Honeybun, la coneja que le ocultó a sus rescatistas una encantadora sorpresa

A pesar de que sus antiguos dueños la abandonaron luego de sospechar que estaba embarazada, Honeybun le demostró a sus rescatistas de todo lo que era capaz

Compartir
Compartir articulo
Sus anteriores dueños abandonaron a Honeybun como si fuera basura, pero pronto su vida cambió para siempre. (Instagram/honeybun.bun)
Sus anteriores dueños abandonaron a Honeybun como si fuera basura, pero pronto su vida cambió para siempre. (Instagram/honeybun.bun)

La coneja arlequín de pelaje color café con negro de nombre Honeybun sufrió un par de tragedias antes de llegar a su hogar permanente. La mamífera le pertenecía a otra familia, que aparentemente la tiró en un parque cerca de un lago en el condado de El Dorado, en California, Estados Unidos.

La desorientada mascota pronto encontró consuelo en Mathilda, una mujer que pasó junto a ella y que no dudó en tomarla y llevarla a su hogar. Honeybun pronto demostró ser un animal sumamente cariñoso y agradecido, pues le encantaba pasar el tiempo con su nueva dueña y su pareja, sin embargo, pronto los sorprendió con un radical cambio de actitud.

A las pocas semanas de llegar a su nuevo hogar, Honeybun comenzó a comportarse muy diferente a como era en un principio. Este cambio tomó desprevenidos tanto a Mathilda como a su novio, quienes no sabían por qué mostraba una nueva personalidad. Al poco tiempo, la coneja demostró que todavía tenía una sorpresa más para mostrarles.

Una coneja con mucho que regalar

Honeybun le guardaba un secreto a sus dueños y pronto dio a luz a tres crías. (Instagram/honeybun.bun)
Honeybun le guardaba un secreto a sus dueños y pronto dio a luz a tres crías. (Instagram/honeybun.bun)

Mathilda relata en entrevista para GeoBeats Animals que se encontraba caminando alrededor de un parque cuando Honeybun simplemente se le acercó. La mujer notó que el animal estaba abandonado, entonces decidió llevárselo a casa.

Los primeros días dentro de su nuevo hogar, Honeybun se mostró “demasiado” amistosa con Mathilda y su novio, pero en el transcurso del siguiente par de semanas notaron que su actitud cambió “demasiado”.

“Empezó a comer muchísimo más, a destrozar algunos de nuestros muebles, alfombras y toallas y después de tres o cuatro semanas dio a luz a trillizos”, relata Mathilda.

En cuanto descubrió el adorable secreto que guardaba Honeybun, Mathilda asumió que en el pasado su coneja estaba “emparejada” con algún conejo macho y que esa es la razón por la que estaba embarazada, pero que cuando sus dueños se dieron cuenta de que “posiblemente” estaba en cinta “la tiraron”.

Sus sospechas tuvieron más sentido luego de que no encontraron a ningún compañero cerca de donde fue abandonada Honeybun.

“Estaba muy preocupada de que los bebés no lo lograran, puesto que sus probabilidades de sobrevivir durante las primeras semanas son muy bajas”, añadió Mathilda, quien dijo sentirse responsable por el cuidado de los recién nacidos.

Debido a que no contaba con conocimiento sobre bebés conejos, Mathilda se preocupó demasiado, pero Honeybun dio la cara por sus hijos y demostró ser una “muy buena” madre.

Conforme crecieron, los conejos revelaron su personalidad, sus dueños descubrieron que todos amaban explorar la casa y hacer travesuras, por lo que decidieron quedarse con todos, ya que “son familia”.

“Tenemos uno (conejo) blanco, es macho; lo llamamos Gregg, pero lo apodamos ‘Peanuts’, la segunda se llama Maple y decidimos nombrar a la más pequeña Ozzie y aunque es la menor también es la más bulliciosa, hiperactiva e inteligente del trío”, agregó la dueña de las mascotas.

La coneja que aprendió a portarse mal

Honeybun era una coneja ejemplar, sin embargo, sus hijos le enseñaron a portarse mal. (Instagram/honeybun.bun)
Honeybun era una coneja ejemplar, sin embargo, sus hijos le enseñaron a portarse mal. (Instagram/honeybun.bun)

Mathilda tiene la creencia de que las crías le enseñaron a Honeybun a ser un poco “traviesa”, ya que antes de que nacieran, la casa siempre estaba “intacta”, eso incluía que los pisos y muebles de madera estaban en perfectas condiciones, pero desde que nacieron los bebés le enseñaron a “portarse mal”.

“Siempre que dejamos un cable en el piso, Honeybun simplemente lo roerá”, asegura Mathilda, quien notó que el lazo con su mascota, a pesar de ser fuerte, se debilitó tras la llegada de los bebés.

La mujer le atribuye esa creencia a que Honeybun ahora está más concentrada en su faceta como madre. “Aunque a no pasa tanto tiempo ni se acurruca como antes, definitivamente se puede ver que confía demasiado en nosotros cuando la sacamos de la casa. Nos gusta decir que ella no vive en nuestro mundo, sino que vivimos en el suyo”, concluyó Mathilda.