¿Qué políticas son pro vida? En Brasil murieron 74 embarazadas y en Argentina 0 por efecto del coronavirus

Jair Bolsonaro se enrola en un movimiento conservador que se denomina pro vida. Sin embargo, se opone a la cuarentena y el cierre de comercios. La pandemia causo más de 76 mil muertes. Pero además el fallecimiento de 74 embarazas y 50 madres que recién habían parido. En Argentina, en donde el gobierno se comprometió a legalizar el aborto, no murió ninguna embarazada y falleció una sola mujer puérpera

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En Brasil murieron 74 embarazadas y 50 puérperas según una investigación científica que constata que el Coronavirus generó que ese país tenga el mayor número mundial de mortalidad materna a causa de la pandemia.
En Brasil murieron 74 embarazadas y 50 puérperas según una investigación científica que constata que el Coronavirus generó que ese país tenga el mayor número mundial de mortalidad materna a causa de la pandemia.

En Brasil murieron 74 mujeres embarazadas pro COVID-19. En Argentina no falleció ninguna. En Brasil perdieron la vida 50 mujeres después del parto. En Argentina, murió una mujer de 44 años que estaba internada en una clínica de Merlo, con eclampsia, después de una cesárea. No hay ningún recién nacido muerto en nuestro país.

La mortalidad materna –en el embarazo, parto o puerperio- por efecto del coronavirus terminó con la vida de 124 mujeres por ser mujeres en Brasil, hasta el 18 de junio y en la Argentina con una vida. Las diferencias son tajantes.

Si bien el coronavirus –en contraste con el Zika y la Gripe A que afectó a las embarazadas y a recién nacidos- no es una pandemia que haya sido particularmente virulenta con las embarazadas, Brasil es el país en donde más afecto a los cuerpos gestantes. Hasta esa fecha se contabilizaban 160 muertes maternas por COVID-19 en todo el mundo. O sea que en Brasil se produjeron el 77,5 por ciento de las muertes de embarazadas o puérperas por coronavirus en todo el mundo.

La mortalidad materna puede ser evitada en el 90 por ciento de los casos. Por eso las mujeres mueren en los países pobres o negligentes a causa del embarazo o el parto.
La mortalidad materna puede ser evitada en el 90 por ciento de los casos. Por eso las mujeres mueren en los países pobres o negligentes a causa del embarazo o el parto.

Las cifras brasileñas surgen de la publicación en la revista científica Obgyn “The tragedy of Covid -19 in Brazil: 124 maternal deaths and couting”, de Maira Takemoto, Mariane Menezes, Carla Andreucci, Marcos Nakamura-Pereira, Melania Amorim, Leila Katz y Roxana Knobel; de la Universidade Estadual Paulista, de la Universidade Federal de Sao Carlo y de la Universidade Federal de Santa Catarina, entre otras instituciones brasileñas.

La revista es una publicación editorialmente independiente propiedad del Royal College of Obstetricians and Gynecologists (RCOG) que publica trabajos originales revisados por pares en todas las áreas de obstetricia y ginecología. Los datos argentinos son del Ministerio de Salud de la Nación y del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires a los que tuvo acceso Infobae.

La investigación científica contabilizó los fallecimientos hasta el 18 de junio. Después de esa fecha las muertes maternas subieron todavía más: ya hay 150 mujeres fallecidas por ser madres como efecto de la pandemia en Brasil, según informa Melania Amorim. “Yo le atribuyo personalmente al señor Jair Messias Bolsonaro cada una de esas muertes por sus necropolíticas genocidas llevadas en ausencia de políticas públicas efectivas para lidiar con la pandemia después de cinco meses del primer caso”.

La médica contextualiza las razones del fracaso en Brasil en la preservación de las mujeres gestantes: “El sistema de salud es frágil, la falta de acceso a los derechos sexuales y reproductivos, las faltas graves en la asistencia pre natal, el parto y el puerperio y las gestaciones no deseadas”.

La médica Melania Amorim responsabiliza a Bolsonaro por las denominadas necropolíticas que considera genocidas y negligentes y costaron la vida de 150 embarazadas y puérperas.
La médica Melania Amorim responsabiliza a Bolsonaro por las denominadas necropolíticas que considera genocidas y negligentes y costaron la vida de 150 embarazadas y puérperas.

