Las fiestas de fin de año llegan cargadas de tradiciones, reuniones familiares y mesas repletas de platos que suelen romper con la rutina alimentaria. Navidad y Año Nuevo se convierten, para muchos hogares, en sinónimo de pavo al horno, arroz árabe, panetón, chocolate caliente y una larga lista de preparaciones que, si no se consumen con cuidado, pueden terminar en empachos, malestares digestivos o intoxicaciones alimentarias.
En este contexto, especialistas de EsSalud advierten que no solo importa qué se come, sino cómo se prepara, se conserva y se recalienta la comida durante estas celebraciones. El manejo inadecuado de los alimentos, especialmente cuando se guarda lo que sobra para los conocidos “calentados”, puede convertirse en un riesgo para la salud. Nutricionistas del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati compartieron una serie de recomendaciones prácticas para lograr una cena navideña sabrosa y segura, sin dejar de disfrutar los platos tradicionales.
El riesgo de los “calentados” y cómo manipular los alimentos de forma segura
Uno de los errores más frecuentes en estas fechas es preparar más comida de la necesaria, lo que lleva a guardar grandes cantidades para los días siguientes. El problema aparece cuando no se consideran factores clave como la condimentación, el tiempo de almacenamiento y la temperatura de recalentado. Según explicó Junior Obando Céspedes, nutricionista clínico del Hospital Rebagliati, los alimentos muy condimentados con insumos como sillao o ají colorado tienen una vida útil mucho más corta, incluso cuando se mantienen refrigerados.
El especialista señaló que, aunque los alimentos estén congelados, los microorganismos pueden sobrevivir y afectar la calidad de la comida. En estos casos, la recomendación es clara: los platos preparados con condimentos fuertes no deberían conservarse más de tres días. Siempre que sea posible, lo ideal es consumir los alimentos recién preparados. Si se decide guardar lo que sobra, debe hacerse en el congelador y, al momento de recalentarlos, es indispensable alcanzar temperaturas mínimas de 70 grados Celsius, para reducir el riesgo de contaminación.
Otro punto importante es evitar recalentar varias veces un mismo plato. Cada proceso de enfriamiento y calentamiento aumenta la probabilidad de proliferación bacteriana. Por ello, los nutricionistas aconsejan dividir las porciones antes de congelarlas y calentar solo lo que se va a consumir en el momento. Esta práctica ayuda a preservar mejor los alimentos y a prevenir problemas gastrointestinales frecuentes en estas fechas.
Porciones, panetón y chocolate: claves para una cena equilibrada
Además del manejo seguro de los alimentos, la cantidad y combinación de lo que se sirve en el plato también juega un rol determinante durante la cena navideña. Obando explicó que una forma sencilla de equilibrar la comida es armar el plato con medio espacio ocupado por ensaladas frescas, ya que aportan menos calorías y más vitaminas, minerales y fibra. A esto se debe sumar una proteína del tamaño de la palma de la mano, preferentemente sin piel, y una porción moderada de carbohidratos.
Platos tradicionales como el arroz árabe, muy presente en las mesas de Navidad, concentran varios ingredientes calóricos como fideos, pasas y, en algunos casos, gaseosa. Por ello, el especialista recomendó limitar su consumo a media taza, especialmente cuando se acompaña de otras preparaciones abundantes. Incluir ensaladas dentro del plato principal ayuda a generar mayor saciedad y a disminuir la absorción excesiva de energía.
En cuanto al consumo de panetón y chocolate, los nutricionistas sugieren no integrarlos directamente a la cena. Una alternativa es reservarlos para el lonche, alrededor de las 7 de la noche, lo que favorece una mejor digestión. Al elegir panetón, se recomienda optar por versiones que contengan frutos secos, como almendras o nueces, y que estén elaboradas con salvado de trigo, debido a su mayor aporte de fibra y grasas saludables.
La nutricionista Liliana Delfín Reyes, también de EsSalud, advirtió que no es necesario endulzar el chocolate, ya que el panetón contiene suficiente azúcar. Además, recordó que una taza de chocolate puede aportar cerca de 291 calorías, por lo que sugirió considerar infusiones como anís o manzanilla como alternativa. En caso de consumir chocolate, lo ideal es que sea preparado con cacao, por su mayor contenido de antioxidantes.
Otro detalle a tener en cuenta es evitar añadir mantequilla al panetón, ya que incluso pequeñas cantidades incrementan significativamente el aporte calórico. Cinco gramos de mantequilla aportan alrededor de 45 calorías y contienen grasas saturadas. Finalmente, los especialistas recomiendan cenar temprano, entre las 9 y 10 de la noche, y esperar al menos dos horas antes de ir a dormir, incorporando alguna actividad ligera como caminar en familia dentro o fuera de casa.