VOICOT: activismo extremo y arte por los derechos de los animales

Por Rocío Kalenok

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VOICOT se autodefine como “un movimiento artístico por la liberación animal”. Malena Blanco y Federico Callegari son los fundadores, estos jóvenes profesionales de la industria publicitaria vuelcan toda su creatividad e ingenio para comunicar un mensaje: si seguimos así no va a haber futuro posible.

Su activismo genera polémica, apelan a lo visual, a un hiperrealismo que genera incomodidad, que nos hace conscientes de lo que se esconde detrás de un plato de comida.

“Encontramos en el arte el lugar más cómodo para decir las cosas, nos enmarcamos en lo artístico con todas las posibilidades que da. Cuando mostramos el material no lo hacemos desde lo periodístico, pensamos en una idea y lo mostramos a través de esta”, nos cuenta Malena.

Usar la fuerza del otro en nuestro propio beneficio.

Esta filosofía envuelve, en cierto modo, el tipo de activismo que realizan. Es que a través del recurso editorial y la producción artística que caracterizó sus profesiones, colocan en primera plana lo que se esconde detrás del consumo de animales y sus derivados. Sus acciones van desde investigaciones al activismo de calle: intervenir billetes y pegar afiches en la vía publica; visitar mataderos y realizar rescates.

“Nosotros desde VOICOT vamos con varios mensajes, no creemos que haya un solo receptor por lo que creemos que tiene que haber varios tipos de mensajes. A algunos les va a llegar más violencia es comer animales o somos la especie en peligro de extinguirlo todo, pero creo que empezar a movernos de estos lugares de comodidad en los que estamos es un poco a partir de ver imágenes: de mostrar a ese cerdo que, de alguna manera, la disonancia cognitiva no nos deja ver en el plato de comida; de llevar a las ciudades los rostros de estos animales que de alguna manera están, pero disfrazados de alimento. Me parece que es fundamental saber y ser consciente de qué nos está ofreciendo ese sistema, qué nos ofrecen cuando nos ofrecen carne y ser conscientes de esa elección. Esa conciencia se logra a partir del conocimiento que quizás, desde las ciudades, carecemos. Si tuviera que decir algo de esa imagen que te incomoda seria ¿por qué te incomoda?”.

Comer animales causa pandemia

En el marco del acuerdo porcino con China que busca instalar mega granjas en nuestro país con el objetivo de exportar la carne, Malena manifiesta lo alarmante de esta situación.

“Hace un año y medio aproximadamente empieza en China lo que se llama gripe porcina africana. Este virus ataca únicamente a los cerdos y provoca que mueran en situaciones horribles, derrames internos y demás. Como esa carne no puede comerse, China mató a la mitad de la población de cerdos que tenía; ya sea porque estaban infectados o porque tenían probabilidades de infectarse por este virus muy contagioso. A partir de esta gripe, el mundo ve como una oportunidad de negocios la falta de alimento que iba a tener China y a partir de ese momento nace la posibilidad de empezar a construir en Argentina mega granjas de cerdos para alimentar a esa población”.

Al mismo tiempo, desde la organización, denuncian que los animales para el consumo humano son los principales consumidores de antibióticos a nivel mundial, por lo que la industria farmacéutica sería un negocio que está íntimamente ligado al de la ganadería. “Uno nunca puede pensar que los animales son los consumidores principales y nosotros los secundarios”.

La ganadería es una de las principales responsables de la deforestación y de los incendios porque para expandir las fronteras agropecuarias se necesita espacio para las vacas o para plantar y generar el grano que las va a alimentar.

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“El 80 por ciento de la soja que se cosecha en Argentina está destinada a alimentar a los cerdos de China, se exporta. Todo lo que es tala o los incendios en los humedales está relacionado con la expansión de la frontera agropecuaria porque los suelos, después de ser incendiados, son mucho más fértiles para plantar algo nuevo. Argentina tiene el problema de la soja en deforestación y Brasil, por ejemplo, tiene el problema de deforestación y de incendios para vacas. Esas son las dos razones por las que Latinoamérica perdió un 94 por ciento de la fauna; estos números salieron hace muy pocos días. La cantidad de deforestación de América Latina es la más grande de todas porque los países del primer mundo también utilizan a estos países para proveerse de materia prima. Las dos razones por las que hay quema o deforestación es por la expansión de la frontera agropecuaria para vacas o soja”.

Somos la especie en peligro de extinguirlo todo

“La ciencia nos dice que vamos hacia ese lugar, hacia ese peor panorama. Hay una cepa en los cerdos (la C4) que se encontró y puede ser zoonótica, es decir, saltar de una especie a la otra como el COVID 19; esto empieza en una granja de cerdos. Si tuviera que pensar en el futuro, pienso que, a partir del consumo de carne de China y el nuevo consumo de la India, el mundo va a empezar a consumir más animales; provocando que no haya tierras habitables. Con la expansión de la frontera agropecuaria, la tierra va a estar muerta. Si seguimos así, lo dice la ciencia, el panorama es completamente desolador. Cuando uno habla de cambio climático, como Greenpeace lo dijo hace algunos años, pensamos que nunca llega y ya llego; es hoy, esta acá, lo estamos viviendo. Somos animales de costumbre entonces tendemos a acostumbrarnos a las situaciones, pero no deberíamos acostumbrarnos a estar viviendo encerrados en nuestras casas y deberíamos usar toda esta crisis para empezar a replantearnos qué es lo que nos construyó. ¿Qué es esto que aprendimos, por qué aprendimos a comer así, a habitar así el mundo, a tener vínculos poco empáticos con todo lo demás, a odiar a la naturaleza, a pensar que vale más un bosque o un monte quemado que uno lleno de biodiversidad y de vida? Creo que hay que desaprender todo lo que nos enseñaron para volver a construir algo distinto porque sino no va a haber futuro posible”.

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Para cerrar esta entrevista, le pedimos a Malena una reflexión final

“Más que una reflexión, tengo palabras desesperadas. Palabras de por favor empecemos a despertar, hagamos el clic, luchemos por algo. El mundo está viviendo un momento muy feo, casi la mitad de la población en Argentina está por debajo de la línea de pobreza; hay niños que se mueren de hambre y no hay que irse al África para ver esto. Chaco es una de las provincias que más grano produce y que más hambre tiene. Entonces para cambiar el mundo tenemos que querer hacerlo, esa sería la conclusión. Cambiemos para un mundo más empático, más compasivo, en donde todas las especies tengan derecho y en donde entendamos que somos una pequeña parte del entramado de la vida y que sin el entramado no somos nada. Tengo palabras desesperadas de pedir por favor despertar y empezar a deconstruir lo que nos enseñaron para construir algo mejor para todas las especies que habitamos este planeta”.

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