Uno a uno, cómo es la actualidad de los integrantes de la “mesa judicial” de Mauricio Macri que investiga la Justicia

En Comodoro Py indagaban sobre el rol de los funcionarios que se reunían en Casa Rosada para discutir la relación con el Poder Judicial. De Angelici a "Pepín" Rodríguez Simón

Compartir
Compartir articulo
Mauricio Macri, Marcos Peña y Germán Garavano durante un almuerzo con Carlos Rosenkrantz y Elena Highton de Nolasco
Mauricio Macri, Marcos Peña y Germán Garavano durante un almuerzo con Carlos Rosenkrantz y Elena Highton de Nolasco

“Nosotros discutíamos la terna de jueces que nos enviaba el Consejo de Magistratura y que luego le elevábamos al Presidente. Lo que después hacían algunos por atrás...”, se desentiende uno de los ex integrantes de la denominada “mesa judicial”, desarticulada desde diciembre del año pasado.

Pablo Clusellas, ex secretario Legal y Técnico, se reubicó en la Auditoría General de la Ciudad. Fue, según dicen, el único funcionario de confianza por el que pidió Mauricio Macri.

José Torello está recluido desde el inicio de la cuarentena, hace más de cien días, en uno de los campos familiares de Bragado, en la provincia de Buenos Aires. “Está retirado”, juran en su entorno.

Germán Garavano atiende su propio estudio jurídico, dedicado al derecho internacional y la consultoría. Habla seguido con Macri y con buena parte de los dirigentes de la cúpula de Cambiemos.

Gustavo Arribas sigue con atención las novedades judiciales de los tribunales de Comodoro Py y de Lomas de Zamora, donde se tramita la causa por espionaje ilegal durante el gobierno de Cambiemos.

Mauricio Macri y Daniel Angelici (DyN)
Mauricio Macri y Daniel Angelici (DyN)

Daniel Angelici, “El tano”, casi que no sale de su casona de Pilar, en el Gran Buenos Aires. “Está bastante caliente”, admiten cerca del ex presidente de Boca por los últimos trascendidos vinculados al mundo del fútbol y de la Justicia que siempre lo rozan. Las clásicas partidas de cartas que organiza en su quinta fueron suspendidas en forma momentánea.

Bernardo Saravia Frías volvió al estudio que había montado años atrás con su hermano. Pero sigue ligado a Cambiemos: tuvo una participación estelar en el análisis jurídico del caso Vicentin, a pedido de los diputados del interbloque opositor.

Fabián Rodríguez Simón, “Pepín” a secas para el mundillo judicial y político, el más excéntrico de todos, está abocado a sus clientes privados. Puede hablar cada tanto con Macri. Pero conversa más seguido con Horacio Rodríguez Larreta, con el que tiene más afinidad.

En verdad, Macri no inventó nada nuevo. La “mesa judicial” que ahora investiga la Justicia federal, y que tuvo su debut mediático en septiembre del 2017, en medio de las pesquisas del caso Maldonado, no fue otra cosa que una réplica del “gabinete jurídico” que el entonces jefe de Gobierno creó, vía decreto, en marzo del 2010, un ámbito de discusión que ya integraban algunos viejos colaboradores y amigos, como Torello, Clusellas y Rodríguez Simón, y que buscaba unificar criterios en torno a la vinculación con la Justicia local, con la que el PRO consolidó luego una relación estrecha, en gran medida por las gestiones de Angelici.

Fabián "Pepín" Rodríguez Simón
Fabián "Pepín" Rodríguez Simón

Desde principio de año, el fiscal federal Ramiro González investiga si todos los actores mencionados se reunían cada quince días en la planta baja o en el primer piso de la Casa Rosada para “direccionar investigaciones en trámite ante el Poder Judicial que resultaban funcionales a los intereses políticos”, tras una serie de denuncias de legisladores del oficialismo, secretarios de Estado y funcionarios de la Justicia, que dijeron haber sido presionados.

“Un relato delirante”, según dijo en las últimas horas Garavano, el único ex integrante de esa mesa que designó abogado y que planea, en un par de semanas, presentarse en el expediente para dar su versión de los hechos.

Las reuniones de “mesa judicial” tenían lugar cada quince días, en general los días martes. Además del ministro, participaban en general Juan Bautista Mahiques y Santiago Otamendi -ex funcionarios del ministerio conducido por Garavano-, Torello, Clusellas y Saravia Frías, entonces procurador del Tesoro y a cargo, en los últimos tiempos, de aceitar el vínculo con la Corte Suprema, que fue, a grandes rasgos, esquivo y tenso. Cada tanto se sumaban el senador Luis Naidenoff y Pablo Tonelli, consejero y diputado.

Hubo, según sus ex integrantes, “récord de pliegos”: 500 en total. Doscientos de ellos esperan todavía en el Parlamento.

Una vez por mes había encuentros “de coordinación”, reservados solo para el ministro de Justicia, Torello, Arribas y Marcos Peña, también investigado por la Justicia: por ahora hay solo mails con convocatorias del jefe de Gabinete a dichas reuniones, a las que alguna vez se sumó Macri. Se analizaban, por ejemplo, los pliegos más complejos, como la vacante en la Cámara Nacional Electoral, que aún no fue cubierta.

