahí habrá menos campo para la antipolítica. No te podés enojar con los enojados. Los enojados son culpa tuya. Que venga algún pícaro y lo aproveche es un fenómeno planetario. También esos fenómenos son muy rápidos y a veces también así de rápido pasan; pero otras veces llegan. Los genera un discurso que no tiene anclaje en la realidad”.

Un Frente no recipiendario

Cuando Javkin imagina un frente bien santafesino que agrupe al radicalismo, los partidos que integran Cambiemos y el socialismo, afirma que “es sustancial” ese armado y da las razones: “Si accedemos al gobierno y pretendemos dar un montón de batallas federales, no podemos antes armar una construcción que no tenga nada de federal. Eso -afirma- te deja sin peso político en Buenos Aires y te ‘estrolás’ contra la pared”.

“¿Cómo vas a solucionar el problema de una economía de criminalidad compleja, que hoy está cambiando su eje, cambia la red de influencia entre Paraguay, Bolivia y Brasil y empieza a impactar en Uruguay y genera todo un cambio en el continente, si no te animaste a tener una fuerza propia para pelear en Buenos Aires los recursos federales que necesita la provincia de Santa Fe?”, pregunta.

“No lo vas a arreglar solamente con tu policía. Yo no puedo ir a pelear sólo a Buenos Aires, te encontrás con la no resolución, y mientras tanto la ciudad padece una situación gravísima”, admite.

Como intendente de Rosario le ha tocado plantear cara a cara con el presidente Alberto Fernández los temas que necesita la ciudad, y no parece estar conforme. “Tenemos que entender que cuando vas a Buenos Aires tienen el metrito para medirte el ancho de tu espalda. Olvidate de a qué partido o frente pertenecés. Si podemos tener con Córdoba y otras ciudades expresiones políticas autónomas del armado nacional, que después confluyan en ese armado, pero que tengan una propia voz y no sean ‘recipiendarias’ de lo que el armado nacional vuelca en la provincia, el nivel de independencia es otro”.

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