Por primera vez, Paula Chaves habla del drama que vivió su mamá: "Hoy soy más feliz porque la veo feliz a ella"

La conductora hace referencia a la profunda depresión que transitó su madre y los problemas que debieron superar como familia. "Me enorgullece mucho haber acompañado de cerca a esa mujer que alguna vez creyó que no tenía nada y hoy redescubre la vida con valentía"

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Paula Chaves habla sobre la depresión que vivió su madre Alejandra y cómo salió adelante (Foto Christian Beliera/GENTE)
Paula Chaves habla sobre la depresión que vivió su madre Alejandra y cómo salió adelante (Foto Christian Beliera/GENTE)

A Paula Chaves (33) le tocó vivir al mismo tiempo los momentos más felices de su vida y los más tristes. Mientras nacían sus hijos Olivia (4) y Baltazar (1), su mamá Alejandra cayó en una profunda depresión que la llevó por los caminos más oscuros. La conductora, que en breve debuta con Bake off por Telefé, por primera vez habla de la dramática situación que vivió en los últimos años.

–Hablamos de la huella que intentás dejar en tu hija. ¿Cuál es la huella que dejó Alejandra (56), tu mamá, en vos?

–La dedicación plena. Hoy, particularmente, me inspira su resiliencia.

–¿Estás lista para contar por qué?

–Mi vieja me tuvo a los 22. Pasó años entregada a sus hijos y a la casa. Un día, entrados los 2000 y después de un derrotero de situaciones y habernos fundido económicamente, ella y papá se separan. ¡Me pegó tan duro! Me enojé mucho con los dos; estuve muy angustiada. Con decirte que hasta el día de hoy mi sueño es volver a verlos juntos… En fin. Mamá, con cuarenta y pico, se vio sola. Sin profesión. Sin saber hacer nada. Y se deprimió. Comenzó a tener actitudes raras y debió recibir atenciones psiquiátricas. Mis hermanos (Delfina y Gonzalo), que todavía eran chicos, decidieron vivir con papá. Yo estaba embarazada de Oli y me molestaba mucho con ella: "¡Má, no puedo creer que llores! ¡Debés estar bien, por nosotros!". Al poco tiempo buscó alivio en el alcohol. Después comenzó a tomar dosis dobles de antidepresivos, a mezclarlas con la bebida, y entonces se perdió. Porque todos los adictos necesitan tocar fondo.

Paula Chaves y su mamá Alejandra. (Foto GENTE)
Paula Chaves y su mamá Alejandra. (Foto GENTE)

–Había llegado la hora de dejar los enojos de lado y reaccionar.

–Cuando entramos en su casa y la vimos, en un cuadro tremendo, con la frente lastimada, supimos que no había otra opción más que la internación. Mamá estaba en peligro. Yo misma, embarazada de Balta, la llevé a la comunidad terapéutica. Con todo el dolor que implicaba: estaba tratando de ayudar a mi vieja en el momento en que yo más la necesitaba. Me iba de ahí preguntándome: "¿Volverá a ser mi mamá de antes?". Cuatro meses después nació Balta. Ella había comenzado la desintoxicación, que es algo muy difícil, y no pude ir a verla.

–¿Cuál es la clave en estos casos?

–Acompañar a un adicto no es fácil, porque nunca hay respuestas a tantas reacciones: nada es blanco o negro. La salvación está en la internación, aunque debamos obligarlos. A los afectos de quienes padecen una adicción les digo: busquen ayuda en los grupos de contención para familiares. Hay que sacarse la vergüenza y los prejuicios del "qué dirán". Muchas veces, después de las charlas, me secaba la cara y me iba al canal. Déjense ayudar, porque eso ayuda. Es un camino desgastante, pero posible.

–¿Cómo está ella hoy?

–Después de un año y medio de tratamiento volvió a Lobos con mi tía Claudia, donde pasó algunos meses. Si hoy soy más feliz es porque la veo feliz. Recuperamos a la mamá que nos acompañaba de cerca, que estaba pendiente en la primera fila de los actos del colegio, la que nos enseñó a cocinar y a comer saludable. Mi vieja pelea fuerte, porque es una lucha diaria. Como buena budista, quiere ayudar a los demás. Hoy se mudó a Las Cañitas, y está empeñada en conseguir trabajo. Te juro que la veo atendiendo un local: es súper confiable y muy carismática. ¡Y está tan linda…! Ella fue modelo publicitaria, salió Reina Nacional de la Flor y hasta trabajó con Tato Bores. Siempre contaba cuentos de cuando Cris Morena y ella viajaban juntas en colectivo para presentarse a los castings.

–Ya no sería necesario preguntarte sobre alguna mujer referente…

–No. Ya quisiera yo la garra de mi vieja. Hoy, a la distancia y siendo mamá, pude entenderla. La veo en casa, desviviéndose por mis hijos y le digo: "Vieja, ¿cómo pudiste volver a ser vos?". Y me enorgullece mucho haber acompañado de cerca a esa mujer que alguna vez creyó que no tenía nada y hoy redescubre la vida con valentía.

Por Sebastian Soldano

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