José Torello y Pablo Clusellas junto a Fernando De Andreis y Guillermo Dietrich
José Torello y Pablo Clusellas junto a Fernando De Andreis y Guillermo Dietrich

La Justicia fue, históricamente, un rubro delicado para el PRO. Repleto de suspicacias, e incluso de bandos enfrentados. El propio Macri tuvo que dedicar una tarde de fines del 2016 a mediar entre Angelici y Rodríguez Simón, que mantienen un recelo permanente desde hace años y que no necesitaban sentarse en ninguna mesa para ser dos de los más resonantes gestores judiciales del Presidente.

Macri los sentó en su despacho, y les pidió una tregua. “Pepín”, ex abogado del grupo Clarín, ex parlamentario del Mercosur y ex representante de los accionistas privados en YPF, venía de viralizar un video junto a Elisa Carrió y Mariana Zuvic: “Para Angelici que lo mira por TV”, se mofaban.

“El Presidente me tiene confianza como abogado, no como operador. No voy a tribunales y casi no conozco jueces”, declaró Rodríguez Simón a la revista Apertura en el 2016.

Es cierto que “Pepín” casi no interactuó con jueces federales. No le hacía falta: su trabajo estaba reservado a gestiones especiales, como la designación de los dos jueces de la Corte Suprema en comisión, al inicio del gobierno. “Fue más costoso de lo que pensamos”, admiten ahora sobre la nominación de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti. Aunque también resaltan que sirvió para contrarrestar el poder de Ricardo Lorenzetti.

En septiembre del 2018, según testigos, Rodríguez Simón y Torello festejaron a los saltos, en el primer piso de la Casa Rosada, la salida de Lorenzetti del máximo tribunal, y la llegada de Rosenkrantz.

Los más veteranos operadores judiciales aseguran tanto “Pepín” como el ex jefe de Asesores de Macri son dos de los más apuntados por Comodoro Py. Según sus entornos, se debe, en parte, a la fama que les hicieron algunos de sus detractores.

A Torello, que también sigue al frente del PRO en su rol de apoderado y dedicado a la actividad privada, le facturan de todos modos la avanzada contra algunos jueces y camaristas, una medalla que el propio ex funcionario lucía con orgullo en su oficina del primer piso de Casa Rosada. Desde su desembarco en el Gobierno, el macrismo mantuvo, de entrada, una relación tirante con Comodoro Py. En dos años y medio, el oficialismo forzó la salidas de la procuradora Alejandra Gils Carbó y del camarista Jorge Ballestero; desplazó a Eduardo Farah; echó a Eduardo “Chiche” Freiler, y jubiló a Norberto Oyarbide. E intentó lo propio con otros jueces, sin éxito.

En definitiva, tensaron la cuerda de un sistema que, pasan los gobiernos, y se mantiene siempre vigente.

A Angelici, la causa por espionaje ilegal que se tramite en Lomas de Zamora, y que pasó al juez Juan Pablo Augé tras el apartamiento de Federico Villena, le altera el humor de a ratos.

No tanto por él: el dirigente radical tiene algunos buenos vínculos con el oficialismo. Durante la campaña presidencial del año pasado, Alberto Fernández lo recibió en las oficinas de la calle México, antes de mudar su búnker a Puerto Madero, un encuentro organizado por Juan Manuel Olmos, que tiene tanta injerencia como Angelici, y desde hace años, en la Justicia porteña.

Infobae quiso conocer detalles de esa reunión a través de su entorno, pero no hubo respuesta por parte del ex presidente de Boca.

Angelici está recluido en su casona de Pilar. La causa de Lomas de Zamora podría traerle novedades pronto. Se menciona con insistencia a Juan Sebastián De Stefano, “El enano”, director de Subterráneos de Buenos Aires, ex AFI, del riñón más íntimo de “El tano”.

Bernardo Saravia Frías junto a Nicolás Dujovne
Bernardo Saravia Frías junto a Nicolás Dujovne

Siempre se mencionó que Macri se había inclinado por Garavano como ministro como una forma de balancear en la puja de poder entre Angelici y Rodríguez Simón.

Comodoro Py no reconoce diferencias entre los integrantes de la denominada “mesa judicial” que se reunía en Casa Rosada durante el gobierno de Cambiemos. De a poco, empieza a ponerlos nerviosos. En la semana, el juez Rodolfo Canicoba Corral pidió la indagatoria de Saravia Frías y otros tres ex funcionarios por la renegociación de los contratos de los peajes.

El ex procurador había sido, hacia el final del gobierno, un interlocutor fiable para algunos miembros de la Corte Suprema. Y había empezado a estrechar lazos, por ejemplo, con el fuero comercial.

Garavano, por su parte, está atento a las novedades de la Justicia, aunque siempre intentó mostrarse como uno de los más dialoguistas de la “mesa judicial”. Mientras Carrió embestía contra Lorenzetti, por ejemplo, Garavano lo recibía y escuchaba sus quejas.

El ex funcionario también está atento a lo que pasa en Lomas de Zamora. Acercó, por caso, al abogado de Darío Nieto, el ex secretario privado de Macri que fue allanado una semana y media atrás, y que hizo temblar al ex Presidente y a su entorno.

Hay quienes creen que, tarde o temprano, Macri deberá buscar fueros. El sindicalista Luis Barrionuevo, que suele ser bestial en sus declaraciones, y que cuenta con más que aceitados vínculos en la Justicia federal, dijo que se lo advirtió: “Yo le avisé a Mauricio que puede ir preso”.

Seguí leyendo: