Ciro Alegría, el escritor que triunfó en la literatura lejos de su patria, la enfermedad que le impidió escribir y el César Vallejo que conoció

El literato peruano reivindicó al indio desde un plano político y socioeconómico. Una de sus célebres novelas es “El mundo es ancho y ajeno”, cuya historia cobra vida cada cierto tiempo debido a las injusticias que se cometen en la sierra del Perú.

Compartir
Compartir articulo
Ciro Alegría es representante del Indigenismo peruano, movimiento literario que buscó reivindicar al indio desde un plano político y socioeconómico. (Jesús Avilés/Infobae)
Ciro Alegría es representante del Indigenismo peruano, movimiento literario que buscó reivindicar al indio desde un plano político y socioeconómico. (Jesús Avilés/Infobae)

El campo ha sido y sigue siendo un espacio donde las personas suelen encontrar paz interior y conectarse consigo mismas. La tranquilidad de la naturaleza es el principal atractivo para los turistas, quienes viajan a la sierra del Perú en busca de paz. Sin embargo, el ambiente apacible no siempre ha prevalecido entre montañas, despeñaderos y vegetación. La literatura y el periodismo han dado cuenta de la irrupción del caos en los Andes.

Las injusticias sociales y los enfrentamientos entre el Ejército y las comunidades indígenas han sido retratados por un escritor que se ha ganado el elogio de peruanos y ciudadanos extranjeros, quienes no solo destacaron su prosa, sino que también admiraron la temática que aborda en sus novelas. Ciro Alegría es el laureado escritor peruano que reivindicó al indio desde un plano político y socioeconómico.

Usualmente las obras de este literato son leídas en las instituciones educativas del Perú como parte del plan de estudios del curso de Literatura; sin embargo, con el transcurrir de los años ha cobrado relevancia, puesto que las injusticias sociales en la sierra del territorio nacional todavía persisten ante la mirada indiferente de las autoridades. La problemática que se suscita en el ande fue retratada en una novela del escritor, quien es representante del Indigenismo peruano.

Ciro Alegría también se desempeñó como periodista. (Difusión)
Ciro Alegría también se desempeñó como periodista. (Difusión)

Se trata de “El mundo es ancho y ajeno”, novela que constituye “el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana”. Así lo indicó Mario Vargas llosa. Con este libro, Ciro Alegría puso en evidencia el sistema social que liquidó una comunidad campesina. Como es sabido, en la obra Álvaro Amenábar y Roldán, gamonal de la hacienda Umay, motivado por la ambición, quiere quitarles sus tierras a los pobladores de la comunidad de Rumi y convertirlos en peones de una mina que piensa explotar.

Respecto al gamonalismo, es preciso mencionar que durante la primera mitad del siglo XX se impuso este sistema de explotación a las comunidades indígenas por los dueños de las haciendas. Los grandes gamonales, respaldados en su enorme poder económico y político, tenían la consigna de reducir al indio a condiciones extremas de trabajo.

El literato escribió la novela “El mundo es ancho y ajeno” alejado de su patria; no obstante, los temas que abordó lo acercaron más a su país. Por ejemplo, en el libro se hace referencia a la comunidad como espacio de fraternidad y la sabiduría popular; esta última se traduce en la narración de relatos orales.

Libros del novelista Ciro Alegría. (Biblioteca Nacional del Perú)
Libros del novelista Ciro Alegría. (Biblioteca Nacional del Perú)

Ahora bien, es pertinente abordar algunos pasajes de la vida de Ciro Alegría, los cuales no son muy conocidos por los lectores. Por ejemplo, poco se ha comentado que nuestro compatriota fue alumno de César Vallejo en un colegio de Trujillo, padeció tuberculosis y fue militante del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana).

Ciro Alegría, el entrañable alumno de César Vallejo

En cuanto a su educación, es sabido que Alegría realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo, donde tuvo como profesor durante un año escolar al entonces joven poeta César Vallejo. En 1917, escuchó las enseñanzas del destacado poeta, que para entonces ya había escrito algunos poemas, los cuales aparecieron posteriormente en el libro “Los heraldos negros”.

En el primer volumen de “Memorias: mucha suerte con harto palo”, Alegría recuerda la vez que conoció a César Vallejo. A sus 7 años de edad ya había escuchado hablar del poeta en una conversación de sus familiares. En ella, un hombre de avanzada edad dijo que al vate le falta un tornillo.

Ciro Alegría y César Vallejo. (Difusión)
Ciro Alegría y César Vallejo. (Difusión)
“Caminamos hasta la esquina y, volteando, se abrió a media cuadra la puerta que usaban los profesores y alumnos de la sección primaria. Nos detuvimos de pronto y mi tío presentóme a quien debía ser mi profesor. Junto a la puerta estaba parado César Vallejo. Magro, cetrino, casi hierático, me pareció un árbol deshojado. Su traje era oscuro como su piel oscura. Por primera vez vi el intenso brillo de sus ojos cuando se inclinó a preguntarme, con una tierna atención, mi nombre. Cambió luego unas cuantas palabras con mi tío y, al irse éste, me dijo: “Vente por acá”. Entramos a un pequeño patio donde jugaban muchos niños. Hacia uno de los lados estaba el salón de los del primer año. Ya allí, se puso a levantar la tapa de las carpetas para ver las que estaban desocupadas, según había o no prendas en su interior, y me señaló una de la primera fila (…)”, escribió Ciro Alegría.

Vallejo fue profesor del niño Alegría en el primer grado de primaria. En ese contexto, le enseñó a escribir y leer, sin imaginar que este niño se convertiría en un gran escritor, e incluso hablaría de él en sus escritos.

