“¿Hay algo de esta foto que les llame la atención?” es la pregunta en rigor. La foto es una en la que están el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía Martín Guzmán y los principales representantes de los empresarios y trabajadores. El escenario es la quinta presidencial de Olivos. El tiempo, mayo de 2020, dos meses después del comienzo de la cuarentena. El encuentro trató los pormenores del impacto del aislamiento en la economía local. El mandatario, por entonces, recibió respaldos y escuchó reclamos.
Un trabajo de dos consultoras privadas -Grupo de Opinión Pública y Trespuntozero- propuso analizar esa imagen en el marco de discusiones coyunturales. El estudio se llama “mujeres y política”. Es de carácter cualitativo porque aborda cuatro grupos focales según identificación política y último voto emitido y, también, de orden cuantitativo porque parte de un tamaño de muestra de 2.000 consultas a “personas mayores de 16 años, residente en hogares particulares con acceso a internet desde PC hogareña o teléfono móvil inteligente”, según la descripción del relevamiento.
Ninguna de las personas encuestadas, independientemente de la edad o inclinación política, mencionó al observar la fotografía la ausencia de mujeres. “Lo primero en aparecer fue la falta de uso del barbijo en sus miembros. Solo al sugerirlo se les hizo manifiesta la disparidad de género, haciéndose presente algo no percibido y negado conscientemente en un primer momento”, expresa el trabajo que, a su vez, lo presenta el tema desde la ambigüedad: “La mujer en la mira: negación y visibilización incipiente”.
La pregunta nace de la controversia que ocasionó otra foto: la que publicó Facundo Moyano el 15 de junio en su cuenta de Twitter. Se veían dos mesas largas unidas en la cabecera con decenas de sindicalistas. El texto que acompaña la foto dice que trataron, entre otros temas, la perspectiva de género en los sindicatos. Vilma Ibarra, secretaria Legal y Técnica de la Casa Rosada, hizo público su descubrimiento: en la foto no había ninguna mujer. Le dijo: “No se puede discutir futuro del trabajo, ni democratización sindical, ni perspectiva de género en los sindicatos, sin nosotras. Las mujeres somos parte de la fuerza laboral, de la creación de riqueza y de la producción”.
El relevamiento también preguntó si “¿considera que las mujeres tienen más dificultades para acceder a puestos de liderazgo en la función pública que los hombres?”. El 43,2% de los encuestados de clase media dijo que sí. Y el 48,5% entendió que no. Esos indicadores cambian cuando se analiza el total del padrón: el 44,8% cree que las mujeres tienen más dificultades para acceder a cargos públicos y el 44,1% considera que no.
El estudio también discriminó las respuestas según el último voto emitido. El 54,3% de los que eligieron a Alberto Fernández en las presidenciales de 2019 creen que, en efecto, para las mujeres es más complejo ocupar cargos en la función pública. En contrapartida, el 53,4% de los que votaron por Mauricio Macri piensan que no hay diferencias con los hombres.
Otro de los puntos en discusión fue la presencia de mujeres en la función pública. La pregunta que le hicieron fue: “¿Hace falta más presencia de mujeres en la gestión pública?”. El 47,5% de la clase media comprende que sí mientras que el 36,2% entiende que no. La diferencia se estira al mostrar el total del padrón: 53,3% votó que sí, 30,3% votó que no. Asimismo, el 71,4% de los encuestados que apoyaron a Alberto Fernández en las últimas elecciones cree que sí hace falta y el 18,6% que no hacen falta más mujeres en las instituciones públicas. En relación a los consultados que se inclinaron por la reelección de Mauricio Macri, la diferencia es sensiblemente menor: el 41,3% piensa que sí y el 43,4% piensa que no es menester incorporar más mujeres a las funciones de orden público.
“Los votantes del Frente de Todos aducen como principal razón por la que no se observa mayor participación femenina en cargos políticos a una situación social y cultural de desigualdad naturalizada y que recientemente ha empezado a cambiar paulatinamente”, es una de las conclusiones del estudio. La otra es: “Los votantes de Juntos por el Cambio no notan una desigualdad tan marcada, dando como ejemplos la presencia de las mujeres en el Congreso y en el mundo empresarial. Si bien coinciden en que la sociedad es machista, creen que se trata de una problemática más propia del pasado y ya casi superada”.
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