“Es muy importante todo el cuidado de la fruta, desde el corte en las fincas hasta su carga en contenedores”

Gonzalo Matías Vidal, Gerente de Comercio Exterior especializado en logística internacional de fruta fresca, comparte su experiencia en la gestión de importaciones y exportaciones en Latinoamérica y el mundo.

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Gonzalo Matías Vidal es Gerente de Comercio Exterior especializado en logística internacional de fruta fresca
Gonzalo Matías Vidal es Gerente de Comercio Exterior especializado en logística internacional de fruta fresca

Enfocado en la gestión de importación y exportación de fruta fresca, “rubro en el que hay que estar siempre muy atento”, Matías nos brinda detalles de una especialidad logística que cuenta con el gran logro de poner a disposición de los consumidores de todo el mundo de productos frescos, trascendiendo temporadas estacionales y miles de kilómetros de distancia.

¿Con qué mercados realizas frecuentemente operaciones de comercio exterior?

Trabajo con socios estratégicos latinoamericanos de Brasil, Ecuador, Colombia y Chile, donde gestiono la importación de productos como banana, palta, mango, piña, limón, entre otros.

Por otro lado, también gestiono la exportación de los mismos con destino a Europa y Estados Unidos, donde se suman, además, frutas que se producen en el mercado argentino, como manzanas, peras y limones.

Todas estas frutas vienen en un “estado verde”, por lo que hay que ser muy precisos y tener mucha atención con la cadena logística. Primero y principal, para cumplir con los altos estándares de calidad que requieren los mercados, ya que no se puede vender fruta que esté “pasada” o que no llegue al estándar de calidad requerido por los clientes.

Entonces, es muy importante todo el cuidado de la fruta, desde el corte de las fincas hasta su carga en contenedores, para iniciar sus viajes marítimos, terrestres o aéreos.

¿Cuáles suelen ser son los tiempos logísticos de tránsito de estos productos?

Son productos que tiene tránsitos largos: 7 días de tránsito terrestre y 20 días de tránsito marítimo, por lo que hay que estarles muy encima.

Por eso todo el viaje está siendo controlado. Dentro de los contenedores se colocan termógrafos que van midiendo y registrando la temperatura y permiten controlar si hubo fluctuaciones, aperturas del contenedor, todo se registra y notifica.

La eficiencia está en el armado, empaquetado, carga y en buscar el tránsito más corto posible, para luego recibirlo en el depósito local, donde se hace un control de calidad caja por caja o pallet por pallet.

Por otro lado, cada cliente tiene su forma o preferencia a la hora de vender su producto, y para eso contamos con cámaras de maduración y cámaras de enfriamiento, para llegar con las frutas al punto requerido.

De alguna manera, la logística forma parte del proceso productivo, por lo que hay que estar atento desde el día que se cerró el contenedor hasta el día que se abrió en el depósito para su control de calidad.

¿Qué nivel de facilidad o dinámica presenta argentina para estos procesos logísticos?

Lo que uno siempre quiere como país es que las cosas funcionen bien y rápido, que sean prolijas y, lamentablemente, los costos portuarios, a nivel salida de fletes desde el puerto de Buenos Aires no son tan viables.

Por eso, a veces resulta más conveniente salir por puertos de Chile, o sea, hacer el cruce con Chile, para recién después salir por sus puertos.

Estaría bueno que estas cosas funcionen en nuestro país a un precio más lineal, que sean acordes al volumen y venta de mercado y que no golpeen tanto al productor.

"Es muy importante todo el cuidado de la fruta, desde el corte de las fincas hasta su carga en contenedores", refleja Gonzalo Vidal (Imagen ilustrativa Infobae)
"Es muy importante todo el cuidado de la fruta, desde el corte de las fincas hasta su carga en contenedores", refleja Gonzalo Vidal (Imagen ilustrativa Infobae)

¿Cómo puede afectar la falta de agilidad administrativa el desarrollo de estas operaciones complejas?

Por ejemplo, si un certificado fitosanitario presenta un error, para rehacer el mismo hay que pedirlo en origen, lo que puede tardar entre 5 o 6 días. Demora que afecta mucho a la programación y precisión que requieren estas operaciones.

Pero también hay casos positivos, como lo que sucede con Colombia, país con el que se implementó el certificado de origen online, que hace que el proceso sea mucho más simple y eso es fantástico.

Se está empezando despacio a probar y agilizar y eso está muy bueno.

¿Y en cuanto a las infraestructuras logísticas?

Tenemos rutas y cruces en mal estado, lo que puede generar grandes atrasos. Por ejemplo, el cruce del Libertador con Chile, en ocasiones es inevitable su cierre por temas climáticos, pero en muchos otros casos se podría evitar con mayor eficiencia e inversiones, ya que su impacto es muy grande.

Esto se debe a que los cruces más cercanos están a 300 kilómetros hacia el norte y, el otro, está 750 kilómetros para Sur. De esta forma, es fácil generar más demora a un camión que anda a 80 kilómetros por un camino de montaña.

Todas demoras que resultan críticas para estas operaciones ya que gestionamos productos vivos con los que hay que ser muy rápidos.

Es un gran logro logístico el poder ofrecer productos frescos todo el año…

Un gran logro y también un desafío de gestión enorme. Todo producto tiene naturalmente su temporada, entonces en base a túneles de maduración y cámaras refrigeradas, vamos logrando alargar la vida útil de los mismo.

Es un mega desafío y una mega inversión, con tecnologías de punta, a las que se les está encima constantemente y eso es algo que el mercado lo agradece, porque sin eso no sería posible tener fruta disponible todo el tiempo.

¿Podrías mencionar un ejemplo emblemático de éxito logístico en este sentido?

Contamos con un producto muy bueno en el Valle del Río Negro, que es la cereza. Es un producto mega premium que lamentablemente dura muy poco en óptimas condiciones, solo tres semanas, por lo que sus viajes tienen que ser rápidos y ágiles, por eso en estos casos se usa la vía aérea.

Estos productos tienen una cadena de frío muy precisa, donde las cerezas llevan un aislante antitérmico y estamos siempre atentos, porque ante cualquier pequeño cambio de clima dentro de un depósito se puede madurar la fruta.

Pero lo que hemos logrado a nivel logístico internacional es espectacular. Pensemos que actualmente salimos con cerezas del Valle de Río Negro, Argentina, que llegan en perfectas condiciones a las mesas de personas que las consumen en Italia o, incluso, en China.

Esto es fantástico y, para lograrlo, hay mucho trabajo y profesionalismo detrás.

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