Las expediciones urbanas compartidas en Internet nos ha permitido conocer aquellos lugares que se han quedado en el olvido, pero que hace algunas décadas, fueron establecimientos de gran importancia para la sociedad, sobre todo por los servicios que ofrecían para mantener el bienestar de los ciudadanos.
Uno de estos relatos tiene como personaje principal a Ernesto ‘Che’ Guevara, un argentino que se impuso en la historia al convertirse en un guerrillero revolucionario, rostro del comunismo y que se nacionalizó cubano.
Aunque su perfil vinculado a la política y lo social, una de sus facetas fue la de dedicar años de su vida a su profesión, la medicina. Sus conocimientos e interés en profundizarlos, lo llevó a especializarse en tratamientos dirigidos a personas con lepra.
Este aprendizaje lo enrumbó a que inicie una aventura en el Perú. Su destino inicial fue Iquitos, pero terminó adaptándose a Lima, en uno de los nosocomios más concurridos por los que tenían carencias y requerían con urgencia atención para recuperar su salud.
El antiguo hospital Portada de Guía
Este es el nombre que recibió el establecimiento de salud ubicado entre las calles del barrio de Piñonate, en San Martin de Porres, dentro de la jurisdicción de Lima. El ‘Che’, de 24 años, tenía planeado llegar al leprosorio de San Pablo, en el corazón de la selva.
Mientras organizaba su itinerario para viajar hacia Iquitos, un colega, el médico Hugo Pesce, lo acogió en una casa humilde que se encontraba cerca al hospital Portada de Guía. Es así como dio marcha a su voluntariado, el cual duró medio año.
En 1952, y ya posicionado en la capital, comenzó a recibir pacientes para tratarlos con el mal de Hansen. Se cree que ver esta realidad de los más necesitados, y el sufrimiento con el que vivían día a día, hizo que cambiará su destino radicalmente, creando una lucha propia por la justicia social que marcó su revolución.
El antes y después del hogar del ‘Che’ Guevara en Lima
Oficialmente cerró sus puerta en 1977. La misión se había cumplido. Los pacientes se habían curado, por lo que rápidamente abandonaron las habitaciones que los refugiaron por un largo tiempo.
Este lugar que fue hogar del ‘Che’ Guevara en Lima no quedó deshabitado por completo. Aquellos que no tenían un lugar donde vivir decidieron permanecer allí.
Tras iniciar un proceso de posesión, los inquilinos se reunieron para acomodarse en las salas de este leprosorio.
Su fachada fue destruida para construir un muro, acción que tomó una empresa cuando compró parte del predio en una subasta pública. Asimismo, se empleó como almacén aún conociéndose su valor en la historia de la capital.
De acuerdo a imágenes registradas por exploradores urbanos, hay espacios que son usados como cochera, y parientes de aquellos pacientes con lepra han usado algunos rincones para sus viviendas. Son ellos quienes, a la fecha, esperan que sea declarado el hospital como un patrimonio cultural, e incluso, que sea adoptado como un museo de la medicina peruana.