Sanky, la superfruta andina llena de vitamina C, que alivia gastritis, refuerza el hígado y combate la caída del cabello

Este tesoro botánico de los Andes peruanos ofrece una combinación única de nutrientes esenciales, fibra y agua, ideal para apoyar el metabolismo, la digestión y la salud capilar en dietas modernas

El sanky, rico en compuestos antioxidantes y minerales, ha sido empleado tradicionalmente para aliviar molestias estomacales y apoyar la función hepática, aunque se requieren estudios clínicos para confirmar estos efectos en humanos (Andina)

En las áridas alturas andinas prospera un fruto singular: el sanky. Redondo, espinoso por fuera, con pulpa clara y jugosa, emerge como un aliado ancestral.

Carga en su interior vitamina C, minerales y compuestos activos que calman el sistema digestivo, revitalizan el hígado y nutren la cabellera. Su bajo nivel de azúcares y alto porcentaje de fibra y agua lo vuelven ideal para estabilizar el metabolismo, mantener la saciedad y apoyar la salud general. Hoy, este tesoro botánico recobra valor en dietas nutritivas y fórmulas cosméticas funcionales.

Origen botánico y morfología

El sanky, fruto ancestral de la puna, guarda en su pulpa ácida un arsenal de vitamina C que, desde tiempos precolombinos, ha sido aliado contra males y símbolo de resistencia en las alturas. (Andina)

El sanky surge del cactus llamado sankayo, adaptado a sobrevivir entre 2 500 y 3 300 metros de altitud, especialmente en suelos áridos y pedregosos del sur andino. Su piel resistente y ligeramente amarillenta se reviste de finas espinas.

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Bajo esa superficie se halla una pulpa translúcida y gelatinosa, salpicada de diminutas semillas negras, que ofrece un sabor ácido con un matiz fresco, evocando frutas como el kiwi o la pitahaya. Su estructura austera y robusta cuenta una historia de supervivencia en ambientes extremos.

Nutrientes esenciales y nutrientes

Cada bocado de sanky es un escudo invisible: desinflama, depura y repara, brindando alivio a estómagos irritados y protegiendo órganos vitales con eficacia milenaria. (Freepik)

Este fruto contiene vitamina C en cantidades extraordinarias, lo que lo convierte en un eficaz antioxidante capaz de combatir los radicales libres que dañan tejidos y aceleran el envejecimiento. También aporta potasio en niveles que superan ampliamente a los de un plátano, favoreciendo el equilibrio electrolítico y el funcionamiento muscular y cardiovascular. Su contenido de calcio y fósforo aporta soporte al sistema esquelético y al metabolismo energético.

La pulpa —con más del 90 % de agua y fibra—estimula la digestión adecuada, regula el apetito y favorece la eliminación de desechos. Gracias a estas cualidades, se sugiere su uso frente a molestias tales como gastritis, estreñimiento o colon irritable, y para controlar el peso y los lípidos en sangre. Estas características lo convierten en un aliado integral para la salud interna.

El sanky ha sido tradicionalmente utilizado para apaciguar molestias estomacales y proteger funciones hepáticas. Sus compuestos antiinflamatorios y depurativos colaboran en el tratamiento de gastritis y afecciones como el hígado graso.

En el terreno capilar y cutáneo, su riqueza en antioxidantes contribuye a retrasar el envejecimiento de la piel y prevenir manchas. Además, las saponinas presentes en su pulpa actúan como agentes limpiadores del cuero cabelludo, combatiendo la caída del cabello, eliminando residuos y caspa, y promoviendo una melena más fuerte y saludable.

Aplicaciones culinarias, cosméticas y revitalización cultural

En su corteza verde se guarda el eco de los ancestros, quienes lo recogían al alba para nutrir y sanar, perpetuando una tradición que sobrevive en cada cosecha. (Freepik)

La versatilidad del sanky ha permitido su integración en el mundo gastronómico contemporáneo. Se utiliza fresco, en jugos, mermeladas, batidos, néctares, helados e incluso bebidas energéticas, aprovechando su sabor ácido y su capacidad funcional como superfruta.

En el ámbito cosmético, ya se elabora champú con extracto de sanky enfocado en fortalecer el cabello, revitalizar el cuero cabelludo y retrasar la caída capilar.

Su redescubrimiento también ha dinamizado iniciativas de revalorización cultural y desarrollo local. Hoy se promueve como un patrimonio andino con potencial exportador, con productos derivados como cremas, elixires y suplementos que combinan beneficios nutricionales y terapéuticos. Este renacer comercial aporta nuevas oportunidades económicas a las comunidades agrícolas que cultivan y recolectan este fruto.

Una joya energética ancestral

La revalorización del sanky podría abrir rutas comerciales y de innovación gastronómica, llevando el fruto de las alturas a consumidores de todo el mundo. (Andina)

Considerado por algunos como “energizante de los incas”, el sanky fue tradicionalmente consumido por quienes recorrían largas distancias. Se le atribuye la capacidad de proporcionar resistencia física y prolongada saciedad, especialmente en desplazamientos prolongados en la puna. Su combinación de potasio, calcio y ácido ascórbico lo convierte en un tónico natural para recuperarse tras el esfuerzo físico.

Hoy, su uso moderno continúa en esa línea: aporta vitalidad, refuerza el organismo ante el desgaste físico y contribuye a una nutrición restauradora. Se ha ganado el apelativo de “quita hambre natural”, siendo consumido como snack funcional o ingrediente en suplementos energéticos.

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