En el Mercado Central del Cercado de Lima, la cuenta regresiva hacia la Navidad ya se vive entre la expectativa de cientos de familias que buscan asegurar su tradicional pavo para la cena.
Este año, los vendedores del emblemático recinto han ideado una modalidad flexible: separar el ave desde cinco soles y así, permitir que cada cliente abone en la medida de sus posibilidades, según un reporte de Buenos días Perú de Panamericana TV.
La iniciativa ha sido bien recibida por los vecinos y responde a la necesidad de adaptarse a economías familiares ajustadas. María Ramos, una de las comerciantes más conocidas del sector, confirma que se puede empezar a reservar con montos pequeños.
“Ya los clientes están separando su pavito con 5, 10, 20 soles, con lo que le alcance al bolsillo. Es como un ahorro, un ‘chanchito’ para que tengan su cena lista”, explicó.
El sistema es sencillo y busca eliminar cualquier barrera de acceso al platillo que se ha vuelto símbolo de celebración. “Un pavo de 120 o 130 soles, a veces no se puede pagar de golpe, pero aquí les damos la opción de pagar a su ritmo. No hay monto exigido, cada quien deja lo que puede”, añadió María Ramos a Panamericana TV.
La oferta incluye pavos en varios tamaños, desde siete hasta veinte kilos, los populares “megapavos”. Además, los clientes pueden elegir medios pavos, pechugas, piernas o alitas, según el tamaño de la familia o el tipo de preparación que deseen.
“Tengo de 7 kilos hasta 16 kilos, y también voy a tener de 20. Si no quieren el pavo entero, pueden llevar pechuga, piernitas y hasta pedazos fileteados o deshuesados, como prefiera el cliente”, relató la comerciante.
La practicidad de la propuesta también se refleja en los precios y los cortes disponibles. Según la verificación de Panamericana TV, una pechuga de casi tres kilos cuesta alrededor de S/74.
Para quienes buscan algo menor, una pierna grande para dos personas se vende a 24 soles, mientras que dos piernitas resultan apenas 17 soles. Así, incluso los grupos familiares más pequeños pueden acceder a este producto.
Comerciantes como María Ramos aseguran que la prioridad es acompañar a cada vecino en su esfuerzo por mantener la tradición sin afectar el presupuesto. “Aquí no hay excusas, todos pueden venir e ir abonando poquito a poco, y así llevar el pavito a la mesa en Navidad”, concluyó.
Con esta alternativa, el mercado central no solo mantiene viva una costumbre familiar, sino que demuestra que la organización y el trato directo pueden transformar el acceso a la tradicional cena de Noche Buena en una experiencia posible para todos.
Cabe precisar que el pavo no es exclusivo de la temporada navideña; está presente a lo largo del año y puede usarse en guisos, sándwiches o reuniones familiares, ampliando las posibilidades para los consumidores.