Con total sangre fría actuaban los peligrosos integrantes de Los Gallegos, la banda criminal que serviría al Tren de Aragua como su brazo armado, contra numerosas trabajadoras sexuales venezolanas a las que extorsionaban y torturaban de la forma más salvaje posible. Un informe de Panorama reveló imágenes sensibles y escalofriantes relatos de las víctimas de la explotación y la trata de personas en Lima.
En una de las fotografías difundidas se observa a una joven meretriz extranjera, no mayor de 25 años, sentada en una cama, mientras llora desconsoladamente y ruega por su vida a uno de Los Gallegos. Se le ve atada de pies y manos y tiene la cabeza rota por un contudente golpe con la cacha de una pistola. No pudo pagar el costoso cupo que le cobran semanalmente por ocupar una plaza de la prostitución en la capital.
La Policía peruana señaló que la práctica de la tortura de Los Gallegos es habitual y no distingue si la trabajadora sexual es una menor o mayor de edad, pues actuan con la misma ferocidad para aterrorizarlas y lograr que sigan pagándoles cientos de soles a la semana. Por la cabeza de estas mujeres no pasa escapar de este infierno, ya que saben que podría costarles la vida.
“Es diario lo que se vive. Cachazos, golpes, maltratos, patadas y ofensas. Tratan mal y son muy violentos. Nos engañan nos mienten. No hay manera de describir lo que se siente”, contó una joven víctima, que se ve en la obligación de ofrecer sus servicios sexuales en una zona de rosa de Lima.
Las torturan de la peor forma posible
De acuerdo a información policial, a toda meretriz que desobedece o no cumple con pagar la cuota la amarran, la golpean brutalmente, la dejan sin comer, la encierran y hasta la amenazan con hacerla volar con granadas de guerra que le enseñan mientras la maltratan.
Un hostal, ubicado en la esquina de las avenidas Universitaria con Antúnez de Mayolo, en el distrito de San Martín de Porres, les servía a Los Gallegos como su búnker de torturas, a donde llevaban a decenas de trabajadoras sexuales venezolanas.
Las fuerzas del orden realizaron recientemente una intervención sorpresa a este hostal, en el que se halló a decenas de jóvenes venezolanas y varios de sus captores, de la misma nacionalidad. Con armas en mano y algunos hasta vestidos de civiles y obreros para no levantar sospechas, ingresaron al establecimiento para desbaratar al llamado búnker de las torturas.
Durante la inspección policial, los agentes encontraron en las habitaciones a las víctima de la trata de personas, quienes eran maltratadas psicológica y físicamente. En el lugar se halló a menores de edad que fueron captadas con engaños en su natal Venezuela y, posteriormente, traídas al Perú para ser puestas en la esquina de una calle en Lima a ofrecer sus servicios por 150 y 200 soles a cambio de una hora de placer.
“Las multadas son las que traen de viaje con engaños y cuando llegan acá tienen que pagar 20 mil a 30 mil soles por un pasaje que cuesta 500 soles”, reveló una trabajadora sexual.
“Todas las que quieran ‘facturar’ de lo lindo”
Las formas de captar a jovencitas venezolanas de parte de los Gallegos, el Tren de Aragua y otras facciones criminales extranjera es la misma: anuncios por redes sociales de puestos de trabajo bien remunerados, avisos en periódicos y volantes por las calles. Aunque ultimamente han estado usando grupos de WhatsApp, en el que agregan a cientos de mujeres, para enviarles mensajes directos en el que les ofrecen ‘facturar de lo lindo’.
“Buenas tardes, todas esas mujeres que quieran subir a Lima. Sea desde Colombia, Venezuela o Ecuador, de donde quiera que estén, que quieran venir a facturar de lo lindo, con todo pago, mis princesas. Todas las que quieran subir, bienvenida sea. Te lo hacemos realidad, llegó el momento”, se lee en uno de eso llamativos mensajes de los proxenetas.
Una de las meretrices que decidió romper su silencio, quien deberá vivir escondida por mucho tiempo y alejada de todo, alertó que ‘son muchas’ las menores que caen en las garras de Los Gallegos y que incluso hay varias embarazadas.
“Si hay menores de edad, incluso embarazadas. Menores de edad sí hay muchas, bastantes, y son las más dóciles, las que más maltratan”, aseguró.
Para la Policía peruana, el cabecilla detrás de esta operación criminal es alias HD, un ranqueado delincuente venezolano que tiene un perfil sanguinario y frívolo. Pero otra de las mentes delictivas también importantes en este esquema sería alias Jampi, otro extranjero con un gusto particular por las granadas y las armas personalizadas.