Cómo piensa Macri volver a ganar en 2019

Qué necesita el Presidente para ganar las elecciones: el análisis que hace su mesa chica y el ala política de Cambiemos

Compartir
Compartir articulo
10 de diciembre de 2015: Mauricio Macri durante la ceremonia en la que recibió los atributos del mando realizada en el salón Blanco de la Casa de Gobierno (NA)
10 de diciembre de 2015: Mauricio Macri durante la ceremonia en la que recibió los atributos del mando realizada en el salón Blanco de la Casa de Gobierno (NA)

Que el dólar no vuelva a subir y que la economía no se vaya al diablo. Que Cristina Fernández sea, al final, la principal candidata opositora por Unidad Ciudadana. Y que no aparezca ningún tapado por encima de la grieta, capaz de enloquecer las variables que el laboratorio de Cambiemos analiza hoy con tanto detalle.

Eso es nada más, y nada menos, que lo que necesita el presidente Mauricio Macri para ganar las elecciones en nacionales el año que viene, según un miembro del ala política del oficialismo, que no es amigo de Jaime Durán Barba pero le reconoce su talento para ganar elecciones.

Desde hace aproximadamente dos meses el discurso del gobierno ha ido variando del optimismo y el sin contenido al reconocimiento del mal momento económico y social.

Según una alta fuente que integra la mesa chica del Presidente, ese cambio de discurso y la estabilidad del tipo de cambio detuvieron la sangría que se venía registrando desde diciembre del año pasado, cuando los cambios en la movilidad del pago de las jubilaciones iniciaron la caída de intención de voto más importante desde que Macri asumió. Del casi el 60 por ciento al poco más del 30 por ciento que mantiene todavía hoy, a pesar de la crisis.

La otra variable que se mantiene más o menos estable es la intención de voto de Cristina Fernández. Según los números del oficialismo, en un poco menos del 30 por ciento, pero con un dato que la mayoría de los analistas no registra: desde que aparecieron los Cuadernos de la corrupción se viene registrando una caída constante, por goteo, que la coloca más cerca del 25 por ciento que del tercio de los votos.

Quienes miran en detalle los números que aporta el equipo de Durán Barba descuentan que Cristina será candidata una vez más. Y ofrecen una serie de razones que consideran de mucho peso.

La primera: necesita que su fuerza no desaparezca y sus votos se dispersen entre el resto del peronismo y la izquierda.

La segunda: descuentan que Cristina entiende que menos acumulación política es un camino más directo a la cárcel, o, en todo caso, al arresto domiciliario.

La tercera: a su hijo Máximo se le vence el mandato en la Cámara de Diputados, y va a seguir precisando los fueros para mantener la libertad ambulatoria.

La cuarta y última: el narcisismo político de Cristina Fernández, una mujer que sigue pensado que no hay nada mejor que ella para enfrentar a Macri y eventualmente ganarle.

Por debajo de la expresidenta, hay gente que trabaja para intentar un acuerdo con Sergio Massa e incluso con Miguel Ángel Pichetto, dos de los peronistas no kichneristas que pelean para convertirse en el candidato a presidente. Dirigentes como Andrés "el Cuervo" Larroque creen que es posible un entendimiento que incluya un pacto para evitar que Cristina vaya presa, y los votos de "la jefa" se trasladen al postulante con mayores posibilidades de ganarle al actual presidente.

Pero el problema de fondo es la desconfianza. Cristina no le cree una palabra ni a Massa ni a Pichetto. Y Massa y Pichetto no confían ni en ella ni en los chicos grandes de La Cámpora, ahora afectados por la causa de los cuadernos de Centeno.

El laboratorio electoral de Cambiemos supone que 2019 puede ser mejor que este año. Con una agenda que incluya el desfile de la expresidenta por los estrados de los juicios orales que debe enfrentar, combinada con un cierto alivio en la economía, más perceptible entre agosto y octubre, cuando se vote primero en las PASO y después en las generales, para determinar quién gobernará la Argentina hasta 2023.