Cabe precisar que durante su infancia, Alegría pasó sus días en la hacienda llamada Quilca y Marcabal Grande, ambos quedaban cerca a Huamachuco, en La Libertad. En estos lugares interactuó con el personal a cargo de las actividades agrícolas y oyó relatos de los pobladores. Las vivencias en esta etapa de su vida le sirvieron para crear historias. Cabe precisar que en su adolescencia compartió faenas agrarias con los pobladores de comunidades de la sierra norte del Perú.

Durante su infancia, Ciro Alegría pasó sus días en la hacienda llamada Quilca y Marcabal Grande, ambos quedaban cerca a Huamachuco. (Andina)
Durante su infancia, Ciro Alegría pasó sus días en la hacienda llamada Quilca y Marcabal Grande, ambos quedaban cerca a Huamachuco. (Andina)
Carlos García Bedoya, crítico literario, contó cómo era la familia del escritor. “El mismo Ciro Alegría siempre reconoce que él pertenece a una familia de terratenientes, pero él sí distingue mucho que tanto su padre como su abuelo eran terratenientes paternalistas; es decir, tenían una relación positiva con los campesinos. No eran explotadores a diferencia de otros terratenientes o gamonales”, sostuvo.

En 1923 volvió a la hacienda Marcabal Grande para supervisar el cumplimiento de las tareas agrícolas de los peones. En este lugar aprendió mucho de las costumbres de los nativos, las cuales fueron retratadas en “El mundo es ancho y ajeno”.

La vocación de Ciro Alegría por escribir se gestó en su adolescencia. Alentado por su familia, en 1924 escribió sus primeros relatos y poemas. Su madre lo apoyó en todo momento, e incluso era una de sus primeras lectoras. Alegría le solía leer a su progenitora sus primeros escritos al tiempo que tomaba en cuenta sus apreciaciones. Sin embargo, el respaldo emocional que le daba su madre desapareció en 1926 cuando falleció, pero su amor por la literatura quedó intacto.

Ciro Alegría encontró su vocación en la secundaria. (Andina)
Ciro Alegría encontró su vocación en la secundaria. (Andina)

La tuberculosis no socavó su carrera literaria

Debido a su activismo político y su afiliación al partido Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Ciro Alegría fue exiliado. Recordemos que en la década de 1930, el APRA fue perseguido y considerado una amenaza por las autoridades, sobre todo por el presidente Luis Miguel Sánchez Cerro.

En 1934 llegó a Chile, país que fue testigo de sus éxitos literarios. Su primer proyecto fue transformar su cuento “El Marañón” en la que sería su primera novela, “La serpiente de oro”. Lo logró, e incluso ganó el concurso literario convocado por la Editorial Nascimento. Rosalía Amézquita, esposa del escritor, estuvo a su lado celebrando sus victorias.

Sin embargo, no todo fue felicidad en el país del sur. A fines de 1936, Alegría enfermó de tuberculosis pulmonar, situación que lo obligó a estar dos años en el sanatorio de San José de Maipo. Con el transcurrir del tiempo, el escritor fue mejorando parcialmente; no obstante, su salud se agravó semanas antes de que los médicos le den el alta. Los galenos le aplicaron un neumotórax y una burbuja de aire; esta última le produjo una embolia cerebral. Esto le generó una parálisis temporal, anulándole la capacidad de escribir.

Al respecto, el poeta Marco Martos relató: “Rosalía Amézquita fue una mujer muy diligente que estuvo a su lado en la época que estuvo en Santiago de Chile. Él le dictaba sus novelas a ella mientras se recuperaba de una enfermedad prolongada”.
Rosalía Amézquita y Dora Varona, esposas del escritor peruano. (Andina)
Rosalía Amézquita y Dora Varona, esposas del escritor peruano. (Andina)

La ayuda de su esposa fue vital para la creación de la novela “Los perros hambrientos”; sin embargo, Alegría se esforzó en escribir, lo cual complementaba el trabajo de su pareja. De esta manera, terminaron la novela en un mes. El libro se publicó en agosto de 1939.

“Tuvo que reaprender a hablar. Ciro Alegría cuenta que el gran consejo que le dio el médico para recuperar el manejo del lenguaje fue dedicarse a escribir. Así que comenzó a escribir. Él relata la anécdota de que por las noches, mientras escribía, escuchaba ladrar a los perros, lo que le trajo a la memoria ciertas anécdotas de su infancia relacionadas con la sequía. Fue entonces cuando redactó su segunda novela, “Los Perros Hambrientos”, relató García Bedoya.

Ciro Alegría es uno de los escritores que buscó reivindicar al indio desde un plano político y socioeconómico. Asimismo, retrató en sus obras la cosmovisión andina. “El mundo es ancho y ajeno” es una novela que cobra vida cada cierto tiempo debido a las injusticias que se cometen en la sierra del Perú.

Novelas de Ciro Alegría

“La serpiente de oro” (1935): El libro aborda temas relacionados con la lucha por la supervivencia y la vida en la selva peruana. Esta novela ganó el concurso de la Editorial Nascimento de Chile.

“Los perros hambrientos” (1939): Novela que aborda temas como la relación entre el ser humano y la naturaleza, la lucha contra la explotación y la injusticia, entre otros tópicos. Con esta novela, el literato obtiene el Premio Zig Zag en Chile.

“El mundo es ancho y ajeno” (1941): Obra literaria que explora temas como la lucha por la tierra, la preservación de la cultura y la tradición, la resistencia indígena, la injusticia y la explotación. Con este libro, el escritor recibió el Premio Latinoamericano de Novela Farrar & Rinehart de Nueva York.