¿Cuál es la diferencia entre cálculos renales y cálculos urinarios?

Entender esta diferencia es importante para la prevención, la identificación temprana de síntomas y la elección del tratamiento adecuado

Los cálculos urinarios incluyen los cálculos renales, pero también otras piedras que se originan o se alojan fuera del riñón (Infobae México/ Jesús Aviles)

Cuidar la salud de los riñones es fundamental para el bienestar general, ya que estas estructuras filtran desechos, regulan líquidos y mantienen el equilibrio del organismo. En el Perú, instituciones como el Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud) promueven la prevención de enfermedades renales (entre ellas los cálculos renales) mediante campañas de educación, diagnóstico oportuno y cuidado de los factores de riesgo. Muchas personas no conocen la diferencia entre cálculos renales y cálculos urinarios, términos que a veces se usan indistintamente. Sin embargo, aunque están relacionados, es útil distinguirlos, pues eso ayuda a entender mejor su origen, síntomas y tratamiento.

Los cálculos renales

Los cálculos renales pueden causar dolor intenso en la región lumbar, sangre en la orina, náuseas o malestar general (Gabinete de Urología y Andrología)

Los cálculos renales, también llamados piedras en el riñón, son masas sólidas formadas por depósitos de sales minerales y cristales que se concentran dentro de los riñones. Estos depósitos pueden originarse cuando la orina contiene altos niveles de calcio, oxalato, ácido úrico u otros compuestos, o cuando hay poca ingesta de líquidos, lo que concentra la orina.

Cuando estas formaciones permanecen en el interior del riñón, a veces no provocan síntomas hasta que comienzan a moverse o adoptar cierto tamaño. En esos casos pueden causar dolor intenso en la región lumbar, hematuria (sangre en la orina), náuseas o malestar general. En consecuencia, muchas campañas de salud renal impulsadas por Minsa y EsSalud recomiendan mantener una buena hidratación, alimentación equilibrada y chequeos regulares, especialmente en personas con antecedentes, problemas de metabolismo o historial de piedras, para prevenir su formación.

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Los cálculos urinarios

Los cálculos urinarios se refieren a un concepto más amplio: se refiere a piedras o depósitos minerales que pueden formarse en cualquier parte del tracto urinario, es decir, no solo en los riñones, sino también en los uréteres (los conductos que conectan los riñones con la vejiga), la vejiga urinaria o incluso la uretra.

Los cálculos urinarios pueden formarse en cualquier parte del tracto urinario, como los riñones, los uréteres, la vejiga urinaria o incluso la uretra (Mejor con Salud)

De este modo, los cálculos urinarios incluyen los cálculos renales, pero también otras piedras que se originan o se alojan fuera del riñón. Por ejemplo, tras formarse en el riñón un cálculo puede desplazarse por el uréter hacia la vejiga; en ese trayecto puede generar molestias, obstrucción o daños. O bien pueden originarse en la vejiga, en personas con ciertas condiciones, estasis de orina o infecciones recurrentes. Cuando los cálculos están en los uréteres, vejiga o uretra, los síntomas pueden variar: dolor al orinar, ganas frecuentes de orinar, dificultad para orinar, molestias abdominales, infecciones o sangre en la orina.

Diferencia entre cálculos renales y cálculos urinarios

  • Ámbito anatómico: la principal diferencia radica en la ubicación. Los cálculos renales se originan y permanecen en los riñones. En cambio, los cálculos urinarios abarcan todas las piedras minerales presentes en cualquier parte del tracto urinario como los riñones, los uréteres, la vejiga o la uretra.
  • Alcance del término: todos los cálculos renales pueden considerarse cálculos urinarios, pero no todos los cálculos urinarios son cálculos renales. Es decir, que “cálculos urinarios” es un término más inclusivo que “cálculos renales”.
  • Síntomas y manifestaciones: aunque un cálculo renal puede estar asintomático hasta que se mueve, una vez que se desplaza fuera del riñón puede producir síntomas diferentes según su ubicación. Un cálculo en uréter o vejiga puede causar obstrucción, dolor al orinar, urgencia miccional, infecciones urinarias o dificultad para vaciar la vejiga. Por su parte, los cálculos renales en sí mismos a veces no provocan molestias hasta que migran.
  • Implicaciones en tratamiento: la ubicación del cálculo determina su tratamiento. Un cálculo que permanece en el riñón puede manejarse con líquidos, observación o disolución en algunos casos; uno que viaja por el uréter o se aloja en la vejiga puede requerir tratamiento más activo (medicación, procedimientos para fragmentar o extraer la piedra, o intervención quirúrgica) dependiendo del tamaño, el material y la sintomatología.

Entender esta diferencia es importante para la prevención, la identificación temprana de síntomas y la elección del tratamiento adecuado.

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