“El Viudo Negro”: tres muertes, tres seguros y más de un millón de pesos en beneficios

Las autoridades acusaron al hombre de haber cobrado el seguro de vida de sus dos novias y su esposa, quienes fallecieron en circunstancias misteriosas

Guardar

Nuevo

Gabriel Arturo Garza Hoth escucha los cargos que se le imputan por su presunta participación en el homicidio de tres mujeres, dos de las cuales eran sus novias y una más su esposa el 07 de enero del 2000. (Foto: Cuartoscuro)
Gabriel Arturo Garza Hoth escucha los cargos que se le imputan por su presunta participación en el homicidio de tres mujeres, dos de las cuales eran sus novias y una más su esposa el 07 de enero del 2000. (Foto: Cuartoscuro)

Corría el año de 1997, era una noche calurosa de mayo cuando una pareja se vio sorprendida por un asaltante, ambos se encontraban en su auto, mismo que había sido estacionado a las afueras de un domicilio ubicado en la colonia Toriello Guerra, Ciudad de México.

Los novios —que acababan de regresar de la iglesia en la que concretaron la fecha de la boda— fueron despojados de sus pertenencias para posteriormente ser atacados con arma de fuego.

Ana Gloria Gómez Palacios Escudero perdió la vida en los hechos, o al menos así lo afirmó su prometido, Gabriel Arturo Garza Hoth, durante sus declaraciones ante el Ministerio Público.

El reporte quedó asentado en la indagatoria 52/2129/97-05, por lo que la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) — hoy Fiscalía General de Justiciad de la Ciudad de México— inició las investigaciones.

Tras dos meses de seguimiento las autoridades llegaron a una turbia conclusión: el único testigo del robo y asesinato había falseado su testimonio.

De acuerdo con lo señalado por medios, los estudios periciales arrojaron diversas anomalías en las declaraciones, entre ellas, el hecho de que el hombre asegurara que se encontraba en el asiento del conductor cuando su novia fue ultimada, puesto que ello no correspondía con la trayectoria que se infería de las manchas de sangre encontradas en su pantalón y zapato del lado izquierdo.

Llegó Gabriel Arturo Garza, extraditado a nuestro país por la Interpol de España por el delito de asesinato. En menos de seis años presuntamente asesinó a su esposa, prometida y novia para cobrar sus respectivos seguros (Foto:Germán Hernández/Cuartoscuro)
Llegó Gabriel Arturo Garza, extraditado a nuestro país por la Interpol de España por el delito de asesinato. En menos de seis años presuntamente asesinó a su esposa, prometida y novia para cobrar sus respectivos seguros (Foto:Germán Hernández/Cuartoscuro)

Fue así que comenzaron las pesquisas en contra de Arturo Garza, a quien se le acusó no sólo de supuestamente haber tramado el asesinato de su futura prometida sino también de sus dos anteriores parejas, quienes fallecieron en condiciones poco claras.

De acuerdo con las autoridades, la principal sospecha que habría llevado a esta línea de investigación fue el seguro de vida de Ana, mismo que fue modificado dos años antes de su muerte de tal manera que su prometido quedó como el beneficiario de 400 mil dólares.

Este detalle fue retomado por la entonces PGJDF, institución que encontró un patrón en las relaciones anteriores de Arturo: su primera esposa, Soledad Valdez, falleció en 1991 por una cardiopatía. El viudo cobró 400 mil pesos del seguro tras su muerte.

Poco después el hombre entabló una relación con Marcela Muñoz Palacios, quien en octubre de 1992 fue hallada sin vida dentro de su vehículo en la colonia Nápoles, la prensa informó que la mujer fue ultimada con dos impactos de bala provenientes de armas diferentes. De la víctima, recibió el beneficio de dos seguros de vida que sumaban un millón 250 mil pesos, contratados con la empresa La Territorial.

El caso rápidamente se hizo mediático, fue así que la hilación del posible modus operandi le dio el nombre al presunto asesino: “El Viudo Negro”.

Gabriel Arturo Garza Hoth, alias el viudo negro, se presentó en la rejilla de prácticas del juzgado 61 con sede en el Reclusorio Oriente. Se le acusa de haber asesinado a una esposa y dos de sus novias para cobrar las pólizas de los seguros que estaban a su nombre.
Gabriel Arturo Garza Hoth, alias el viudo negro, se presentó en la rejilla de prácticas del juzgado 61 con sede en el Reclusorio Oriente. Se le acusa de haber asesinado a una esposa y dos de sus novias para cobrar las pólizas de los seguros que estaban a su nombre.

A las sospechas se sumaron los resultados de las pruebas periciales de balística y criminalística del caso de Ana Gloria, mismas que llevaron a las autoridades a girar una orden de aprehensión en contra de Garza Hoth quien logró evadirse de la justicia.

No se supo más de él, hasta que un 20 de noviembre de 1998, agentes de la Interpol lograron efectuar su detención en el aeropuerto de Barajas, ubicado en Madrid, España.

Con las agravantes de ventaja, traición y alevosía, en la causa penal 128/97 se acusó a “El Video Negro” del homicidio de su ex novia Ana Gloria, lo que llevó a la PGJDF a solicitar su extradición a México, efectuada el 08 de enero del 2000.

“Está considerado como un sujeto de alta peligrosidad, según muestra su perfil psicológico, en el cual se asienta que el presunto homicida aprovecha estados de crisis emocional de las mujeres para acercarse a ellas, ganarse su confianza y establecer con ellas una relación amorosa”, señaló el periódico La Jornada en una nota emitida un día después de la llegada de Gabriel a territorio mexicano.

Las declaraciones posteriores de “El viudo negro”

Tras su extradición, el hombre fue sentenciado a 41 años de prisión sin derecho a salir bajo fianza, ello luego de que se le declarara culpable por la muerte de Ana Gloria, sin embargo, los resultados en las investigaciones de los otros dos casos en los que estaría implicado fueron estériles.

Tras siete años de permanecer encarcelado, el hombre brindó una entrevista al medio El Universal, en la que acusó a la procuraduría capitalina —en ese entonces encabezada por Samuel del Villar— de haber usado su caso de manera mediática, a la par declaró que contaba con evidencias que darían cuenta de una declaración falsa y peritaje erróneo.

Guardar

Nuevo