Un 35% de los peruanos votaría en blanco, viciado o por ninguno de los candidatos presidenciales en las Elecciones 2026, una cifra que confirma el alto nivel de desafección política y la falta de conexión entre el electorado y la actual oferta de postulantes. A pocos meses de los comicios generales, este segmento se consolida como uno de los bloques más numerosos dentro del escenario electoral, superando incluso a cualquier candidatura individual en intención de voto.
Este dato forma parte del más reciente estudio de Datum Internacional para el diario El Comercio, que ofrece una primera radiografía del ánimo ciudadano tras el cierre del proceso de elecciones primarias. La encuesta no solo muestra un voto disperso entre decenas de aspirantes, sino también una masa crítica de ciudadanos que, por ahora, opta por no elegir a ningún candidato, ya sea mediante el voto blanco, viciado o la abstención declarada, reflejando una profunda distancia frente al sistema político.
El voto blanco y viciado lidera la intención electoral en un escenario de apatía
Según la encuesta nacional realizada entre el 4 y el 8 de diciembre, el 35,8% de los ciudadanos afirma que votaría en blanco, viciado o que no acudiría a votar si las elecciones presidenciales se realizaran hoy. A este grupo se suma un 14,7% que señala no saber aún por quién votar, lo que eleva a más del 50% del electorado el universo de personas que no ha definido una preferencia concreta rumbo a las Elecciones 2026.
Este comportamiento electoral se produce en un contexto en el que la oferta política ya está prácticamente cerrada. En total, 37 candidatos presidenciales lograron inscribirse para la contienda, luego de que dos agrupaciones no presentaran fórmulas completas. Pese a la diversidad de nombres, partidos y propuestas, la encuesta revela que la abundancia de postulantes no se traduce en mayor entusiasmo, sino en fragmentación y confusión para una parte importante de la ciudadanía.
El estudio también muestra que solo un 8% de los encuestados considera que existen “muy buenas opciones” presidenciales, mientras que un 37% señala que hay “algunas buenas” alternativas. En contraste, el 48% de la población sostiene que no hay buenas opciones entre los candidatos, un dato que ayuda a explicar por qué el voto blanco y viciado se posiciona como la principal “opción” en esta etapa inicial del proceso.
El nivel de escepticismo es transversal, aunque se manifiesta con mayor fuerza en determinados segmentos. La indecisión y el rechazo a las candidaturas se concentran especialmente en algunas regiones del país y entre determinados grupos demográficos, reforzando la idea de un electorado crítico y distante, que aún no encuentra motivos suficientes para comprometer su voto.
Preferencias presidenciales dispersas y criterios clave del electorado
Mientras el voto blanco y viciado lidera el escenario, las preferencias por candidatos específicos aparecen altamente dispersas. De acuerdo con la primera encuesta de intención de voto de Datum - El Comercio, el candidato de Renovación Popular, Rafael López Aliaga, ocupa el primer lugar con 10,5%, una cifra que queda muy por debajo del total de ciudadanos que optarían por no elegir a nadie. Su respaldo es mayor entre los hombres y se concentra principalmente en Lima y Callao, donde alcanza 17,7%, mientras que en las regiones presenta niveles más bajos.
En segundo lugar se ubica Keiko Fujimori, candidata de Fuerza Popular, con 7,5% de intención de voto. Su apoyo es ligeramente mayor entre las mujeres y se concentra en Lima/Callao y el norte del país. Más atrás aparece Mario Vizcarra, de Perú Primero, con 6,5%, con mayor respaldo en el centro y el oriente. Le sigue Carlos Álvarez, de País para Todos, con 4%, destacando principalmente en el norte.
El resto de los aspirantes no supera el 3% de apoyo individual, lo que configura un escenario de voto atomizado, con diferencias mínimas entre los principales candidatos y sin liderazgos claramente consolidados. Esta dispersión refuerza el peso del voto blanco y viciado como una expresión dominante del momento político.
En paralelo, la encuesta permite identificar los factores que influyen en la decisión de voto. La credibilidad del candidato es el aspecto más valorado por los electores, con 31%, superando a la personalidad (23%), las propuestas (22%) y la trayectoria política o partidaria. Asimismo, el 48% de los peruanos considera que el país necesita “un político con mano dura”, un atributo que se impone frente a otros perfiles como un técnico, académico, empresario o un rostro nuevo en política.