“Tres ositos”, “Las Vaquitas” y “Pilas”: Los curiosos nombres de los paraderos de Lima

Las historias detrás de estos nombres tienen larga data y son un constante recordatorio de la falta de señalización en la ciudad, pero también de la creatividad y el ingenio peruano

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Las calles de Lima con los nombres más particulares. (stampsy.com, Balam-ha' Carrillo / blogdelacalle.wordpress.com / Google Maps)
Las calles de Lima con los nombres más particulares. (stampsy.com, Balam-ha' Carrillo / blogdelacalle.wordpress.com / Google Maps)

Si las viejas calles de Lima solían tener llamativos nombres como “Huevo”, “Divorciadas” o hasta “Manita”, los paraderos de nuestra época no se quedan atrás, ya que han adoptado nombres nacidos directamente del ingenio peruano y han logrado sacarle risas a más de uno.

Los hay desde los que sufrieron el singular bautizo gracias a características del entorno, como “Torito”o “Puente Camote”, hasta aquellos que ganaron su nombre gracias a alguna empresa o negocio de turno que estuvo ubicada en sus inmediaciones, pero que desapareció con el tiempo.

Lo cierto es que para ubicarse en Lima solo hace falta recordar estos curiosos nombres, algo que no debería resultar difícil ya que en sí mismos resultan inolvidables, por ello, conoce cuáles son, dónde están ubicados y por qué se llaman así.

Pilas

Este paradero es uno de esos casos donde el nombre fue elegido en honor a alguna empresa que hacía actividades en la zona. Pilas, ubicado en la intersección de la avenida Angélica Gamarra con la Panamericana Norte, en el distrito de San Martín de Porres, le debe su denominación a una antigua fábrica japonesa que producía justamente este tipo de baterías e inició operaciones un 4 de marzo de 1966.

Bajo el nombre de Grupo Matsushita Electric del Perú, la planta llamada National Peruana S.A mantuvo sus operaciones durante más de 50 años hasta que finalmente cambió de nombre a Panasonic Corporation, en el año 2008. Pese a que la empresa ya no se encuentra en Perú, el nombre del paradero ha quedado inmortalizado para la posteridad.

Yompián

La tienda de electrodomésticos fue muy famosa en su momento. Foto: Perú Retail
La tienda de electrodomésticos fue muy famosa en su momento. Foto: Perú Retail

Muchas personas transitan a diario por este particular paradero sin saber exactamente el por qué del curioso nombre. Para conocerlo, es necesario llegar hasta el cruce de las avenidas Óscar R. Benavides (exColonial) y la Pacasmayo, en Cercado de Lima. Su historia se remonta a los años 70, donde una tienda de electrodomésticos llamada Yompián triunfaba con sus productos y su particular slogan “Donde ganan los que van”.

Aunque el establecimiento logró ganar popularidad y tener más de una sucursal, no logró sobrevivir a la crisis económica que pronto azotaba al país, la llegada de la competencia y las deudas de sus clientes, ya que ofrecía productos al crédito. De este modo la tienda quebró desapareciendo del mapa, pero heredando su nombre al paradero.

Las vaquitas

En las avenidas Antunez de Mayolo y 12 de octubre, en el distrito de San Martín de Porres, se ubica el paradero Las vaquitas, transitado a diario por miles de peatones y conductores quienes posiblemente se han preguntado cómo llegó el lugar a tener ese nombre.

Según se sabe, las vaquitas existe desde hace más de 30 años. En la zona solía haber un gran establo donde se criaban vacas, terneros y otros animales de esta naturaleza. Por aquellos días las inmediaciones no estaban asfaltadas, sin embargo, con la llegada de más vecinos el establo fue perdiendo terreno hasta que en algún punto ya solo había dos vacas en el lugar.

Esto hizo que muchas personas tomaran como referencia las vacas amarradas en los árboles de la zona para ubicarse. El establo desapareció, pero no así el peculiar nombre que incluso puede ser visualizado en Google Maps.

