Gustavo López: "Messi es el ancho de espadas: nos puede dar la Copa del Mundo en Rusia"

Mientras le despachaba un kilo de pan y una docena de facturas a doña Emilia, una fiel clienta, su hermana Marcela entró a la panadería familiar con un diario en la mano que iba a marcar su destino. Hacía unos años que Gustavo López había terminado el secundario y soñaba con ser actor: "Quería ser como Carlín Calvo", confiesa hoy.

Quiso anotarse en las escuelas de Norman Briski y Luisina Brando, pero no consiguió vacante. Como no sabía qué rumbo tomar, comenzó a cursar en Avellaneda el profesorado de Educación Física. Dos años después, decepcionado, volvió al negocio familiar, en Valentín Alsina. Pero aquel anuncio en Clarín, donde promocionaban la escuela de Fernando Niembro y Marcelo Araujo, cambió su vida para siempre. "Fui a la primera clase y me di cuenta de que esa era la profesión que estaba buscando. Tanto que cuando me recibí, me dieron un premio por haber sido el único alumno que no faltó a ninguna clase", rememora Gustavo.

Su primer trabajo periodístico fue en radio Provincia, como movilero en los vestuarios de Estudiantes y Gimnasia. La oportunidad llegó en radio La Red haciendo unas suplencias, hasta que en 1996 lo tomaron efectivo.

Hoy, con 50 años recién cumplidos, la vida lo sorprende en lo mejor de su carrera. Conduce De una, otro buen momento, de 12 a 14 horas, y Un buen momento, de 18 a 21, que desde hace siete años son los programas deportivos más escuchados. "Las vueltas de la vida… Hoy estoy al frente de los programas que hace unos años conducían Niembro y Araujo, los directores de la escuela donde yo estudié", reflexiona López.

Además de la radio, junto a Martín Liberman conduce Juego sagrado en Fox, y acaba de firmar un acuerdo con Infobae para hacer la cobertura del Mundial de Rusia 2018.

Casado hace veinte años con Laura (46), es papá de Lourdes (15) y Lorenzo (12). Con ellos, en su casa de Tigre, comparte un hobby: coleccionar figuritas de fútbol. "De chico lo hacía con mis viejos, Héctor y Alicia, y mi hermano Pablo. Y ahora comparto esta pasión con mis hijos y mi señora. Está muy bueno, porque los saco un poco de la tecnología y los llevo durante algunos minutos al mismo pasatiempo que tenía en mi infancia. Por ejemplo, acaba de salir el nuevo álbum de Panini del Mundial de Rusia… Mientras pegamos las figuritas, leo y retengo los nombres de los jugadores que vamos a ver en la Copa del Mundo", dice Gustavo y abre el juego para hablar de la Selección argentina, que después de perder la semana pasada 6 a 1 ante España, reavivó todos los fantasmas de una generación que, pese a haber llegado a tres finales, todavía no pudo ganar nada con la celeste y blanca.

–¿Con qué expectativas viaja a Rusia?

–Con la ilusión de ver a la Argentina jugando la final. Cubro los Mundiales desde Francia 1998 y siempre creo que vamos a levantar la Copa.

–¿La goleada ante España no le restó un poco a esa ilusión?

–Fue un cachetazo fuerte, pero jugamos sin el Kun Agüero, sin Messi y sin Di María. Son tres cartas que vamos a tener allá. ¡Quiero volver a enfrentar a España con todos los titulares!

–¿Se puede dar otro partido?

–No tengo dudas: por los puntos, la cosa va a ser diferente. Messi es nuestro ancho de espadas. Todo puede cambiar con él en la cancha. Con Leo todo es posible.

–¿No exagera en su optimismo? Hace rato que la Selección tiene el ancho de espadas…
–Es verdad, pero no tuvimos suerte.

–Además de agregar a los tres jugadores que mencionó, ¿cambiaría algo?

–Sí, hay que armar una defensa más sólida. Los equipos se arman de atrás para adelante, y arriba estamos muy bien. Necesitamos que estos jugadores se junten cuarenta días: les tengo mucha fe.

–¿Con esa puesta a punto Messi va a conseguir hacer algún gol después de la fase de grupos?

–Yo creo que sí, porque para muchos es su último Mundial. A veces jugás pensando que tenés una chance más, y sé que estos jugadores sienten que es ahora o nunca. Tienen sed de revancha y quieren quedar en la Historia.

–¿Todos merecen esa revancha? Porque Mascherano juega en un fútbol menor como el chino, Higuaín sigue con la sequía en la Selección y Romero no ataja como titular en el Manchester United.

–Yo hablo más de los de arriba: Agüero, Messi y Di María. Mascherano tiene 35 años, pero yo lo llevaría por ser referente, emblema, por su voz en el vestuario. Higuaín tiene que estar en la lista: se le tiene que abrir el arco. Y con el arquero tengo mis dudas: no puede ser titular un tipo que no juega.

–¿En caso de que no se gane este Mundial, el desafío que se viene es armar un equipo de once jugadores y no alrededor de una figura?

–Sí, esa es la charla que se viene si no ganamos el Mundial, o cuando Leo se retire. El tema es que, teniendo al mejor jugador del mundo, lo tenés que usar.

–¿Messi arma el equipo?

–Bueno, él siempre dice que su gran amigo es Agüero y no jugó todos los partidos. No sé cuánta verdad hay en eso… Pero siento que el técnico lo escucha bastante, y algunas decisiones le debe consultar.

Por Sergio Oviedo

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