La tasa de mortalidad de embarazadas sobre total de contagios en Argentina es 0 por ciento y la tasa de mortalidad de embarazadas sobre total de contagias en Brasil –tomando en cuenta los datos solamente hasta la fecha de la publicación científica- es de 0,038 por ciento. La tasa de mortalidad en período de puerperio en Brasil es de 0,025 por ciento y la tasa de mortalidad en período de puerperio en Argentina es del 0,0093 por ciento, según cifras elaboradas por coronavirus.datAR.

En Argentina el único caso de mortalidad materna por coronavirus es el de una mujer, de 44 años, que vivía en Moreno, en la Provincia de Buenos Aires. Ella tuvo una cesárea por un cuadro de eclampsia y falleció el 24 de mayo. Recibió tratamiento con lopinavir, ritonavir e hidroxicloroquina. Pero no pudieron salvarla.

En Argentina hay 842 casos confirmados de COVID-19 en personas gestantes. Y 258 sospechosos, desde el 3 de marzo al 12 de julio del 2020. Las embarazadas son el 1 % de todos los casos sospechosos. Y dentro de las gestaciones con dudas sobre COVID una de cada cuatro) resultaron positivas. El 26,2 % dio positivo.

En Argentina hay un solo caso de mortalidad materna por Coronavirus y en Brasil 124, según información de una publicación científica, el Ministerio de Salud de la Nación y elaborada por @Coronavirus.datAR)
En Argentina hay un solo caso de mortalidad materna por Coronavirus y en Brasil 124, según información de una publicación científica, el Ministerio de Salud de la Nación y elaborada por @Coronavirus.datAR)

Entre las embarazadas que dieron positivo en coronavirus en Argentina, la edad promedio es 29 años. Hay solo 4 casos de 50 a 59 años; 58 personas gestantes de 40 a 49 años; 305 de 30 a 39 años; 417 jóvenes de 20 a 29 años y un alarmante número de 57 niñas y adolescentes -de 10 a 19 años- que están embarazadas y con coronavirus.

La enfermedad no discrimina, pero como afecta a las personas sí. El efecto desigual sobre mujeres y embarazadas es claro según las posibilidades de vivienda, de acceso al agua y a productos de higiene, a trabajos estables y a dinero para sobrevivir. Hay 175 embarazadas con COVID-19 en barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires. Entre las porteñas que esperan un hijo en contexto de pandemia y con un diagnostico positivo 37 viven en la Villa 31; 37 en la 1-11-14; 17 en la 21- 24; 16 en el Barrio 20. Además hay 68 casos en otros barrios populares.

Los casos son pocos a nivel masivo. Pero si el sistema de salud argentino hubiera estado colapsado no se hubieran podido salvar las dos vidas en todos los casos. En Argentina 16 embarazadas requirieron internación en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) por coronavirus y, entre ellas, 3 sufrían, además, hipertensión arterial (HTA).

Hay 175 embarazadas con Coronavirus en barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires. REUTERS/Agustin Marcarian
Hay 175 embarazadas con Coronavirus en barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires. REUTERS/Agustin Marcarian

Las embarazadas en situaciones más graves 7 viven en la Provincia de Buenos Aires, 4 en la Ciudad de Buenos Aires, 4 en Chaco y 1 en Tucumán. En 5 situaciones graves necesitaron ventilación mecánica (ARM). En 7 casos, al 12 de julio, ya tenían el alta definitiva.

Los principales síntomas de las personas gestantes confirmadas con coronavirus fueron tos, fiebre, cefalea, malestar, diarrea, vómitos, dolor abdominal, entre otros. Y, en menor medida, insuficiencia respiratoria, rechazo de alimentos, irritabilidad, convulsiones y neumonía grave.

Los principales factores de riesgo entre las embarazadas con COVID-19 fueron: asma, diabetes, hipertensión, ser fumadoras, ex fumadoras, obesidad, inmunosupresión, neumonía previa, tuberculosis, insuficiencia renal, enfermedad neurológica previa, insuficiencia cardíaca, enfermedad cardiológica previa, hepatopatía previa, EPOC y bajo peso.