Cruz blanca

El nombre de este paradero, más que llamativo, guarda una triste historia. Se encuentra ubicado en la cuadra 62 de la avenida Alfredo Mendiola, en Los Olivos. Allí se levanta una pequeña cruz blanca que data de 1958 y que lleva escrito un sentido mensaje: “Al irresponsable que en su loca fuga dejó derramar tu preciosa sangre abandonándote en este solitario lugar. El destino se encargará de cobrar su deuda. Tu padre”.

De este modo, el lugar adquirió su nombre debido a un terrible accidente ocurrido por aquellos días.

Pollos

El paradero Pollos o Los pollos es conocido así debido a que en la esquina de ese lugar solía ubicarse una pollería que se convirtió el único punto de referencia para quienes llegaban hasta este punto en la avenida Universitaria.

A falta de señalización, choferes y transeúntes tuvieron otra opción que bautizar paulatinamente a este paradero con el peculiar nombre.

Tres ositos

Este particular paradero se ubica en Comas. (Canal IPE)
Este particular paradero se ubica en Comas. (Canal IPE)

Posiblemente el nombre más particular de la lista y el que más risas ha provocado en los usuarios. Según Reporte Semanal, este lugar se llama así ya que antiguamente era un espacio deshabitado donde solo vivían tres familias.

Por supuesto, el paradero ubicado en la cuadra 82 de la avenida Universitaria, en Comas, hoy en día luce completamente urbanizado, pero parece que el tiempo no será capaz de borrar su particular denominación.

Lechón

En este caso, la costumbre y el ingenio llegaron a un nuevo nivel, ya que el paradero, donde antiguamente se habría realizando la crianza y venta de chanchos, cuenta ahora con un puente peatonal que ha sido bautizado oficialmente como Puente lechón por la empresa Rutas de Lima. Incluso se puede apreciar el cartel que se alza en la estructura ubicada en el kilómetro 18.5 de la Panamericana Sur, en el distrito de Lurín.

Puente Camote

Aunque parece increíble, en este paradero ubicado entre las avenidas Carlos Izaguirre y Santa Rosa, en San Martín de Porres, no hay un puente y tampoco camotes. Sin embargo, el nombre se mantiene inalterable y se puede leer en los carteles que llevan los buses de transporte público.

Según se sabe, en el pasado la zona sí contaba con un pequeño puente de madera que atravesaba un curso de agua, además, se cultivaban camotes en los campos de los alrededores.

Cabe mencionar que dicho puente permitía a los pobladores llegar hasta los campos de cultivo. Con el paso de los años el panorama cambió y la estructura, junto con las chacras, desaparecieron para dar paso a la urbanización. Pero el nombre se mantiene como uno de los más icónicos de Lima.

La curva del diablo

Conforme al programa Reporte Semanal, el paradero ubicado en el cruce de las avenidas 1 de mayo y Micaela Bastidas, en Villa el Salvador, solía ser en tiempos de antaño el único ingreso al distrito. La falta de semáforos hizo que en este espacio ocurrieran muchos accidentes que dejaron muertos y heridos, tomando por ello el aterrador nombre.

No obstante, también se han tejido una serie de leyendas urbanas en torno a este lugar, que aseguran que allí aparece nada más y nada menos que el diablo en persona. Mito o realidad, lo cierto es que el nombre está lejos de cambiar o desaparecer.

Torito

El paradero existe desde hace más de 60 años, pero es poco conocido. (Facebook El Torito de Surco)
El paradero existe desde hace más de 60 años, pero es poco conocido. (Facebook El Torito de Surco)

Este paradero se encuentra ubicado en Surco Viejo y tiene más de 60 años con esa denominación. Según La banda del Chino, fue bautizado así debido a que en la zona había un camal. El dueño solía amarrar un ternero o torito en la esquina que ahora lleva la denominación, convirtiéndose en el punto de referencia para muchas personas. Hoy, en esa misma esquina se encuentra el restaurante Torito, administrado por el hijo del dueño del camal.

Sin duda, los nombres de los paraderos limeños son una muestra de la gran creatividad de los peruanos, pero también la falta de planificación en las calles que finalmente han terminado bautizadas por la colectividad y sobreviven al paso del tiempo.

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