En Brasil acusan a Jair Bolsonaro de negligente por la muerte de embarazadas por Coronavirus (@Coronavirus.datAR)
En Brasil acusan a Jair Bolsonaro de negligente por la muerte de embarazadas por Coronavirus (@Coronavirus.datAR)

Melania Amorim es médica ginecóloga y obstetra y Profesora de Ginecología y Obstetricia de la Universidad Federal de Campiña Grande. Ella es una de las autoras de la investigación científica sobre mortalidad materna en Brasil y resalta: “Más del 90 % de las muertes maternas son evitables. Por eso, la mortalidad materna es un indicador tan sensible de las condiciones de la economía y la salud de la población. El 99 % de las muertes maternas ocurren en los países pobres o de renta media. Son tragedias negligentes causadas por personas negligentes. Las mujeres no deben morir en función de las condiciones ligadas al ciclo de embarazo y puerperio”.

Ella asegura: “Es una contradicción que quienes se llaman pro vida generen esta situación porque en la medida que no garanticen los derechos básicos de asistencia van a llevar a muertes de mujeres, fetos y recién nacidos”. Y apunta: “El negacionismo es grave porque colocan los intereses económicos de una elite retrógrada por encima de los derechos básicos a la salud y la vida de la población”.

En Brasil hay 2.012.151 personas contagiadas y 76.688 muertes. En Argentina hay 111.160 personas confirmadas con COVID-19 y 2.072 muertos (hasta el jueves 16). La diferencia es impactante: más de 72 mil personas que ya no están de un lado de la frontera y otras que están, aunque no sepan que están gracias a quedarse en su casa o a que otros/as se quedaron. No es fácil agradecer la vida. No tiene que ser más fácil aceptar la muerte.

“Brasil es la principal potencia latinoamericana y todo lo que pasa en Brasil tiene un fuerte impacto en América Latina. Con el coronavirus la situación está descontrolada y se duda que se estén contabilizando todos los fallecidos. Aun así, con la curva actual de Argentina, con las mismas políticas que Brasil tendríamos 16 mil muertos en esta semana, con lo cual las medidas que tomó Argentina salvaron muchas vidas. Y en Brasil la caída económica también es muy dura porque cuando avanza tanto el virus no hace falta que le digan a la gente que se quede en su casa sino que, efectivamente, lo hace”, señala el contador y Senador provincial de Corrientes Martín Barrionuevo.

En casi todo el mundo, y también en Argentina, el embarazo no es una causa principal de riesgo en las muertes de Coronavirus. Pero en Brasil hay un porcentaje muy elevado de mortalidad materna.
En casi todo el mundo, y también en Argentina, el embarazo no es una causa principal de riesgo en las muertes de Coronavirus. Pero en Brasil hay un porcentaje muy elevado de mortalidad materna.

¿Se puede autodenominarse pro vida si se está en contra de salvar, al menos, 14 mil vidas en Argentina, si se compara lo que pasa con un país limítrofe sin aislamiento social, preventivo y obligatorio? ¿No es una contradicción insostenible que los que quieren frenar el aborto en nombre de las dos vidas ahora no les importe perder 14 mil vidas?

Es hora de darle a la palabra vida el valor que merece. Y a la autonomía de las mujeres y personas gestantes el derecho a decidir sin que la palabra vida siga en boca de los que solo la abrieron durante la pandemia para criticar las medidas necesarias para preservar la vida. Los derechos y deseos no pueden ser cercenados. Y la vida no puede ser desvalorizada.

El coronavirus es una enfermedad que no afectó particularmente a embarazadas. Pero la investigación sobre el caso brasileño revela una tragedia. Pero también desnuda una hipocresía: el Presidente Jair Bolsonaro se declara pro vida y se opone a políticas de distancia social, uso de tapa boca, cuarentena o cese de actividades porque piensa que las muertes son inevitables, que se trata de una gripecita o que no se puede afectar la economía para evitar más muertes.

En Argentina el 1 de marzo el presidente Alberto Fernández anunció en el Congreso de la Nación que iba a presentar un proyecto de legalización del aborto. La iniciativa se paralizó por la cuarentena. Pero ya aseguró, en entrevistas con Juan Amorin y Matías Martin, que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) no se va a frenar.

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó el Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo. En la sesión la legisladora Ofelia Fernández remarcó: “Nuestro derecho a decidir no se toma cuarentena. La Interrupción Legal del Embarazo ya es un derecho y tiene que ser realidad. No caminamos para atrás. Vamos por el aborto legal, seguro y gratuito en todo el país”.

El Presidente Alberto Fernández abrió las sesiones legislativas asegurando que el Estado iba a cuidar a las embarazadas y aprobando la legalización del aborto.

¿Hoy los sectores denominados pro vida son, a su vez, militantes anti cuarentena? ¿Es posible criticar un esquema que evita muertes e impedir, simultáneamente, el derecho de las mujeres a decidir fuera de la clandestinidad como una postura que está basada en la defensa de la vida? ¿En qué momento los opositores a la ley que legaliza el aborto para minimizar sus riesgos están intentando que haya la menor cantidad de muertes por efecto del coronavirus? ¿Es pro vida el que cuida la vida de las embarazadas o el que solo le ponen un candado a sus decisiones?

La contradicción es tan fuerte que parece una serpiente ahogando el cuello en el que no se puede respirar. ¿Pueden seguir arrogándose la palabra pro vida los sectores que eligen no tomar medidas para preservar la vida? ¿Están a favor de salvar las dos vidas los que deciden perder 76 mil vidas en Brasil? ¿Es posible defender la vida y atacar las formas de salvarla en Argentina? ¿Es una impostura que hay que seguir escuchando la de quienes hablan de salvar las dos vidas y callan frente a las embarazadas muertas por gestar a una edad en que su único riesgo fue ser madres?

La vida puede tener diversas interpretaciones. Pero la muerte no tiene discusión. Dejar morir a embarazadas y puérperas por ser mujeres, por ser madres, por no querer implementar medidas no farmacológicas (cuarentena, confinamiento, distancia social, etc) no es pro vida, es pro muerte, pro control y pro discriminación. A los sectores que dicen defender las dos vidas no les interesa perderlas aunque las muertes sean evitables.

En la Legislatura Porteña se aprobó el Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En la Legislatura Porteña se aprobó el Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El médico y obstetra Mario Sebastiani reafirma: “Los datos provenientes de Brasil indican que la pandemia deja un saldo de 124 muertes maternas al mes de junio del 2020. Es el país con más muertes maternas de lo que se tiene registrado al día de hoy. El sistema sanitario brasilero, como muchos de los países de nuestra región, adolece de distintos problemas. La infraestructura de las instituciones de salud es muchas veces precarias. Llama la atención que varias mujeres no pudieron acceder a la ventilación mecánica lo que sin embargo ha coincidido con otros países más desarrollados”.

En Argentina la única muerte registrada no fue por falta de ventilación mecánica y las embarazadas que requirieron esa tecnología fueron contenidas en el sistema de salud, sin poner en riesgo su vida. “En esta pandemia los vulnerables no son solamente los longevos sino también las mujeres y los niños. Es curioso que esta situación, que debiera describirse como de suma gravedad haya sido casi invisibilizada por los pro vida”, cuestiona Sebastiani. El médico subraya: “Los pro vida, que dicen defender a la mujer y al niño, lo único que tienen es un buen eslogan, pero carecen de evidencia científica y actitud compasiva”.

Amorim destaca: “Los sectores conservadores están contra los derechos de las mujeres y no consideran sus vidas. No priorizan las políticas públicas de anticoncepción, anticoncepción, ni los casos de abortos previstos por la ley, la asistencia a las víctimas en emergencia. No tienen la menor consideración con las mujeres en el embarazo, parto y el puerperio. Se dicen “pro vida” cuando, en verdad, son apenas “pro nacimiento” sin la menor seguridad para las mujeres. Su preocupación está en controlar las vidas de las mujeres, no en salvarlas”.

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